Balance anual de Espectadores. Bienvenidos, aquellos lectores con ganas de sumar piezas.
El encuentro de Estela de Carlotto con su nieto Guido/Ignacio, el asedio de los fondos buitre, el recrudecimiento del conflicto en Medio Oriente, el deceso de figuras públicas muy queridas, el desarrollo del Mundial de Fútbol en Brasil (y el título de subcampeones que supimos conseguir), la reedición de eventos cinéfilos como la 86ª entrega de los Oscar y nuestro 16° BAFICI, el estreno o anticipo de películas encomiables constituyen algunas de las piezas del rompecabezas que Espectadores armó a modo de balance de 2014. Como versiones anteriores, este puzzle también carece de piezas importantes que irán apareciendo y completando el panorama a medida que los lectores del blog las mencionen. Nombramos algunas a título ilustrativo: la (re)elección de Michelle Bachelet, Evo Morales, Dilma Rousseff, Tabaré Vázquez en los países vecinos, el inicio de la carrera presidencial en Argentina, el hallazgo de los restos de Luciano Arruga, el crimen de los normalistas de Ayotzinapa, la intención de Barack Obama de levantar el bloqueo a Cuba.
Política, fútbol y reclamos varios
El repaso de los contenidos publicados en 2014 arroja un dato curioso: los dos posts más leídos, replicados y acaso comentados del año aparecieron en sus extremos, como muestra de la discusión política que hace tiempo ulcera a más de un argentino. El primero gira en torno a una carta apócrifa atribuida a Ricardo Darín (data del 9 de enero); el segundo es la respuesta a un mail de campaña que el PRO envió a nombre de Mauricio Macri (data del 6 de noviembre).
Aunque con menos frecuencia -y acaso vehemencia- que años anteriores, Espectadores siguió manifestando su posición política en 2014. Lo hizo cuando celebró la recuperación del nieto de Estela de Carlotto con uno y dos textos, cuando informó sobre la disponibilidad online de documentación oficial correspondiente a la dictadura del ’76-’83, cuando recordó el 40° aniversario del asesinato del Padre Mugica, cuando rescató del olvido al desaparecido Gustavo Bruzzone.
También cuando les dedicó este artículo a los fondos buitre y luego recomendó esta película de Abderrahmane Sissako y ésta de Costa Gavras; cuando actualizó una, dos, tres veces la crónica del acoso judicial que la familia Martínez de Hoz ejerce contra Osvaldo Bayer y sus colaboradores; cuando les prestó atención a los primeros pasos de Brasil en la regulación de Internet; cuando señaló la conveniencia de aumentar la visibilidad de la discusión sobre la presunta neutralidad de la Web, cuando comentó la renuncia de Eugenio Raúl Zaffaroni a nuestra Corte Suprema de Justicia, cuando recomendó mirar el conflicto en Medio Oriente con los ojos de Edward Said.
La edición brasileña del Mundial de Fútbol nos apasionó de manera progresiva. Después de amagar con ignorarla, la cubrimos primero tangencialmente, cuando comentamos el programa De zurda y cuando nos detuvimos en las repercusiones de la victoria nacional contra Suiza en la prensa de ese país, luego con la camiseta puesta cuando celebramos la victoria contra Holanda y cuando agradecimos a la selección nacional por su desempeño en general y contra Alemania en particular.
Por otra parte, 2014 fue un año de reclamos. En primer lugar, contra la barbarie de los linchamientos, contra la cultura del atropello, contra la conducta homicida sobre ruedas. En un segundo plano también despotricamos contra temas tan disímiles como el destino que a veces corre nuestro patrimonio cultural, una campaña comunicacional de la AFIP, el doble estándar para calificar las celebraciones de egresados en la vía pública, el cierre del suplemento Futuro de Página/12, la (mala) calidad de los subtítulos de las películas extranjeras exhibidas en nuestros cines, la proliferación de los parques temáticos.
Despedidas y homenaje
Este año lamentamos la muerte de dos hombres enormes: Juan Gelman y Clyde Snow. También despedimos a una decena de actores entrañables: los compatriotas Alfredo Alcón, Carlos Moreno, Arturo Goetz, Norma Pons, Mariana Briski y los extranjeros China Zorrilla, Philip Seymour Hoffman, Robin Williams, Bob Hoskins, James Garner.
La Parca se llevó además al músico Gustavo Cerati, al realizador Richard Attenborough, a la televisiva y gastronómica (o al revés) Hermana Bernarda, a la jueza suprema Carmen Argibay Molina, al periodista Eduardo Videla y al divulgador científico Leonardo Moledo. Fue tan cholula que convocó a otras tantas personalidades cuyo deceso no llegamos a cubrir, por ejemplo Roberto Gómez Bolaño alias Chespirito.
Los homenajes póstumos convivieron con este tributo al veterano Quino en el marco del 50° aniversario de Mafalda. Espectadores volvió a sumergirse en aguas historietísticas cuando anunció la irrupción de una Thor de sexo femenino y cuando aprovechó la promoción de una nueva entrega animada (y 3D) de Astérix para referirse a la reconciliación de Albert Uderzo con su hija Sylvie.
Séptimo arte
Como de costumbre, la sección Cine fue la que más se actualizó este año. La 86ª entrega de los Oscar y el 16° BAFICI fueron los eventos cinéfilos que más llamaron la atención del blog. El primero inspiró uno, dos posts y varias reseñas de películas nominadas. El segundo, una sección entera.
Complicaciones de índole personal y laboral redujeron drásticamente la cantidad de películas que quien suscribe suele ver por año. De ahí la sugerencia de tomar con pinzas la elaboración del siguiente doble ranking de títulos favoritos.
