En Semillas Huerto y Jardín, tras invitaros a plantardurante estos meses bulbos de primavera, nos lanzamos a animaros, a todos aquellos que aún no os hayáis atrevido, a crear vuestro propio huerto urbano en casa.¿Por qué? Tenemos tantos motivos, que al final la pregunta se va a transformar en un ¿por qué no? Para empezar, estamos creando un pequeño espacio que nos permite huir de nuestro entorno, digamos, poco ‘natural’ (coches, asfalto, ruidos varios, contaminación…). Y todo lo que suponga un ambiente más agradable repercute positivamente en nuestra salud y en nuestro estado de ánimo. Si a eso le sumamos que dedicarnos a la jardinería también va a suponer una vía de escape para el estrés, no quedan dudas ¡los huertos urbanos son beneficiosos para la salud! Además, tener nuestro propio huerto también significa tener alimentos sanos y naturales, que llegarán directamente a nuestras mesas. (Y los padres no deben olvidar que tener un huerto les va a permitir enseñar a los peques de la manera más sencilla y divertida el ciclo de la vida de los vegetales). ¿Convencidos? Pues ahora nos toca pasar a los consejos para poder llevarlo a la práctica. Indispensable: luz directa. Ya sea en un balcón, en un jardincito o en una ventana, es imprescindible contar con luz directa para poder cultivar.
¿Qué hortalizas plantamos? Dependerá de la luz, en gran medida. Conforme se va acercando el verano, que nos proporciona más horas de sol, podemos plantar cultivos exigentes como berenjenas, tomateso pimientos. Mientras que en las temporadas en las que tenemos menos horas de sol, es mejor escoger cultivos menos exigentes como lechugas, cebollas, rábanos, o fresas. Aunque el espacio del que dispongamos también¿Dónde cultivar? Si no hay un pequeño terreno en el que poder hacerlo (que suele ser lo más normal), tenemos un gran abanico de posibilidades: una mesa de cultivo, jardineras, recipientes de geotextil, macetas textiles o jardines verticales. Eso sí, siempre hay que elegir aquellos que permitan una mayor capacidad de sustrato. Y eso nos lleva a la siguiente pregunta, ¿qué sustratos? Los orgánicos, que deben ser ligeros; tener una adecuada porosidad, así permitirá una buena aeración (circulación del aire que permita la respiración de las raíces) y retención de agua (que permita que se cree una reserva de agua en el sustrato a disposición de las raíces); y retener los nutrientes fundamentales. Por ejemplo, el vermicompostcumple todos estos requisitos. ¿Cómo regar? Hay que tener en cuenta que en el riego debemos tener mucho cuidado ya que se nos plantean dos inconvenientes a tener en cuenta. Por un lado, en los recipientes, el agua se agota antes que en el suelo. Y, por otro, que un exceso de agua puede provocar un lavado y la consecuente pérdida de nutrientes para la planta. Por esto, tenemos que ser muy precisos y tratar de mantener una humedad constante, según la época del año y las hortalizas que estemos cultivando. Como siempre, tenemos la opción manual, usando una regadera, que será muy adecuada en pequeños huertos con tres o cuatro macetas; con huerto relativamente grande y sobre todo si en la época de verano recibimos mucha insolación, la opción de un sistema de riego por goteo con programador, resulta un buen método. Este sistema nos permite controlar el caudal de riego y la frecuencia de una forma más exacta; también tenemos la opción de las jardineras con autoriego, que disponen de un depósito de agua en la parte baja que mantiene húmedo el sustrato permanentemente, y dan muy buenos resultados en las hortalizas menos exigentes con el agua.Con todas estas respuestas dadas y aprovisionándoos de todo lo necesario en Semillas Huerto y Jardín, -incluyendo librospara guiarnos en esta aventura, no os preocupéis- ya sólo queda ponernos manos a la obra y comenzar a cultivar nuestras propias hortalizas.
¡Feliz siembra!