Revista Teatro

TÓRTOLAS, CREPÚSCULO Y... TELÓN - Lo malo de los artistas...

Por Loscriticones
TÓRTOLAS, CREPÚSCULO Y... TELÓN - Lo malo de los artistas...

Francisco Nieva es un tío simpático y tiene una recorrido artístico y biográfico más liado que el estriptis de una gitana. Ha dado muchas vueltas por el siglo veinte y siempre por dentro de su teatro, de sus brechts, ionescos y artauds, recibiendo las novedades a porta gayola. Eso es así.

Lo malo de los artistas es cuando son masoquistas (Sabina) y lo malo de las obras irrepresentables es cuando se representan. Tórtolas, crepúsculo y … telón es una obra de 1953 en la que el espectador debería paladear las esencias del teatro del absurdo de Ionnesco, del surrealismo de Artaud, de la potencia esperpéntica de Valle Inclán, de la contestación política de Brecht, de la lírica de las vanguardias en general y de multitud de guiños risueños a Jardiel Poncela y Gómez de la Serna sin embargo, dudo deque algún espectador encuentre algo más que un martirologio de dos horas aderezado con alguna risa amable y esforzada.

Es probable que lo peor sea el montaje de un modelo de teatro avanzado, aunque ya clásico, en un formato arcaico que prescinde de cualquier tecnología del siglo veintiuno y se vale únicamente de la más o menos barroca carpintería del proscenio y de la discutible habilidad de los sastres para cortar unos personajes curiosamente óptimos para una película de Tim Burton (y la cosa es del 53, ojito). Sin la muleta del montaje, con los personajes tan abandonados a sus declamaciones cantarinas y al inevitable histrionismo ibérico, el texto no ofrece músculo más allá de un collage de imágenes y tientos de piruetas circenses que caen mucho más cerca de los mimos del Retiro y del teatro callejero y juvenil de las escuelas guays o más precisamente, de un episodio de la Bola de Cristal con la Bruja Avería de prota.

Donde debería haber poesía, esperpento y metáfora política hay, sobre todo, dos horas.

PD: Por qué se empeña el CDN en estrellar a estrellas “otoñales” como la Espert o en este montaje Esperanza Roy (prota de Dormir y ligar todo es empezar de M. Ozores), actriz con esa encantadora dicción que usaban antes los cómicos y los narradores radiofónicos y que te transporta de inmediato a una peli de 1950 y que podría aportar un magnetismo fabuloso a un largo contemporáneo, pero, obviamente no a una obra de teatro en una sala de estas dimensiones donde lo que hace falta por encima de todo es fuelle!! Pero es que esta gente no tiene corazón? Y la Roy y la Espert ¿no tienen familia para que alguien les diga que igual mejor otra cosa. Hay mucho mala sangre…

ARM


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