- Nacionales
A vuelo de pajarito de Santiago Garcia Isler (proyección en el Malba),
El color que cayó del cielo de Sergio Wolf (proyección en el marco del 16° BAFICI y en el circuito comercial),
Salsipuedes de Mariano Luque (proyección en el espacio INCAA),
Gabor de Sebastián Alfie (proyección en el Centro Cultural de la Cooperación),
Relatos salvajes de Damián Szifrón (proyección comercial).
- Extranjeros
Berberian Sound Studio de Peter Strickland (proyección en el circuito comercial),
7 cajas de Juan Carlos Maneglia y Tana Schemboride (proyección en el circuito comercial, que inspiró uno y dos posts),
Nebraska de Alexander Payne (proyección en el circuito comercial),
El Gran Hotel Budapest de Wes Anderson (proyección comercial),
La vida de Adèle de Abdellatif Kechiche (proyección en el circuito comercial),
Cheatin’ de Bill Plympton (proyección en el marco del 16° BAFICI),
Iraní de Mehran Tamadon (proyección en el marco del 16° BAFICI),
El niño y el mundo de Aleu Abreu (proyección en el marco del 16° BAFICI).
En 2014 nos esforzamos por publicar información cinéfila que la prensa argentina de alcance masivo trató apenas o directamente ignoró. Por un lado, adelantamos detalles sobre los trabajos más recientes -o en plena realización- de Lucrecia Martel, Marjane Satrapi, Corneliu Porumboiu, Matteo Garrone, Nanni Moretti (aquí y aquí), los hermanos Dardenne (aquí y aquí), Peter Strickland (aquí y aquí), Joshua Oppenheimer (aquí, aquí y aquí), Park Chan-wook, Spike Lee y de la dupla que conforman Kathryn Bigelow y Mark Boal.
Por otra parte, señalamos la existencia de tres tributos cinematográficos interesantes para los admiradores de Noam Chomsky, del difunto Gore Vidal y de Richard Linklater. Asimismo comentamos otros cuatro largometrajes que también llamaron nuestra atención: la remake de El secreto de sus ojos (porque las adaptaciones made in Hollywood distan de ser santas de nuestra devoción), la versión cinematográfica de The Office (porque despierta curiosidad la suerte que David Brent correrá en la pantalla grande), la nueva biopic de Steve Jobs (porque conmueve la intención de reparar el fiasco que resultó el primer intento), la comedia dramática El amor es extraño (porque causa gracia la letra ‘R’ que la Motion Picture Association of America le asignó a la historia de dos hombres maduros recién casados).
Cerramos el apartado cinéfilo de este balance con el recuerdo de los posts que les dedicamos, por un lado, a Michael Moore y, por otro lado, a Woody Allen. El primero se inspiró en la convocatoria que el documentalista lanzó a través de Facebook con miras a internacionalizar el festival de cine que él mismo organiza en la ciudad de Travers, Michigan. El segundo fue un ejercicio de catarsis contra cierto empecinamiento mediático nacional en sugerir o afirmar que el realizador neoyorkino filmará en Buenos Aires.
Periodismo, libros y TV
En 2014 les prestamos menos atención a la actividad mediática que en años anteriores. Como de costumbre, aprovechamos el 7 de junio para señalar algunos vicios de la profesión periodística, pero los posts críticos fueron escasos: uno, dos sobre la indiferencia de nuestra prensa masiva frente a noticias provenientes de Bolivia y éste sobre la falta de rigurosidad periodística a la hora de informar sobre la enfermedad de Alzheimer.
Por lo demás, nos hicimos eco del fallo judicial a favor de los autores del blog Qué Te Pasa Clarín, celebramos el proyecto de digitalización de los archivos del diario Crónica, informamos el nacimiento de un nuevo periódico (La Izquierda Diario), señalamos la indiferencia de los medios hegemónicos ante el lanzamiento de la versión en inglés de Telesur y advertimos sobre la reestructuración de los franceses Le Monde y Libération.
Los libros y la televisión ocuparon un lugar secundarísimo en la agenda de Espectadores. Mientras la sección literaria albergó las reseñas de dos ficciones (Una confesión póstuma de Marcellus Emants y Una muchacha muy bella de Julián López) y de dos ensayos de un mismo autor (Años de rabia y Las locuras del rey Jorge de Eduardo Blaustein), la sección catódica ofreció un solo adelanto (Olive Kitterridge con Frances McDormand), dos recomendaciones (Doce casas y The Knick), una curiosidad francesa (la ‘tinelliana’ Conasse) y uno, dos, tres, cuatro posts dedicados a la tercera temporada de En terapia.
Espectadores en 2014… y de cara a 2015
En abril de 2014 Espectadores cumplió su octavo año de vida online. La participación de algunos lectores ocasionales inspiró la publicación de esta suerte de carta abierta en mayo y la actualización de la política editorial en junio.
Fiel a su tradición, el blog estrenó header el Día de la Primavera. Semanas más tarde se tomó un descanso, en parte para recuperar energía, en parte para recalcular su rumbo. Durante el último trimestre del año, redujo la frecuencia de publicación casi diaria (de lunes a viernes) a un ritmo de actualización errático, en el mejor de los casos, de una o dos veces por semana.
Como de costumbre, Espectadores retomará el ruedo online de a poco, a partir de mediados de enero y a un ritmo entre veraniego y vacacional. Es decir, sin la frecuencia sistemática que suele imponerse entre marzo y octubre de cada año, y con altas probabilidades de que la actividad vuelva a interrumpirse varios días en febrero.
El primer post de 2015 anunciará al menos dos decisiones editoriales. La primera, un ligero golpe de timón para los contenidos cinéfilos y la segunda, la aclaración de rigor que -a juicio de quien suscribe- exige la actividad blogger en tiempos electorales (en especial cuando se trata del recambio presidencial).