Revista Cocina

Torrijas con miel

Por Cocinaconmarta
La semana no podía empezar de mejor manera, ¡con torrijas! Y es que no hay nada tan tradicional para éstas fechas con la torrijas y si son caseras mejor que mejor.
Es uno de los dulces más fáciles de hacer, y antes las hacía en cualquier época del año, sobretodo en verano.
Recuerdo cuando tenía quince años, en pleno mes de agosto, haciendo torrijas para todos los amigos. La duración de la bandeja era cuestión de segundos, desaparecían antes de llegar, y es que no pueden estar más ricas.
Aunque es una receta muy simple, prestar atención a pequeños detalles puede hacer que nuestras torrijas sean las mejores de mundo mundial. Hervir la leche con aromas deliciosos le da un sabor muy bueno.
Torrijas con miel caseras. Recetas de Semana Santa. Fáciles y rápidas de hacer.
Torrijas con miel caseras. Recetas de Semana Santa. Fáciles y rápidas de hacer.
Con una barra de pan pueden salir más de 15 torrijas, si queremos hacer menos, usamos menos ingredientes.
  • Una barra de pan del día anterior, aunque ahora en las tiendas venden un pan preparado especialmente para torrijas. Y si las hacemos con pan tipo "bricoche" quedarán estupendas.
  • Un litro de leche (aprox)
  • Una rama de canela
  • La piel de un limón, sólo la parte amarilla
  • 1 o 2 cucharadas de azúcar
  • 2 huevos
  • 1/2 bote de miel

Ponemos a calentar la leche junto con dos cucharadas de azúcar, una ramita de canela y la cáscara de limón. La llevamos a ebullición, apagamos y dejamos que temple.
Cortamos el pan en rebanadas de un dedo de grosor aprox., y las vamos mojando una a una en leche hasta que estén empapadas. Las escurrimos un poco con las manos (si tiene demasiada leche, luego salpicará mucho el aceite).
Vamos a ir friendo las torrijas al tiempo que las pasamos por la leche y el huevo, así mientras se fríe una vamos remojando y rebozando otra. 
Pasamos por huevo y la sartén con cuidado, las freímos en abundante aceite. Las escurrimos un poco en papel absorbente (no hay que dejarla demasiado tiempo en el papel para que no absorba la leche).
Calentamos la miel con un chorrito pequeño de agua. No hay que llevarla a ebullición, sólo calentarla para que esté más líquida. Bañamos las torrijas por ambos lados, tratando de no llenarlas en exceso.

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