Ingredientes (para 2 tostadas)
- 125 gr. de salmón fresco cortado en láminas de medio centímetro de grosor
- 2 rebanadas de pan de molde sin la corteza
- 1 puerro
- una nuez de mantequilla
- 1 calabacín pequeño
- 1 zanahoria
- sal y pimienta
- eneldo (si lo encontráis fresco, mejor)
- sésamo caramelizado (absolutamente opcional)
- 4 cucharadas soperas de mayonesa
- 1 cucharada sopera de mostaza de Dijon
En una sartén derretís la mantequilla, añadís el puerro troceado en rodajitas y dejáis que se vaya pochando, vigilad que no se tueste. Reserváis.
Tened preparado un bol con agua fría y hielo.
El calabacín y la zanahoria los cortáis en tiras finas, a modo de espaguetis.
En un cazo con agua hirviendo los sumergís (por separado) para darles un hervor. Los sacáis enseguida y los ponéis en un colador para refrescarlos en el agua con hielo. Escurrís y reserváis.
Las rebanadas de pan de molde las aplanáis con un rodillo, la idea es compactarlas y que queden finas. Las tostáis en el horno, vigilando que no se quemen. Las sacáis y reserváis.
Mezcláis la mayonesa con la mostaza. Reserváis.
En una bandeja de horno forrada con papel sulfurizado ponéis las rebanadas de pan de molde, esparcís el puerro sobre ellas y colocáis las laminas de salmón salpimentadas. Las cubrís (sí, también se llama napar) con la mezcla de mayonesa y mostaza. Las gratináis, en cuanto veáis que se dora podéis sacarlo, el salmón estará hecho, al ser láminas finas tiene suficiente con el calor del gratinador.
Espolvoreáis eneldo y el sésamo por encima de las tostadas y las acompañáis con las verduras.
Lujo al alcance de cualquier mortal!