Por Julen Iturbe
Sí, ya sé que es una locura, pero aquí la fiesta va por barrios. Hoy martes 15 de febrero hacemos en Azti-Tecnalia un pequeño taller sobre cómo escribir en un blog. Bueno, más que “cómo escribir en un blog” lo centramos en “cómo escribir un post“. Así que echo la vista atrás y ¡zas! 2.200 artículos en este blog.
Ya, una indecencia. Bueno, es lo que hay. Y ya que tengo que hacer ese taller de cuatro horas, comparto algunas reflexiones. Otro post que va a la escena pública. ¿Para qué lo quiero en privado?
1. El título del post… en un mundo sin tiempo para nada, el título es relevante, ya lo creo. Es la primera criba: dime el título que le pones y te diré si me paro a leerlo. ¿Triste? Mundo infoxicado, economía de la atención; ese tipo de cosas hacen que esto sea hoy más que nunca una realidad. Además, está el hecho de que el tonto de Google no entiende de ironías. Mira lo que dice el título de tu post, anda.
2. Escribir un artículo es enlazar. Si no te sale fácil, es la gran asignatura que debes estudiar. ¿Qué enlazar? Empieza por cosas simples: la wikipedia, artículos que hayas leído y te interesen, libros, video… lo que sea. Pero si no enlazas, que sepas que no escribes posts, escribes artículos. Sí, pero no es lo mismo. El género blog exige enlace.
3. Hay que encontrar el registro de conversación adecuado. Quizá esto no es tan fácil. Es una mezcla de aquél con el que te sientes cómoda/o y aquél que parecería que el tema o enfoque (sea profesional o como simple hobby) requiere. En cualquier caso parece lógico pensar que el tono debe ser más informal que el que suele usarse en otros canales de comunicación o en la redacción de artículos para revistas, sean académicas o de divulgación. Sí, hay que encontrar el registro adecuado. Y cuidar las faltas de ortografía, por cierto.
4. Escribir en un blog es ¡escribir también en otros blogs! No podemos ser tan de Bilbao como para pensar que nuestro blog es el centro del mundo y que la gente va a caer rendida a nuestros pies. Hay que escribir también en otros blogs, comentar, practicar, dialogar, rebatir. Además, es más fácil escribir en casa ajena donde la caja de texto es más pequeña y no parece exigir tanto, ¿no? Escribir un post es escribir también en esos otros sitios que pueden estar relacionados con el nuestro.
5. Respecto a la extensión piensa en la justa medida. ¿Cuál es? Vale, no muy larga en este mundo de lectura en diagonal. Pero para gustos los colores. Quizá dependa de la frecuencia, pero desde luego no pueden ser dos o tres páginas de los antiguos DINA4. Quizá algo más ligero, que contenga las ideas principales bien destacadas, que meta enseguida en harina, que vaya al grano.
6. Usa imágenes o textos que no estén protegidos por copyright. Sí, ya sé que la foto era muy bonita, pero ¿sabes si puedes reproducirla sin problema en tu blog? Cuando introduces contenido en tu post, una cosa es citar (una fotografía en la que al hacer click vas al sitio original) y otra bien distinta es bajarse el contenido a tu disco duro y subir desde ahí la imagen. No, no es lo mismo.
7. Más allá de enlazar y comentar en otros posts, convendría que citaras. Es una manera de profundizar más en la conexión entre contenidos. No es lo mismo enlazar que extraer un párrafo y comentarlo. Hay grados en la conexión que establecemos.
8. Organiza lo que escribes usando categorías y etiquetas. Quizá llegue el día en el que veas frente a ti la locura de más de 2.000 posts escritos. ¿Y cómo rebuscas entre ellos? Además de la caja de texto mágica donde puedes meter las palabras que quieras, conviene una buena categorización y el uso de etiquetas cuanto más descriptivas mejor. Recuerda: búsqueda, categorías y etiquetas.
9. Escribe lo que te conecte con tu realidad diaria; sobre todo si escribes habitualmente de tu actividad profesional. En lo cotidiano hay mucho material disponible para hilvanar posts interesantes. En tu disco duro, bajo siete candados, no te sirven más que a ti. A lo mejor tus reflexiones se oxigenan si las sacas a la luz. Sé que es un ejercicio nada fácil, pero bloguear por obligación limita con la tortura.
10. ¿Sudas cuando vas a hacer click en el botón “publicar” o sientes escalofríos?, ¿te invade una especie de pánico escénico? No escribas un blog, no tienes ninguna obligación, no te des mala vida porque sí. Hay mil maneras de comunicarse que no son un blog. Sí, suelo decirlo alto y claro: no tienes ninguna obligación de escribir un blog. Si lo haces es porque quieres, porque te gusta. Piénsalo dos veces.
Y por si las diez sugerencias necesitan algunas otros temas a tener en cuenta, dejo un bonus track con 20 bolas extra. Es lo que tiene bloguear desde hace casi 6 años, que vas metiendo en la mochila material y de repente encuentras el motivo para desempolvarlo.
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Escrito el 15 de febrero, 2011 por Julen
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Fuente: Consultoría Artesana en Red
Imagen: Blog posting