De todos los postres que recuerdo de casa de mi abuela, este es, sin duda, el que más ganas tenía de recuperar. Era el postre que pedía todos los años por mi cumpleaños, santos y cada ocasión que podía. Un postre que fuera por lo que fuera, tomábamos de uvas a peras y eso lo hacía más deseable. Desde que me lié con esto de los fogones, siempre ha estado presente en mis planes, y hoy ya al fin lo he hecho y con un resultado bastante cercano al de mis recuerdos. A pesar que haber cambiado las marcas de algunos de los ingredientes originales.
Los Ingredientes.
125 grs. de margarina.
100 grs. de mantequilla3 huevos.
200 grs. de Azúcar Glass.
2 cucharaditas de café soluble.
Galletas María.Café frío.Brandy.Chocolate para fundir.Leche.
La Faena.Para empezar con este postre y para luego no tener que esperar, hacemos café y apartamos sin preocuparnos de que se enfríe. Es más, queremos que se enfríe. Mientras se hace el café juntamos en un cuenco la margarina y la mantequilla y batimos. Si es posible deberíamos haberla dejado a temperatura ambiente un par de horas para poder trabajar mejor con ellas. Una vez batidas, vamos añadiendo progresivamente las yemas de los huevos, luego el azúcar glass y por último las cucharadas de café soluble y reservamos. A continuación en otro cuento montamos las claras a punto de nieve. Una vez montadas, le vamos incorporando poco a poco la pasta anterior con movimientos envolventes.Retomamos el café, que servimos en un plato, le echamos un chorrito de brandy y azúcar. En ese café bañamos muy rápidamente las galletas. Las bañamos muy poco, para evitar que se reblandezcan. Cuando las saquemos del café, las untamos con la pasta de moka que hemos hecho y las vamos poniendo en horizontal una tras otra. Para que se nos mantengan las primeras galletas, podemos untar el fondo de la bandeja con la pasta y no poner las galletas hasta que llevemos un sandwich de 5 o 6 galletas. Una vez puestas todas las galletas, cubrimos el tronco con el resto de la pasta y reservamos mientras fundimos el chocolate.El último paso es cubrir el tronco o brazo con una capa de chocolate fundido, aunque para que no quede demasiado duro, sería conveniente mezclar el chocolate con unas 5 o 6 cucharadas de leche. Así el chocolate quedará más cremoso y fácil de cortar. Una vez atemperado, cubrimos el tronco con el chocolate y el postre está listo. Lo metemos en la nevera hasta la hora de comer.A la hora de servir, y por mera estética, es aconsejable cortarlo de manera oblicua al tronco, como si de embutido se tratara, pues el trozo es más vistoso y el corte a la vista mucho más estético.Espero que os guste tanto como a mí.