Encontrar un alojamiento en la ciudad de Londres que contenga las tres características que la mayoría buscamos, bueno, bonito y barato, es muy complicado. En el centro lo barato, directamente, no existe. Y si lo hay, olvidémonos de las otras dos. Alejándonos un poco podemos encontrar ofertas que podamos permitirnos y no se nos vaya todo el presupuesto en alojamiento, y con la red de transporte público que llega a todos los rincones es fácil plantarse en el centro en poco tiempo.
Después de nuestra experiencia en EEUU con Airbnb, decidimos buscar una casa particular. Elegimos The Muse Haus, una casa victoriana totalmente reformada ubicada cerca de Ravenscourt Park en el distrito de Hammersmith, a orillas del Thames y muy cerca de algunos típicos pubs ingleses y de la comercial King St. La zona es muy tranquila, agradable y a muy pocas paradas de metro Distric Line del centro. Muy recomendado por ubicación, calidad y precio.
Con tan solo tres días por delante para conocer Londres, hay que aprovechar al máximo el tiempo que pasemos en ella y, siempre, nos quedará la sensación de que nos queda mucho por ver, excusa ideal para querer volver.
Con este post intentaré dar algunas ideas para que la visita sea lo más diversa posible, teniendo en cuenta las principales atracciones turísticas. Aunque, claro está, luego depende de las prioridades de cada uno añadir unas, pasar más tiempo en otras o eliminar alguna que no sea de nuestro interés. Para gustos los colores.
Viernes 11 de septiembre
Si tenemos intención de visitar ciertas atracciones turísticas existe la opción de comprar la London Pass. Ésta es una tarjeta para visitar los lugares de interés que proporciona acceso a una selección de más de 60 lugares turísticos populares de la ciudad. Disponible con períodos de validez fijos de 1, 2, 3 (85£), 6 o 10 días, podemos elegir la London Pass que mejor se adapte a nuestro viaje. Desde el link, podéis acceder a la información completa, así como al listado de los lugares a los que se puede acceder, evitando colas en muchas de ellas.
Si nos decidimos por esta opción, podemos hacer la compra previamente por internet e ir a buscarla cerca de Leicester Square el mismo día que nos interesa activarla.
En las proximidades se encuentra Trafalgar Square construida para conmemorar la batalla de Trafalgar (21 de octubre del año 1805) en la que la armada británica venció a las armadas francesa y española. Está formada con una enorme área central rodeada de calles y coronada por la National Gallery.
Bajando por Whitehall se llega a Parliament Square, en City of Westminster, distrito londinense (borough) que ocupa gran parte de la zona central del Gran Londres y donde se encuentran los edificios, parques y jardines más emblemáticos de London:
- Palace of Westminter: Conocido como The Parliament, alberga las dos cámaras del Parlamento de Reino Unido. Es uno de los cuatro lugares Patrimonio de la Humanidad de Londres, declarado por la Unesco. Inicialmente sirvió como residencia real, pero ningún monarca ha vivido en él desde el siglo XVI. El palacio fue reconstruido después de un devastador incendio ocurrido en 1834 y hoy en día es uno de los símbolos turísticos de Londres junto con su torre del reloj, llamada erróneamente Big Ben, confundiéndose con el nombre de la campana.
- Westminster Abbey: De estilo gótico anglicano, es el lugar donde tradicionalmente se celebran las coronaciones y entierros de los monarcas ingleses y británicos, además de ser lugar de sepulcro de otros miembros de la familia real, aristócratas y otras personalidades ilustres. Fue reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987. (20£, sin London Pass)
- Buckingham Palace: Es la residencia oficial de la Familia Real Británica, aunque también se utiliza para ceremonias oficiales y visitas de Estado. Solo puede ser visitado en época de verano y es por ello que hay que reservar las entradas con bastante antelación. Durante el resto del año, en los días señalados, se puede ver el célebre, a la par que aburrido y atestado, cambio de guardia.
Si el tiempo acompaña, los enormes parques de la zona, como el Saint James’s Park, puede ser un buen lugar para hacer un picnic al aire libre y aprovechar para descansar un rato en un banco o tumbados en las grandes zonas de césped.
Por la tarde, y aprovechando la London Pass, un barco nos llevará por el Thames desde Westminster Pier hasta Tower Hill Pier, con un extraordinaria panorámica de la City. (18£, sin London Pass)
En esta zona también hay sitios destacados para visitar:
- Tower of London: Con 900 años de historia como palacio real y fortaleza, prisión y lugar de ejecución, es una de los bastiones más protegidos del mundo. La Torre de Londres ha tenido un destacado papel en la historia de Inglaterra. Fue sitiada en varias ocasiones y tenerla controlada era importante para controlar el país. En realidad se trata de un complejo con varios edificios, entre los que cabe destacar la Torre Blanca, edificio que le da nombre al conjunto entero. La torre ha servido como armería, tesorería, casa de fieras, Real Casa de la Moneda, registros públicos, y casa de las joyas de la Corona del Reino Unido. (22£, sin London Pass)
- Tower Bridge: El otro gran símbolo de la ciudad, es un puente levadizo que cruza el Thames. En lo alto se puede visitar una exposición que muestra su historia y funcionamiento, además de poder disfrutar de una vistas panorámicas excepcionales con suelos transparentes no recomendados a los que sufren vértigo. En los sótanos pueden visitarse los antiguos sistemas y mecanismos hidráulicos que hacían levantar el puente. (9£, sin London Pass)
Antes de volver al hotel, nada mejor que empaparse del ambiente al atardecer de la famosa Picadilly Circus, situada en la intersección de las calles más comerciales de la ciudad.
