"El argumento moral que desearía decirles es muy sencillo. Diría: el amor es sabio, el odio es estúpido. En este mundo, que cada vez está más interconectado, hay que aprender a tolerar a los demás, a sobrellevar el hecho de que hay gente que dice cosas que no nos gustan. Es el único modo de vivir todos juntos. Y si hay que vivir juntos, y no morir juntos, debemos aprender ese tipo de tolerancia que es totalmente vital para la continuación de la vida humana en el planeta. The moral thing I should wish to say to them is very simple. I should say love is wise, hatred is foolish. In this world, which is getting more and more interconnected, we have to learn to tolerate each other, we have to learn to put up with the fact that some people say things that we don’t like. We can only live together in that way. And if we are to live together and not die together, we should learn the kind of tolerance which is absolutely vital to the continuation of human life on this planet. Bertrand Russell."
Mi madre es una joya, y no, no me ciega la pasión de hija, es íntegra, buena, generosa e inteligente, además de extremadamente independiente.
Una de las cosas que más admiro de la Señora es su capacidad para llevarse bien con todo el mundo, algo que consigue sin sacrificar ni un ápice de la fuerza de su personalidad. Defiende sus opiniones sin más problemas, el otro puede estar más o menos de acuerdo, pero no por ello se desencadena un altercado. Desde luego no he heredado de ella mi tendencia a meterme en líos sin buscarlos, ¿para qué? ya me encuentran por sí solos (a veces no sé muy bien cómo). Lo curioso es que la Señora no da la impresión de ser alguien con grandes dotes diplomáticas, entre otras cosas no suele haber negociación posible, supongo que simplemente se limita a exponer su punto de vista y es tan consistente que consigue que la gente lo vea así, como un punto de vista.
Otra de sus grandes cualidades, y algo que me parece muy difícil, es la de hacer lo correcto, incluso diría que más allá de lo correcto, eso que a otros les parecería casi un sacrificio. La Señora es alguien con quien siempre se puede contar, nunca escurre el bulto, aunque no esté en absoluto obligada a ello. Si lo siente como una responsabilidad, o piensa que es mejor así, buscará el momento de llevarlo a cabo, adaptará su agenda para compaginarlo con el resto de sus planes, sin procrastinarlo, sin pereza, sin pretextos. No es algo que se imponga, ni tampoco para quedar bien, lo hace por el gusto que de ese modo puede proporcionar a otros, en concreto al beneficiado por su acción, es puro altruismo, aunque ella intenta que no lo parezca. Tampoco le importa que sea alguien difícil de tratar, el mérito está en que no se olvida de esa gente que a uno le gustaría esquivar, y de hecho esquiva en lo posible, aunque evitarlo le genere un pequeño remordimiento.
La Señora transmite firmeza, pero también equilibrio, es alguien que inspira seguridad y confianza, proporciona estabilidad y que nunca ha perdido el interés por aprender que sintió desde bien pequeña, cuando con diez años se fue ella solita a hacerse la matrícula del bachillerato. Ya entonces tenía las ideas muy claras.