No es común llevar la literatura de Murakami al cine, solo hay otro caso, pero es un libro que ha vendido más de 10 millones de ejemplares en Japón y 2,6 millones en el resto del mundo y donde la adaptación, aceptada por el autor, ya venía con criticas variadas pero con el valor de saber llevar una historia profunda a la gran pantalla. Sin embargo no ha sido capaz de mover a más personas al cine, quizás es un síntoma de los estragos que hace el cine como industria al cine como arte.Hablando de la película, larga, densa, tiene muchas cosas que decir, y por eso y quizás para lograr la profundidad de la historia contada en la novela es necesario la longitud y despaciosidad que muestra, pero a veces se hace lenta y creo que la elección de la música, de Johnny Greenwood de RadioHead, si bien es de calidad tambien da sensación de escasez, no se si buscada, y con la multiplicidad de silencios refuerza la sensación de soledad, de dolor y de tersa y malvada sensación de la vida como algo contrario, casi Faulkneriano.La Historia de Watanabe, Naoko y Midori en sus adolescencias últimas con el abismo eterno de aquellas edades, recordemos las nuestras ahora y veremos toda su oscuridad brillante. El dolor, la muerte y al amor magnificado, que se hace más grande e impresionante con la escasez de músicas y con la elección de escenarios que en la imaginación de la lectura del libro siempre son diferentes y, probablemente, no tan exuberantes ni evocadores y alegóricos es profunda e interesante.Sin duda a los que leímos el libro nos gustará, me gustó a pesar de la lentitud, pero a los que no lo han leído puede hacérsele una dosis excesiva de dolor y ausencias.Buena elección del casting, se parecían sorprendentemente a la imagen de mi mente de los protagonistas. Los silencios, los dolores, las sutilezas, en algunos momentos sublimes se llegan a diluir en los silencios y las tristezas elongadas. La fotografía refleja con un algo de suciedad mundana: la poesía cotidiana y doméstica de esos dolores adolescentes, continuados pero en otra dimensión. En la vida y en esas muertes truncadas siempre son materia del olvido, del tejar de Penélope o, quizás de canción, quizás la película trate solo de eso, de la tristeza de romper con la última infancia y entrar en el proceloso océano oscuro de la vida.Para Murakami la adaptación es convincente y yo me dejo guiar, pero la película adolece de esa "musicalidad" creadora de climas que tiene Murakami. De hecho se agradece el Norwegian wood en precioso acento japonés de la versión de la canción de los Beatles de la ayudante guitarrista Reiko Ishida aunque sorprendentemente no aparece ni la canción original ni música de los tiempos, años sesenta, con lo que apenas aparecen referencias en la película para ubicarla en el tiempo.Los escenarios dan esa tristeza de las lluvias y los paisajes, las personas y los silencios reforzados por una luz que me ha sorprendido.Creo, sinceramente que la película merece la pena y está tratada la novela con fidelidad pero, también que queda muy detrás de esta quizás abundando más en lo tremendo de esas emociones casi sordas que en lo que rodea la novela y la hace tan interesante pero mucho más adictiva.Cines y artes, críticas y opiniones en Recuerdos del día de mañana.
Tokio Blues en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1270842/Página oficial de la película: http://www.tokioblues.es/Trailer: http://www.youtube.com/watch?v=tqiYXmpb41I
Imagen: http://www.publicine.net/pelicula/3408/tarragona/tokio-bluesDespierte el alma dormida, avive el seso e despierte. A fin de cuenta sino pensamos y vivimos para que queremos estar. Los pensamientos de hoy son recuerdos del mañana que tenemos hoy.
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