Últimos testigos. Los niños de la Segunda Guerra Mundial – Svetlana Alexievich

Últimos testigos. Los niños de la Segunda Guerra Mundial (Voces de utopía, #2) de Svetlana Alexievich
Editorial Debate, Penguin Random House Grupo Editorial Fecha de publicación 2016
Páginas: 334
Formato: Paperback
Obtenido en: Editorial
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Recibí este libro de manera gratuita a cambio de una reseña honesta. Esto no afecta mi opinión o el contenido de mi reseña.

De la Premio Nobel de Literatura 2015, una obra maestra inédita hasta ahora que recoge el recuerdo de los niños que sobrevivieron a la segunda guerra mundial. Un tema de gran interés desde una perspectiva totalmente distinta.
La Segunda Guerra Mundial dejó casi trece millones de niños muertos y, en 1945, solo en Bielorrusia, vivían en los orfanatos unos veintisiete mil huérfanos, resultado de la devastación producida por la guerra en la población de ese país. A finales de los años ochenta la Premio Nobel Svetlana Alexiévich entrevistó a aquellos huérfanos y compuso con sus testimonios un emocionante relato de una de las mayores tragedias de la historia.
Esta obra maestra inédita constituye un retrato personal y profundamente conmovedor del conflicto en el que la propia autora no interviene más allá del prólogo: son sus protagonistas los que hablan conformando con sus palabras una especie de memoria coral de la guerra, original, auténtica y fascinante.

No se imaginan lo difícil que fue leer este libro. Las veces que tuve que dejar de leer porque las lágrimas me lo impedían. Las ocasiones en que cerré el libro con una angustia que no imaginé que sentiría. Cuando solicité este libro creí que por haber leído novelas sobre la segunda guerra mundial, me sería fácil enfrentarme a ello, pero no.

El hecho de que sean ellos mismos quienes te cuenten lo que sentían, pensaban o vivían en esos momentos, la devastación, la crueldad, el hambre, la tristeza... son demasiadas emociones como para poder controlarlas todas.

Lo que estas personas vieron, lo que sufrieron no son cosas que deban de ver los niños, no son algo que deban soportar los seres humanos y lo que me ponía más triste era pensar que hoy en día hay muchos hombres y mujeres, niños y ancianos, que están padeciendo cosas traumáticas también.

La crudeza de la narración, es algo que debí de haber imaginado. Los niños no suelen tener filtros para decir las cosas y estas memorias son las de esos niños, los que estuvieron en la guerra, en escenarios diferentes sí, pero cada uno a su manera la sufrió y la cuenta aquí de una forma en que te toca el corazón de manera inimaginable.