(10/10/2011, PressEurop)
Los resultados electorales anuncian que Donald Tusk se convertirá en el primer ministro polaco de la era poscomunista que repetirá mandato. La prensa polaca celebra la victoria del partido en el poder, Plataforma Cívica, pero advierte que se avecinan tiempos difíciles.
Con el 99,5% de los votos escrutados de las elecciones generales del 9 de octubre, el partido polaco de centro derecha Plataforma Cívica (PO) mantiene una firme posición en cabeza con un 39,19%, por delante del partido populista de Jarosław Kaczyński, Ley y Justicia (PiS), que tiene un 29,88%. Sorprendentemente, la tercera fuerza en el nuevo Sejm (Parlamento polaco) será el partido de izquierda, anticlerical y progay Movimiento Palikot (RP) que ha conseguido el 10,01% de los votos. El cuarto lugar lo ocupa el Partido del Pueblo Polaco (PSL, literalmente el Partido de los Campesinos Polacos) con un 8,36%. Con únicamente un 8,25%, el partido poscomunista Alianza Democrática de Izquierda ha obtenido unos pobres resultados. Si se mantienen estas cifras, Polonia está a las puertas de otros cuatros años de coalición PO-PSL.
No fue un triunfo, fue una victoria [...] han ganado de nuevo quienes quieren una Polonia abierta y moderna. [...] Los polacos han rechazado la locura del PiS y han confiado en la predecible Plataforma Cívica. Creen que podrá hacer frente al desafío de los tiempos difíciles que se avecinan. Es una enorme responsabilidad.En opinión del diario conservador Rzeczpospolita, el éxito de la Plataforma Cívica se debe en parte a las excentricidades del líder de la oposición Jarosław Kaczyński, que en plena campaña electoral, dejó entrever de manera opaca que la elección de Angela Merkel como canciller alemana “no era una mera coincidencia”, lo que para el público polaco sugería que la Stasi de la Alemania Oriental la había aupado al Gobierno. El líder del PiS también se mostró reticente a celebrar un debate público frente al primer ministro Tusk.
El PiS no ha conseguido quitarse la etiqueta de ser un partido radical e impredecible, [por este motivo] “los votantes han llegado claramente a la conclusión de que a pesar de todos sus errores y debilidades, el PO garantizará una estabilidad… los votantes apreciaron que el nivel general de vida bien se ha incrementado o, con relación a otros países europeos, ha bajado ligeramente. Pero sobre todo votaron por quien lo hicieron porque Tusk no es Jarosław Kaczyński.Mientras tanto el diario económico Dziennik Gazeta Prawna espera que Donald Tusk termine lo que empezó y que no busque “excusas” para posponer aún más los recortes en el sector público:
No hay una coartada. El PO es el primer partido desde 1989 que repite en el poder. Nadie puede decir que el presidente se equivoca, la oposición es demasiado insistente en que necesitamos esperar antes de llevar a cabo reformas porque la situación política es incierta. Se puede cambiar y arreglar un país en ocho años. Que lo respetemos o no, de aquí a cuatro años, dependerá del valor que muestre Tusk.El politólogo Aleksander Smolar secunda la línea del diario económico y lo subraya en una entrevista con la Gazeta Wyborcza puesto que
… el mero hecho de que un partido sea reelecto no puede interpretarse como una victoria histórica. Simplemente es una oportunidad, un cheque en blanco emitido por una gran parte de la sociedad polaca a nombre de Tusk y de la PO.La mayor sorpresa de las elecciones del domingo fue el excelente resultado que obtuvo el recientemente creado Movimiento Palikot. “Podríamos calificarlo de milagro si no fuese porque no creemos en Dios”, explicó el portavoz de RP, Robert Leszczyński, tras el anuncio de los primeros pronósticos de los resultados. Janusz Palikot, el fundador del movimiento y antiguo miembro de PO, ha conseguido movilizar a activistas gays (el primer transexual en entrar al Sejm [Parlamento polaco] lo hará en la lista del partido), feministas y todos los desencantados con el sector político. La Gazeta Wyborcza advierte sin embargo que el programa de Palikot es “dolorosamente lacónico” mientras su equipos está conformado por “un batiburrillo de personas” y señala que
Mucha gente enfadada o disgustada con el tradicionalismo mudo, con la intolerancia y las costumbres patriarcales, ha encontrado en él a su portavoz. También le apoyaron quieres ya no confían en los políticos y buscaban una esperanza sobre una posible mejora.