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[PATRIMONIO] Una ciclorruta seguirá la huella de Ricardo Larraín Bravo en la capital. Desde la grandeza de la Basílica de los Sacramentinos hasta sus pintorescos cités obreros.
por Darío Zambra
EN la esquina de San Ignacio con Alonso de Ovalle, en el centro de Santiago, hay una residencia de tres pisos que llama la atención por su elegancia. Fue construida en 1908 para la familia de Carlos Matte Eyzaguirre. Hoy, en el primer piso hay un almacén y también una cafetería, donde se vende café cortado y sándwiches.
A dos cuadras de ahí, en la Alameda con Dieciocho, se encuentra el palacio Iñiguez, que perteneció al historiador y político Antonio Iñiguez, quien era parte de la elite santiaguina de comienzos del siglo XX. Actualmente, en parte del primer piso funciona el tradicional Café Torres.
Además de su estilo afrancesado, ambas edificaciones comparten otro elemento común: fueron construidas por Ricardo Larraín Bravo, uno de los arquitectos más destacados que tuvo la capital durante la primera mitad del siglo pasado. Su prolífica huella se puede encontrar -y admirar- en distintas zonas de la ciudad: en el centro cívico, el barrio París Londres, los alrededores del Parque Forestal, Providencia, Franklin, barrio Dieciocho y la calle República.
El próximo sábado 11 de junio un grupo de ciclistas recorrerá algunos de los edificios más representativos de este arquitecto, que nació en Valparaíso, vivió en Santiago y se formó en L' Ecole Speciale d'Architecture de París. La ruta tendrá siete paradas: comenzará en el inmueble que construyó en 1912 para la Caja de Crédito Hipotecario, en Huérfanos con Bandera; y terminará en el conjunto habitacional León XIII, ubicado en Capellán Abarzúa con Bellavista, en Providencia, que fue una de las primeras poblaciones obreras de la capital y que diseñó junto a otros arquitectos. Ahí se encuentra una de sus últimas obras: la casa que construyó para su hermana.
Entre medio, los ciclistas visitarán el pasaje Adriana Cousiño; el Palacio Iñiguez; la monumental Basílica del Santísimo Sacramento; los numerosos inmuebles que construyó en las calles París y Londres; y la población William Noon, que se ubica en Manuel Montt con Eliodoro Yáñez.
Marcelo Vizcaíno, arquitecto y académico de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Diego Portales, explica que, por una parte, la obra de Larraín muestra un Santiago palaciego. "Son residencias fastuosas. Más que casas, las llamaron palacios. Es una época interesantísima, en términos de que la elite capitalina adopta un lenguaje afrancesado para sus residencias", sostiene.
Estos inmuebles se concentran especialmente en los barrios Dieciocho y República, que eran los lugares predilectos de la aristocracia de aquellos años. Los 1.000 M2 del imponente Palacio Iñiguez son el ejemplo más vistoso, pero también están la residencia de Carlos Matte Eyzaguirre, el Palacio Erquiñigo Gómez en República y varios otros inmuebles en las calles Alonso de Ovalle y San Ignacio.
Larraín fue un arquitecto multifacético. Además de estas edificaciones fastuosas, fue uno de los encargados de levantar algunos de los primeros conjuntos de viviendas obreras que existieron en la ciudad. Conocida es la población Huemul, en el barrio Franklin, que se convirtió en una de las primeras ciudades satélite de Chile, al incluir, además de casas, servicios como una escuela, un teatro y el recordado Patronato de la Infancia, más conocido como Gota de Leche. "Impulsó un gran cambio en la visión de cómo debía ser la vivienda social", afirma Francisca Vargas, una de las encargadas de la ciclorruta. También construyó cités en Salvador Sanfuentes, Santa Rosa, San Francisco y casas económicas en la calle Mapocho.
El arquitecto y nieto de Ricardo Larraín, Pedro Murtinho, asegura que esta trayectoria, que incluye construcciones para las clases altas y bajas de Santiago, convirtieron a su abuelo en un adelantado: "Fue un hombre culto y que supo entender muy bien el espíritu de su época. Además, tuvo vocación de servicio público, porque ocupó varios cargos políticos".
Vizcaíno cuenta que el edificio de Larraín que más le gusta es el de la Caja de Crédito Hipotecario, hoy casa matriz del Banco BBVA. "Ahí logra albergar sus valores arquitectónicos. Incluso, tiene vitrales que muestran los beneficios del ahorro, la ciencia y el arte", asegura el académico.
El punto de encuentro del recorrido será la Plaza de Constitución, a las 10 horas del próximo sábado. El párroco del Templo del Santísimo Sacramento ya autorizó el ingreso a esta iglesia, ubicada en Arturo Prat con Santa Isabel. Larraín la construyó durante las primeras décadas del siglo pasado y para su diseño se inspiró en la basílica de Sacre Coeur de París.