Supongo que a vosotras os pasará lo mismo que a mi cuando vais a preparar algún plato o algún postre y tanto el aroma como el sabor del mismo, os traen recuerdos de vuestra niñez. Pues eso mismo es lo que me ha pasado con este dulce. Yo les llamaba "las torradas del abuelo", mi abuela se las hacía incluso para cenar porque le encantaban. Siempre pensé que eran las de toda la vida, las que nosotros como críos conocíamos y nos zampabamos en cuanto mi abuela las tenía listas..... las torrijas de leche. Pero no, cual fue mi asombro que un día le pido a mi abuela que me deje hacérselas a mi abuelo y ella toda afanosa me pone delante los ingredientes que tengo que utilizar y me va dando instrucciones de como tengo que prepararlas. !!Ver el vino en una fuente de cristal y flipar en colores, fue todo en uno!!.
Ese día por primera vez preparé y probé las torradas de mi abuelo y la verdad es que me encantaron, así que siempre las he hecho en casa también y con esta, ya van tres veces en apenas una semana.
Esta última tanda las disfrutaron los compañeros de trabajo de mi marido y según me comentó luego, gustaron mucho. Cierto es que he cambiado el modus operandi con el pan, ya que las he hecho con el "pan de torrijas" que publiqué hace unos días y que da un resultado francamente bueno porque permite que el pan se pueda empapar bien sin temor a que se desmorone o rompa. Tengo claro que ahora en adelante mis torrijas se harán con ese pan, ha sido todo un descubrimiento y las torrijas quedan con una textura superior.
En cuestión de vino, eso ya va al gusto de cada uno. Esta vez me decanté por un tinto, pero con un vino blanco seco también quedan super ricas, aunque obviamente , no le proporciona a la miga del pan ese colorcito morado que tienen. A la hora de comprarlo tampoco es necesario que nos gastemos un paston en él, pero bueno, al menos que tenga algo de calidad. En esta ocasión escogí un Rioja que tenía por casa de la Navidad pasada. Pero lo dicho, eso ya según vuestros gustos o el que tengáis por casa.
Ingredientes:
- Pan para torrijas del día anterior.
- 1 lt de vino tinto.
- 200 mlts de agua.
- 6 cucharadas de azúcar.
- Huevos, según vayas necesitando.
- Piel de 1 limón.
- Piel de 1 naranja.
- 2 ramas de canela.
- Azúcar para rebozar.
- Canela en polvo.
- Aceite de Oliva.
Preparación:
- Tendremos cortado el pan del día anterior en rebanadas y las iremos colocando ordenadamente sobre la bandeja del horno.
- Pasamos después a endulzar el vino, así que cogemos un cazo y vertemos el vino tinto, el azúcar, la canela en rama, las pieles de las frutas y el agua.
- Removemos un poco y llevamos a ebullición.
- Retiramos del fuego y tapamos, dejando que enfríe por completo para que se aromatice y endulce con el resto de ingredientes.
- Comenzamos batiendo 3 huevos en un bol amplio, según nos vayan haciendo falta así iremos batiendo más y de uno en uno. Reservamos.
- Ponemos una sartén al fuego con aceite a calentar.
- Una vez frío el vino, lo colamos y lo vamos vertiendo por todas las rebanadas de pan.
- Les vamos dando la vuelta varias veces para que se empapen bien por ambos lados y absorban bien de vino.
- Luego las pasamos por el huevo batido y seguidamente las freímos en aceite caliente. No es recomendable echar muchas de vez ya que así evitamos que enfríe.
- Las doramos por ambos lados y luego las vamos depositando sobre papel absorbente para que pierdan el exceso de aceite.
- Las dejamos enfriar del todo y por último ya solo nos queda rebozarlas en una mezcla de azúcar y canela en polvo.