Revista Historia

Triple homicidio en el pinar (uruguay)

Por Crimenycriminal @crimenycriminal

TRIPLE HOMICIDIO EN EL PINAR (URUGUAY)

GABRIEL POMBO CON LAS VICTIMAS.

El día cinco del mes en curso una terrible noticia nos llegaba desde El Pinar (Uruguay). El empresario Jorge Luis D. C. terminaba brutalmente con la vida de su esposa, degollaba al hijo de ambos de apenas 14 meses, y cuando su suegra llegaba a defenderles, una emigrante gallega de 66 años de edad, también la apuñalaba hasta dejarla tirada en el suelo sin vida. 
Hace unos semanas pudimos disfrutar en 'CrimenyCriminologo' de los conocimientos del abogado Gabriel Pombo relacionados con los asesinatos de Jack the Ripper. En esta ocasión, nos habla del triple homicidio de El Pinar como amigo y representante de las victimas y sus familias.

- Este crimen lamentablemente le toca muy de cerca. ¿Qué relación guardaba con las victimas y el victimario?


Como bien señalan, este horrible suceso me afectó en lo más íntimo, dada mi amistad con los fallecidos y con los familiares sobrevivientes de éstos.
Se trataba, en el caso de las difuntas Andrea Perrotta (médica de 39 años) y Marta Bellomo de Perrotta (ama de casa de 66 años), vecinas de mi vivienda de veraneo, cuyo trato cultivaba desde hace más de treinta años. A su vez, la casa en la cual moraba Andrea y su victimario se encuentra a menos de cien metros de distancia de la mía. En cuanto refiere a la otra víctima: ¿Qué puedo decirles de la tremenda impresión que me causó haber visto el cadáver del inocente Renato, de apenas 14 meses?


Con el ejecutor mi vinculación era la que se puede tener con un simple vecino o conocido. Una relación superficial y meramente social. Conocí a ese sujeto (Jorge Luís Di Conza) porque era la pareja de Andrea desde más de cinco años atrás.
- Se trata de un crimen que ha tenido una gran repercusión mediática...


En mi país Uruguay ha sido enorme la repercusión mediática que han revestido estos homicidios. La sociedad uruguaya está indignada, repugnada y aterrorizada. Se consideró a estos asesinatos parte de una violencia social que se viene incrementando a pasos agigantados y, en particular, se estima a este crimen múltiple como un caso de violencia doméstica motivado por la pasión. Así opinó la prensa, pues no podía saber que este era un crimen muy especial y diferente a los típicos delitos de violencia doméstica, donde el hombre o la mujer asesina a su pareja por celos o por la frustración de no poder reiniciar la relación amorosa o sexual.
Este triple crimen fue diferente, pues aunque hubo pasión enfermiza por cuenta del asesino, a mi parecer, y en base a la información directa que al respecto poseo, la emoción primordial que inspiró estos asesinatos fue la pasión por el dinero. Se trató de horrendos homicidios perpetrados por razones económicas (el asesino creía haber sido estafado y reclamaba dinero a las víctimas) y por venganza (el homicida llegó a odiar a su ex concubina y a los padres de aquella pues consideraba que lo le iban a pagar la cantidad de dinero que él pretendía).
Para que los lectores entiendan este punto, diré que el matador vivió varios años con Andrea Perrotta y tuvieron al niño Renato. Casi al nacimiento del pequeño la pareja se separó de hecho, aunque compartían la casa que había sido construida con dinero de ambos. Ella residía con el bebé en la planta alta y él habitaba en la planta baja. El sujeto reclamaba la restitución de las sumas que habría invertido en la edificación de la finca, y ambos venían discutiendo sobre el exacto importe que le sería reintegrado a éste. Se estaba negociando el asunto a través de abogados.


- ¿Qué nos podría decir de las víctimas?, ¿y del autor?


Con toda objetividad, expreso que pocas veces las víctimas podrían resultar más inocentes.  Andrea, la concubina del asesino, era una destacada médica y profesora de la facultad de medicina muy querida. Marta, su madre, era una señora íntegra y muy trabajadora. La familia Perrotta-Bellomo -ahora atrozmente diezmada- es una familia de gente trabajadora, bien educada y solidaria. La repulsa e indignación que genera su injusta muerte es generalizada en la sociedad uruguaya pero, en aquellos que conocimos a las víctimas, a ese repudio se suma el desconcierto al saber que no eran siquiera la clase de víctimas que podrían provocar una reacción violenta en un homicida.

En cuanto al autor de los asesinatos, lo defino como una persona que se enfermó por ambición y por dinero. Su mente se fue deteriorando, pero eso en absoluto lo exculpa ni atenúa su responsabilidad. Como acertadamente evaluaron los médicos forenses que lo peritaron, estamos frente a alguien que está en dominio de sus facultades mentales y deviene perfectamente imputable, tal cual concluyó el juez de la causa en el auto de procesamiento.
- ¿Cómo termina el asesino con la vida de su mujer, su hijo y su suegra?,¿cómo se desarrollan los acontecimientos? 