Aprovechando la ubicación de la casa donde dormimos, optamos por cenar en un típico y tradicional pub inglés alejado de las oleadas de turistas. Es el Black Lion Pub, en el distrito de Hammersmith y a orillas del Thames.
Sábado 12 de septiembre
Si hay algo que no podemos perdernos si vamos a Londres, es uno de sus muchos mercadillos. Los hay de todo tipo: de comidas, de ropa, antigüedades… y durante todos los días de la semana. Pero si hay uno mundialmente famoso ese es el de Portobello, en Notting Hill, no hace falta explicar los motivos. De hecho, comprar en él o en las tiendas de los alrededores puede dejarnos el bolsillo vacío, pero ver la calles por donde paseaba William Thacker (Hugh Grant) pensando en Anna Scott (Julia Roberts) o fotografiar la puerta en la que Spike recibió en calzoncillos a los periodistas es uno de los pasatiempos favoritos de los que visitan la zona. Un detalle, hay que ir temprano para poder verlo y andar con un poco de comodidad, si no olvidaros de ver nada.
No muy lejos, en el extremo oeste de Kensington Gardens, se encuentra el palacio del mismo nombre, el Kensington Palace. En él viven varios miembros de la realeza como los duques de Kent, pero anteriormente fue residencia oficial, hasta el día de su muerte, de Diana, la Princesa de Gales. (15£, sin London Pass)
Antes de entrar al Natural History Museum, compramos unos sandwiches y aprovechando el buen día y unas mesas que hay en los jardines del mismo museo, comimos sentados y descansando un rato.
El Museo de Historia Natural de Londres, es un referente a nivel mundial. Posee más de 70 millones de especímenes y objetos en colección, pertenecientes a varios campos de la historia natural con enorme valor histórico y científico. Las cinco colecciones más importantes son las correspondientes a las áreas de: botánica, entomología, mineralogía, paleontología y zoología.
Un enorme esqueleto de Diplodocus domina la entrada del edificio, y es precisamente esta colección la más exitosa de todas. Si vais con niños, ¡esta visita no os la podéis perder!
La entrada es gratuita todos los días de la semana, al igual que otros museos de la zona como el Victoria & Albert Museum o el Science Museum, y hay que priorizar un poco las colecciones más interesantes porque es tan grande y apasionante que podríamos pasar un día entero visitándolo.
Un típico autobús londinense nos llevó a Picadilly Circus desde South Kensington. Y en Soho, a la hora típicamente inglesa del te, hicimos lo propio en Amanzitea en el 52, Brewer Street.
La capital británica cuenta con una enorme oferta de teatros y musicales, y después de mi experiencia creo que es una de las mejores cosas que se pueden hacer si se visita la ciudad. Para ver un musical no es necesario un alto nivel de inglés, por norma general son historias muy conocidas por todos así que incluso los niños podrán seguir la obra con mucha facilidad.
La elección del musical que nosotros fuimos ver fue algo familiar y Ariadna también participó en ello. Después de ver los trailers de todos los que se hacían en ese momento, finalmente elegimos ir a ver The Phantom of the Opera. La friolera de treinta años en el Majesty’s Theatre, el teatro más antiguo de Londres, lleva este musical en cartelera. Impecable puesta en escena, decorados, vestuario, voces… ¡realmente espectacular!
A la salida del teatro y si el cuerpo aguanta (el nuestro no lo hizo…) se puede disfrutar de la noche londinense en plena zona de Picadilly.
Domingo 13 de septiembre
Último día en Londres pero todos ellos muy bien aprovechados. Aún queda tiempo para seguir turisteando antes de coger el avión.
El British Museum, es otro de eso lugares que no podemos perdernos. Y tal y como sucede con el Natural History Museum, o priorizamos colecciones o podemos pasarnos un día entero en él.
De entrada gratuita, es uno de los museos más visitados de todo el mundo y posee más de siete millones de objetos de todos los continentes y de todas las épocas históricas. No todos están expuestos, muchos de ellos se encuentran almacenados para estudio, restauración o por falta de espacio.
La sección del Antiguo Egipto es la colección más importante del mundo después de la del Museo Egipcio de El Cairo y es, sin duda, la más impactante y alucinante de todas. Cabe destacar la piedra Rosetta, piedra que facilitó la clave para entender los antiguos jeroglíficos egipcios.
Caminado dirección sur, llegamos a la zona de Covent Garden, una ajetreada zona, comercial con una gran variedad de bares, restaurantes y cafeterías amenizado con espectáculos de artistas callejeros. Todo esto se encuentra dentro y en los alrededores de la icónica zona de Market Building.
Y para finalizar nuestra visita a esta intensa ciudad y antes de volver al hotel a coger las maletas para dirigirnos al aeropuerto, visitamos el Churchill Museum and Cabine, un interesantísimo museo ubicado en un complejo subterráneo que albergó el centro de comando del gobierno británico durante la Segunda Guerra Mundial. El museo comprende los Cabinet War Rooms y el Churchill Museum que explora la vida del estadista británico considera uno de los grandes líderes en época de guerra.
Hemos querido aprovechar tanto el fin de semana que por pocos minutos perdemos el avión…
Londres, ¡volveré por cuarta vez!
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