En este escenario seguirían Los Estanques por y para entrar en la parte de la noche con un show en formato cuarteto que terminó siendo quinteto (con ese invitado en forma de figura), ellos iban a su show, pensando en como unir el disco nuevo con clásicos de la talla de Juan El Largo o Soy español, pero tengo un kebab en un eterno trance interrumpido por el diálogo entre el respetable y anecdotario de canciones, son grandes músicos, no dejan lugar al error y hacen que un show sea pura fluidez, con ellos no hay error; completaría Georgia como uno de los grandes shows, para mi una sorpresa, con su voz y la forma en la que presentaba esas percusiones digitales y nos llevó para el cierre del escenario a un lugar cercano a la fiesta más electrónica, uniendo canciones, buscando el calor del respetable y mostrando que quien conoce su directo siempre repite, altamente recomendable en directo.
En el escenario Tomavistas empezaría todo con Villagers quienes eran uno de los directos más esperados de la jornada, en nuestro caso nos conquistaron con sus melodías y la presencia de su front man junto a toda su banda quienes estaban arropando sonoramente todo el directo con canciones como You Lucky One como primera referencia, seguirían Belle and Sebastian quienes no solo conquistaron al respetable, llegaron a romper esa barrera haciendo que parte de los asistentes subieran al escenario en el ocaso del mismo. Poco se puede decir que no se sepa de esta formación, ua desde el principio con Another Sunny Day entre los tres primeros temas o So In the Moment ya empezaron a desplegar esa propuesta colorida, sincera, clara y en la que con The boy with the arab strab terminaron de llevar a una situación de verdadera perfección, cada arreglo (ya fuera en cuerdas o a nivel de otros instrumentos) se disfrutaba, los temas fueron perfectamente ejecutados y, ante todo la forma en la que son queridos y respetado por los asistentes es el otro gran valor añadido de un directo mágico.
El escenario Vibra Mahou sería el epicentro de tres buenos conciertos, todo empezaría con Derby Motoreta's Burrito Kachimba, ellos llegaban para olvidar el calor, dejar su mejor show y volver a hacer de Madrid su gran fortín, desde el inicio se logró con canciones como El Valle o La Fuente y en el final con Aliento de Dragón y El Salto del Gitano se cerraba un círculo sonoro lleno de experiencias, vibraciones y el baño de kinkidelia que siempre está presente. Cariño eran la segunda banda de este escenario, todo el mundo esperaba su show y no era para menos, en concreto canciones pop de su discografía aparecían para ir dejando ver como hits de la talla de Si Quieres o Tamagotchi fueran esa fiesta pop de la noche y mostrando que año tras año su directo es una fiesta. Este escenario lo cerraría Alizz con una colección de hits, escenografía cargada de luz y contras, canciones perfectamente ejecutadas y la sensación de que hits del nivel de Que pasa Nen es super necesaria en el show (entre otros single destacados).
El escenario Johnnie Walker era el epicentro de esta jornada de cuatro buenos directos, empezaría con Bum Motion Club, un grupo de alta calidad que tenía el complejo encargo de abrir este escenario, mostraron el directo de salas con ciertos retoques, el calor no importaba y siempre con el respeto y cariño del respetable que estaban ahí, disfrutando (fuera o no en la sombra), primeras filas (y no solo primeras filas) con un sonido perfecto. Aiko el Grupo llegaron y conquistaron, la sensación del pogo que podía nacer en cada tema, la rabia y el sonido fresco siempre presentes, canciones de este nuevo disco que funcionaron realmente bien y las ganas de poder ver este proyecto en otro escenario más grande, serán (una vez más) la sensación. Adiós Amores ya con la noche mostraron ese lado tan cuidado de las voces, la buena instrumentación y la sensación de que estaban en una sala con todo el tiempo necesario para poder comentar algunos temas, ver sensaciones y, sobre todo disfrutarlo y ver esas caras de felicidad, ganaron al respetable con la coherencia de las canciones y con el cierre de Canción de despedida, Rocío Saiz es una de las apuestas claras del festival, avisaba de que quien llegara a esta hora y quisiera vivir la fiesta debía estar en su escenario, no prometía nada que fuera mentira, lo hizo, mostró su mejor versión, toda la banda y los invitados hicieron que el show se hiciera corto, cerrar un festival con ella es hacerlo como se merece.
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