El asesino múltiple atacó premeditadamente a su ex compañera, utilizando al efecto un cuchillo de caza de gran poder ofensivo (No tomó un cuchillo de cocina que casualmente tenía cerca, tras un arrebato de ira, por ejemplo).
Una vez que pone fuera de combate mediante catorce alevosas puñaladas a la inerme víctima, va en busca de su menor hijo y lo acuchilla repetidamente.
A los pocos minutos ingresa a la casa la madre de Andrea, la señora Marta Bellomo de Perrotta, quien vivía a escasa distancia y acudió allí en respuesta a un llamado que su hija le hizo por el móvil pidiendo auxilio. También a ésta infortunada el ejecutor la agrede encarnizadamente de improviso, sin darle tiempo a defensa alguna, y le asesta nueve cuchilladas dejándola mal herida. La señora fallecerá minutos más tarde mientras era trasladada en automóvil por su hijo Daniel en un desesperado intento por salvarle la vida.
- Se ha comentado en diversos diarios que el asesino termina con la vida de su hijo, involuntariamente, al ser utilizado por Andrea Perrota, su madre, como escudo para evitar la agresión. ¿Cierto?


Eso fue una burda falsedad del victimario. Mentira que no pudo engañar ni a los forenses, ni al fiscal, ni al juez de la causa penal. El informe forense es muy claro sobre el proceso de las heridas que infirió al menor, lo cual destruye su versión de que Andrea sostuvo al niño en sus brazos mientras él la agredía a cuchilladas. El asesino propaga esa versión tratando de disminuir su culpa, pues como individuo frío e inteligente que es, sabe bien que la ley aplica una pena menor a un hombre que mata a su compañera y a su suegra, pero impone una condena mucho más severa a aquél que además asesina deliberadamente a un menor.

También sabe que dentro de la prisión corre más riesgos (a causa de los códigos carcelarios) de sufrir represalias por parte de los otros presos si reconoce haber matado voluntariamente a su hijo. No son bien vistos dentro de las cárceles aquellos sujetos que asesinan a niños. Por eso pretendió vanamente quitarse responsabilidad alegando haber matado a su pequeño hijo sin querer.
- ¿Entonces busca el asesino a su propio hijo para terminar con su vida? 


Sin duda alguna. Jorge Luís Di Conza asesinó bestialmente a su ex pareja infligiéndole catorce puñaladas, y luego va en busca del niño, al cual le asesta tres cuchilladas: una puñalada en el pecho, otra en la espalda, y una tercera herida se la produce en el cuello, a modo de degollamiento.
- ¿Había denunciando en alguna ocasión Andrea Perrota a su marido y autor de los hechos? 


La única denuncia contra el ex concubino la formuló la víctima Andrea en la comisaría de El Pinar el día anterior al crimen, o sea, el sábado 4 de agosto. Había una denuncia anterior, pero no la había hecho la chica, sino su padre el Contador Hugo Perrotta, quien denunció un altercado que había mantenido con su 'yerno', por causa de un hecho menor. Sin embargo, tal cosa se consideró una rencilla de vecinos, y no se tomó como un acto de violencia doméstica realizada por el futuro asesino contra su ex concubina.
- Se habla en los diarios que esta era una muerte anunciada, un asesinato que se podía haber prevenido...


La aparente falta de peligrosidad del agresor, su perfil de manipulador, y la violencia psicológica -más que física- que ejercía sobre su ex concubina determinó que ésta no adoptara las precauciones policiales y judiciales apropiadas. 
Recién lo denunció un día antes de acontecer el crimen, y no llegó a intervenir el Juzgado competente, el cual posiblemente hubiera decretado la expulsión del hombre de la finca conjuntamente habitada por él y por Andrea.Desgraciadamente las acciones preventivas adoptadas resultaron tardías.
La policía que acudió a la vivienda no localizó al denunciado y se limitaron a dejar bajo la puerta una carta citatoria, en lugar de poner a hacer guardia a un agente hasta que el sujeto apareciera y, entonces, conducirlo a la comisaría. En fin, tampoco quiero cargarle las tintas a la policía. Se trató de un acto de violencia brutal imprevisible, al menos visto de afuera.
- ¿El autor del crimen tenía la personalidad típica de un maltratador? 


Esta es otra de las peculiaridades de este tragedia, el autor no era el típico maltratador  el bruto machista que castiga a su pareja y la amenaza a través de actos notoriamente violentos. Jorge Di Conza era y es un manipulador. Un individuo perversamente inteligente. Manipulaba a su compañera en forma psicológica y planteaba sus amenazas de manera más o menos velada. Observó esta conducta de manipulación durante mucho tiempo. Experimentó un cambio al parecer abrupto en los últimos días, cuando se precipitaron las cosas y pasó a hacer amenazas de muerte que ameritaron una denuncia policial de parte de Andrea, la cual fue formulada el día anterior a los crímenes. Pero lamentablemente la acción policial no resultó efectiva y el amenazador no fue detenido.
- Aunque el autor ha querido enmascarar el crimen como pasional, ¿se trataría más de un crimen económico?


