Cuando comemos fuera de casa, casi nunca me suelo pedir postre dulce. Por gula o vicio goloso sí lo haría, pero por lo general no me acaban sentando bien si los como con poca diferencia de tiempo con el plato principal. En casa es otra cosa, dejo pasar un rato y luego me tomo el postre, y si puedo lo dejo para acompañar con el café de la sobremesa.
Aunque esto no es del todo cierto, si comemos fuera de casa y la carta presenta o bien un original y aparentemente liviano postre de chocolate o unas torrijas preparadas con algún toque innovador, entonces sí que no puedo resistirme y acabo tomando postre dulce.
Las torrijas es un postre o merienda típico de Cuaresma y de la Semana Santa, y aunque en este caso no me rijo mucho por las tradiciones y las preparo de vez en cuando a lo largo del año, es en esta época cuando he pensado que podían apetecer más, aunque estas torrijas las preparé recien pasadas las últimas Navidades, de ahí el Roscón de Reyes.
Ufff, el Roscón de Reyes, otra receta de las que hago a destiempo. Durante las Navidades y Reyes no preparo ni uno, y durante el resto del año de vez en cuando sí meto alguno en el horno. Vaya, vaya, como siga así me lo voy a tener que hacer mirar ;-) .
A falta de Roscón de Reyes podeís utilizar un Brioche, Bollo o Pan dulce de esos que ya no están tiernos, pero, si tenéis ocasión, hornear un roscón de esos rápidos, da igual que no sean Navidades y probad esta receta de torrrijas. ¡Os van a encantar! Quedan tan suaves y jugosas que se convertirán en vuestras favoritas.
Y recordad que en el blog hay otra receta de torrijas: Torrijas de Leche Preparada, esponjosas y tiernas.
INGREDIENTES:
- 8 Rebanadas, de 1,5 cm. de Roscón de Reyes (también puede ser Brioche o Bizchocho)
- 250 cc de Leche Entera
- 225 cc de Nata Líquida para cocinar
- 1 Rama de Canela
- 3 Estrellas de Anís
- Piel de un limón sin la parte blanca
- Piel de una naranja sin la parte blanca
- 100 gr. de Azúcar
- 2 Huevos
- Azúcar y Canela para espolvorear
- Aceite de Oliva o Girasol, para freirlas
- En un cazo poner a calentar la leche, la nata, las estrellas de anís, la canela, la piel de naranja y la piel de limón. Cuando comience a hervir, retirar y dejar que se temple, entonces retirar la rama de canela, las estrellas de anís y las pieles de los cítricos.
- Mientras, disponer las rebanadas de Roscón en
un recipiente con algo de fondo para que podamos bañarlos con la mezcla de leche y nata y con la que los dejaremos reposar un par de minutos, el tiempo justo para que se impregnen bien pero no se deshagan. Tenemos que asegurarnos de que se empapan dándoles la vuelta.
- Batir
los huevos. Escurrir cada uno de los trozos de roscón, rebozarlo con el
huevo batido y freir en una sartén con abundante aceite. En un plato con
papel absorbente, iremos dejando las torrijas para retirar el exceso de
aceite.
- Cuando se enfríen las torrijas, espolvorear con azúcar y quemar con ayuda de un soplete, después espolvorear un poquito de canela. Si no se van a tomar en el momento, se pueden conservar en la nevera y añadir y quemar el azúcar en el momento de servir.
- Si se quiere se pueden acompañar de helado o miel, aunque así sólas, están deliciosas.