Revista Televisión
'Ray Donovan' es una serie silenciosa: no suele dar muchos titulares, pero sus seguidores llevamos disfrutando con ella desde hace tres años. Y, como mínimo, lo haremos uno más. Es un drama de Showtime (el sexo y la violencia son señas de identidad) cuyos capítulos, a pesar de que la gran mayoría duran hasta casi una hora, no se hacen en absoluto pesados. La tercera temporada de 'Ray Donovan' ha sido magnífica. Seguimos haciendo frente a los dramas habituales de la serie (las relaciones paternofiliales, las matrimoniales) y, aún así, no se hace repetitiva.
"¿Qué cojones sabes tú de ser un buen hombre, Raymond?" (Terry Donovan)
A partir de aquí spoilers de la tercera temporada de 'Ray Donovan'.
La aparición de Andrew Finney (Ian McShane) como nuevo cliente de Ray ha sacudido, definitivamente, su vida. Y no sólo porque haya estado a punto de ser detenido por, curiosamente, el único asesinato que no ha cometido, sino porque su matrimonio, una vez más, ha estado al límite. Aunque aquí el responsable no es Finney, sino su hija Paige (Katie Holmes). Ellos han sido parte de un problema que no ha sido el único: la facilidad de Mickey (cómo clava su papel Jon Voight) para complicar la vida de los que tiene alrededor, la salida de Terry (que ha estado menos insoportable de lo habitual) de prisión o el paso adelante de Bunchy han estado ahí para no facilitarle las cosas a Ray, que es un hombre que se basta y se sobra consigo mismo (y con Avi y Lena), que jamás admitirá que necesita ayuda y que siempre está cuando se le necesita (excepto si eres su mujer o sus hijos, salvo que sea una urgencia).
Me ha gustado mucho la trama que ha tenido este año Mickey, que junto a su hijo Daryll ha comenzado (más bien heredado mediante asesinato) un emporio de drogas y prostitución que no les han dado otra cosa quebraderos de cabeza. Y dinero, mucho dinero. Aunque éste proviniese de la mafia armenia (¿ha sido o no maravillosa esa señora Minassian que tenía cara de Jessica Lange dentro de 20 años con una buena colección de pelucas y que alimentaba a su hijo?) y las cosas se complicasen mucho más. El asunto se les fue de las manos cuando tendieron aquella emboscada a los armenios, que terminó con Mickey convertido en infiltrado (Michael Hyatt en un papel muy en la línea del que tuvo en 'True Detective'), perdiéndose la boda de su hijo, dispuesto a poner a la familia en contra de Ray, matando a la matriarca armenia y siendo responsable del ataque sufrido por Terry. Al final lo que ha conseguido es que hasta Daryll le repudie y le pida que se aleje de su vida. Imposible que le perdamos de vista pero, ¿comenzará una nueva vida en Nevada o tardará poco en regresar?
Bunchy, que siempre ha estado un poco a la deriva cargando con un pasado que le marcó para siempre ha dado este año, por fin, un paso adelante. Y eso que al principio no parecía que las intenciones de Teresa (Alyssa Diaz) fuesen todo lo buenas que parecían. Pero la mexicana ha sido la responsable del cambio: no sólo Bunchy (Brendan para Teresa) está casado (qué bueno fue ese momento en el que Lena está registrando los abrigos de la familia de la novia en la cena de presentación), sino que va a ser padre. "No tengo ni puta idea de cómo ser padre". La temporada que viene lo descubrirás. La que también tiene mucho por descubrir (o más bien por aprender) es Bridget, a la que lo sucedido la temporada pasada todavía le salpica. ¡Qué bien está creciendo Kerris Dorsey como actriz (comenzó siendo nieta de Sally Field, pasó a ser hija de Brad Pitt y ahora lo es de Liev Schreiber)! La relación con su profesor de matemáticas ("Si te van a culpar de estar conmigo, ¿por qué no lo estás?") ha sido un bálsamo sentimental para ella, pero estaba avocada al fracaso desde el principio. La aparición de su padre en el hotel, minutos después de que el señor Donellen (Aaron Staton) se derrumbase, le va a enemistar con él por tiempo ilimitado. Hasta que ella sea consciente de su error. De momento se ha ido de casa.
Andrew Finney llegó a Ray como cliente y pasó a convertirse en jefe cuando esa se convirtió en la única opción de sacar a Terry de prisión. Esta trama nos ha mostrado a un Ray que aguanta los primeros planos como nadie (y que es sexy a rabiar). La asociación Finney/Donovan no le ha sentado nada bien al matrimonio del segundo, que ha visto cómo Abby regresaba a casa, en Boston, junto a sus hermanos, para poner algo de distancia con respecto a su familia. Paige ha sido pieza clave, pues al final consiguió su polvo con Ray mientras era cómplice de la sorprendente relación entre su padre y su marido Varick (Jason Butler Harner). Ray era su válvula de escape de una realidad que le asfixiaba y en la que básicamente respiraba para trabajar. Fue fantástica la fiesta en la que Abby puso cara a Paige y cayó en la cuenta de que su marido volvía a engañarle. Y a su vez Ray tuvo que lidiar con el Padre Romero (Leland Orser), que perseguía a los hermanos Donovan en busca de una confesión con respecto al asesinato del padre O'Connor. Este toque religioso, tan presente en la serie desde sus inicios, le ha dado un plus a la trama, que ha terminado con la esperada confesión de Ray, hundido en el confesionario. "¡Cuando abrazo a mis hijos veo esas putas imágenes!" ¡Ay, Liev Schrieber, qué bueno eres y qué bien repartes estopa! ¿Nadie ha pensado en James Bond en la escena en la que Ray se enfrena a los armenios?
La muerte de Varick a manos de Andrew nos brindó un gran episodio en el que jugaron a despistarnos en torno a la identidad del cadáver que Avi (al que Ray terminó por pedir ayuda de nuevo) y su jefe enterraron. La sorprendente aparición de Cochran le dio un interesante giro a la trama, que puso a Ray contra las cuerdas. Pero si hay algo que me fascinó fue la participación de Hasmig (Sarah Shahi), que pedía a gritos representar a Armenia en Eurovision el año que viene. Andrew Finney no se salió con la suya, a diferencia de su hija, que vio cómo sus planes siguieron adelante, a pesar del rechazo de Ray. La situación con Abby está en un punto muerto y, con todos los problemas que tienen a su alrededor, es poco probable que se arregle. Al menos de momento. Celebro que ese beso/desliz entre Abby y Terry haya quedado en eso: un desliz. Las palabras de Terry ("Es una deshonra como la tratas") y lo ocurrido en la casa de su padre probablemente sirvan para unirle a su hermano Ray. ¿Y Connor? Devon Bagby ha esta ausente esta temporada, apareciendo sólo para pedir permiso a sus padres para ir a casa de su abuelo y así enseñar cacha, que el chaval está creciendo mucho.
'Ray Donovan' se enfrentará en su cuarta temporada a la distancia puesta por Mickey y Bridget respecto a la familia. Con Bunchy a punto de ser padre. Con Terry y Ray estrechando lazos pendientes de qué pasará entre éste último y Abby. Y con Daryll, por fin, volando solo. ¿Será Connor su nuevo cómplice?