Como ya he resaltado, el dinero y la enfermiza pasión por el dinero que embargaba al victimario lo fue 'envenenando' hasta que perpeto estos abominables atentados. 

En el día previo a los homicidios amenazó con que si no le entregaban grandes sumas que él consideraba se le adeudaban (mencionó 150.000 dólares, pero tal cifra es un disparate que sólo cabe en su mente perturbada) asesinaría a toda la familia Perrotta- Bellomo. En particular, el homicida odiaba a su 'suegro' social, el Contador Hugo Perrota. Pero una vez que comenzó la masacre no se animó a ir a buscarlo para también matarlo, pues sabía que podía estar armado y que repelería su agresión.
El autor, además de ser un enfermo por el dinero, es un ser tremendamente cobarde. Su cobardía constituyó el rasgo más distintivo y determinante de sus acciones letales.  Jorge Luís Di Conza mató por dinero y por venganza, pero su afán de venganza era menos poderoso que su cobardía. Por eso fue que se conformó con victimar a las presas humanas más fáciles e indefensas: su ex concubina, la anciana madre de ésta, y el inocente bebé de catorce meses.
- "Yo era una máquina", dijo el triple asesino durante su confesión en el juzgado. Frío, sin un ápice de arrepentimiento, más preocupado por el destino del chalet de El Pinar que por los tres homicidios....


En efecto, en el auto de procesamiento el juez refiere que el imputado le pregunta reiteradamente sobre cómo quedaría ahora el tema de la casa, y si aún ahora podría recuperar el dinero que invirtió en ella. Por cierto que no hay ningún arrepentimiento ni da muestras de empatía alguna hacía sus víctimas.
Como psicópata que es Jorge Luís Di Conza únicamente piensa en sí mismo, y sólo le preocupan sus intereses. En fin, sobran las palabras...
- El informe pericial muestra al asesino como una persona violenta, con rasgos paranoicos e insensible, con trastorno de la personalidad de tipo psicopático.


Concuerdo con ese informe. Sin duda esos son rasgos de su personalidad. No obstante, el informe pericial también hace hincapié en la plena imputabilidad del asesino, resalta que es enteramente dueño de sus actos y que mató con total conciencia y voluntad. Es decir, con dolo.
- ¿Intentó ocultar su crimen Jorge Luis D.C.P?


Notoriamente intentó ocultar sus crímenes. Y aunque sus actos posteriores fueron ineficaces para evadirse a la justicia, lo esencial a enfatizar es que procuró evadirse. No se entregó a la autoridad, sino que fue intensamente buscado por la policía hasta que lo hallaron y lo arrestaron varias horas más tarde.

Se dirigió rumbo a la playa, cercana a pocos metros de la escena del crimen, en vez de irse en su camioneta (sabía que si conducía por la ruta rápidamente lo detendrían). Tal vez llamó con su teléfono móvil a terceros en busca de auxilio, de algún vehículo que lo recogiera en determinado lugar para tratar así de escapar, y no encontró el apoyo esperado.Pero, en fin, esto último es sólo una hipótesis personal, no puedo asegurarlo.
- Se debe destacar en este caso la colaboración vecinal. ¿Cierto?
Los vecinos actuaron con gran solidaridad hacía las víctimas y los familiares supervivientes. En especial, subrayo el heroísmo con que actuó el vecino Martín Poi (designado M.P en las actas policiales), que llamado por Daniel Perrotta acudió desarmado a la casa del crimen, a riesgo de que el criminal estuviese agazapado dentro y lo atacara. Este joven vecino trasladó en su coche al bebé Renato, quien aún tenía un hálito de vida, hasta un hospital distante a seis kilómetros del lugar. Lamentablemente su valentía no fue suficiente para salvar al chiquito, que ingresó desfalleciente en el hospital.
- Se ha sabido, así mismo, que ha desaparecido material informático perteneciente a Andrea Perrota del lugar de los hechos.


Hubo un hurto en la finca del crimen días después. En lo personal no le concedo importancia a ese hecho. Creo que se trató de una vulgar ratería consumada por ladrones oportunistas, de los cuales hay bastantes en El Pinar, y suelen cometer sus hurtos en invierno aprovechando que los chalets están descuidados.
- Alguna cosa más que quiera añadir...


Manifestarles mi gratitud, ya que a través de vuestro prestigioso sitio web permiten que se divulguen estos hechos, lo cual no dudo servirá para que los lectores expresen su simpatía a las víctimas inocentes de esta tragedia y hacia los familiares supervivientes.


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