El Aeropuerto Internacional Budapest Liszt-Ferenc (conocido toda la vida como Ferihegy) es el único aeropuerto de la capital, y el principal del país. Se encuentra al sureste de Budapest, en las afueras. Hasta hace pocos años constaba de dos terminales: la 1, muy cerquita de Budapest y situada al lado de la parada de tren, que se dedicaba a los vuelos de compañías low-cost, y la 2, un poco más alejada, con el resto de aerolíneas. Debido a la quiebra de Málev (la antigua aerolínea nacional húngara) y con ello el considerable descenso del número de operaciones, se decidió cerrar la Terminal 1 (más vieja, pero mejor comunicada), y utilizar tan solo la 2 (moderna, pero más lejana). Consta de dos áreas, 2A (destinos en el espacio Schengen) y 2B (no Schengen) unidas entre sí mediante una pasarela.
Actualmente cuenta con conexiones aéreas al resto de Europa, norte de África, Oriente medio y Rusia. No hay vuelos trasatlánticos, aunque se prevé que los haya en un futuro. El golpe de Málev hundió muchos de los planes del aeropuerto, cuya terminal 2A estaba pensada exclusivamente para albergar los vuelos de dicha compañía. Además, debido a su posición centroeuropea, había también planes de ser una gran escala entre América y Asia.
El autobús 200 conecta el aeropuerto, mediante una parada situada entre las terminales 2A y 2B, con la estación de Kőbanya-Kispest, al sur de Budapest, desde donde parten otros autobuses urbanos y la línea 3 de metro, y de esta forma alcanzarse el centro de la ciudad. El precio de dicho autobús es el mismo que el de cualquier urbano de la capital, aunque para entrar luego al metro o tomar otro autobús en Kőbanya-Kispest hay que comprar otro. En cualquier caso, supone poco más de 2 € en total (a día de hoy, 350 forint cada billete, comprados anticipadamente). Conviene comprar los billetes antes de subir al bus, en la máquina que hay junto a la parada, ya que son algo más baratos (en el autobús cuestan 450 forint) y a veces el conductor no lleva billetes encima (es difícil de comprender, pero esto es Hungría).
Una vez dentro del autobús, hay que validarlos en unas pequeñas máquinas amarillas, que imprimen un código, la fecha y la hora (las modernas) o simplemente perforan una combinación de números (las viejas). Validar los tickets es muy importante, pues si no lo haces es como si viajases sin billete, ya que te valdría para otra vez.
En Hungría, a diferencia de España, los conductores de los autobuses urbanos no controlan los tickets ni los abonos, generalmente. Abren todas las puertas del autobús y de esta forma el intercambio de pasajeros es mucho más rápido. De comprobar los tickets se encarga una red de revisores que visten de paisano y se suben al autobús en cualquier momento y se cuelgan su identificación al aviso de "jó napot, jegyek kérnek" (buenos día, billetes por favor). Nunca he visto revisores en el autobús 200, pero si uno quiere viajar tranquilo... Eso sí, en el metro hay miles de revisores en casi todas las estaciones. Nunca he comprendido porqué los tickets son más caros en el autobús (en todas las ciudades húngaras), cuando muchas veces no tenemos otra opción (las máquinas, fuera del centro son casi inexistentes).
Para bajarse del autobús es fácil: es la última parada (en húngaro végállomás). El trayecto dura unos 20 minutos.
Por supuesto hay taxis y shuttles (lanzaderas) que te llevan al centro de Budapest desde el aeropuerto, pero obviamente son más caros. Depende de el bolsillo y las ganas de cada uno.
Marca impresa de un billete validado.
Si llegamos al aeropuerto sin forintos encima, hay dos opciones: sacar dinero en un cajero del propio aeropuerto o cambiar allí mismo en un mostrador. Si escogemos la segunda opción, conviene cambiar lo mínimo, ya que generalmente el cambio es bastante desfavorable en estos sitios. En Budapest ya podremos cambiar más adelante el resto.
Este es el autobús urbano que une el aeropuerto y la última parada del Metro 3 de Budapest.
El tren para enfrente de la antigua terminal 1, pese a estar actualmente cerrada, que cuenta además con otra parada del autobús 200, por lo que uno puede bajarse aquí del autobús y tomar directamente el tren sin tener que pasar por Budapest, si viene en avión desde Ferihegy y se dirige a Kecskemét, Szeged o Szolnok, por ejemplo. Sin embargo, para tomar la mayoría de trenes hay que viajar a Budapest ciudad (estaciones de Nyugati, Keleti o Déli).
En el caso de España, los vuelos directos procedentes de Budapest a día de hoy son:
Wizzair: Barcelona, Madrid, Málaga, Palma de Mallorca, Alicante.
Ryanair: Madrid, Barcelona.
Vueling: Barcelona.
Haciendo escala, sin embargo, se puede volar con otras compañías desde más ciudades españolas. Por ejemplo con Lufthansa, haciendo escala en Munich o Frankfurt, se puede volar a y desde Sevilla, Bilbao, Málaga, Vigo-Oporto, Alicante, Jerez, Mallorca e Ibiza.
No obstante hay que tener en cuenta que las compañías aéreas cambian sus destinos constantemente, así que esto puede variar.
Es importante destacar que, al menos hasta estas pasadas navidades (y supongo que seguirá), el aeropuerto de Budapest disponía de Wifi gratuito e ilimitado. Pocos aeropuertos europeos ofrecen esto, que recuerde ahora mismo, el de Munich también tenía (aunque hay que introducir una cuenta de correo electrónico cada poco tiempo), y Barcelona regalaba 15 ó 30 minutos, pero en la mayoría Internet es de pago, y, dado que solemos encontrarnos de paso o haciendo turismo, al carecer de tarifa de datos, el Wifi gratuito puede amenizarnos la espera en gran medida.
Además de Ferihegy, existen dos aeropuertos internacionales más: el de Debrecen (segunda mayor ciudad de Hungría) y el de Hévíz-Balaton. El primero tiene vuelos con Londres y Eindhoven y chárter al mar negro en verano. El aeropuerto del Balaton opera únicamente en verano con vuelos chárter a Alemania, por motivos turísticos.
El pequeño tamaño de Hungría hace poco práctico el desplazamiento interno en avión, por lo que todas sus conexiones aéreas son internacionales, únicamente los vuelos privados conectan algunas de las ciudades húngaras entre sí. A lo largo de todo el país hay algunos aeródromos para pequeñas avionetas privadas.