Revista Coaching

¿Un cortafuegos entre lo personal y lo profesional?

Por Jofoba @jordifortunybad

Estoy convencido de que algunas de tus mejores ideas sobre el trabajo no se te han ocurrido en horas de trabajo. Del mismo modo, también sé que cuando estás en el trabajo algún rato lo dedicas a pensar en aspectos de tu vida personal.

Hay muchas personas que luchan incesantemente para, sobre todo, evitar que lo laboral «contamine» lo personal. Y digo «sobre todo» porque pensar en la familia cuando estás en una reunión no nos hace sentir tan mal como pensar en la reunión cuando estás con la familia. 

Es imposible mantenerlo separado. Nuestra cabecita la llevamos siempre encima de los hombros. Así que mi apuesta pasa por normalizar la situación. En mi caso, hace muchos años que desinstalé este cortafuegos y permito que los diferentes aspectos personales y profesionales de mi vida se mezclen.

Aprendí que debía dar rienda suelta a lo que mi cuerpo me pedía, y esto podía incluir —por ejemplo— preparar una presentación de PowerPoint un domingo por la tarde. O pensar en cosas del trabajo mientras estoy andando por el monte. Al principio me sentía mal, pero aprendí que no tenía sentido sentirme mal por un «tópico». Oye, que puede ser normal que te apetezca trabajar un rato en fin de semana en lugar de ver una peli ñoña durante la sobremesa. O aprovechar que andando estoy creativo para darle vueltas a algún tema laboral e ir capturando lo que se me ocurra.

Y no estoy hablando de ser un workaholic, se trata de hacer siempre lo que tenga sentido para ti. Y para que las cosas tengan sentido no hay otro secreto que tener claridad de ideas sobre quién eres, cómo eres y qué quieres. 

Esto es importante pero no suficiente, porque luego, esta claridad en estos aspectos más elevados de tu vida la tendrás que aterrizar a nivel operativo. En tu día a día. Pasando de tópicos y de si queda bien o mal en el escaparate. Con comportamientos coherentes. Alinear lo que piensas con lo que haces. Es cierto que estarás pensado que te planteo una cosa irreal y con un gran problema insuperable. Que lo profesional siempre se comerá lo personal. Pensarás, claro, me pones el ejemplo de trabajar un domingo por la tarde, pero no me pones el ejemplo de irte a andar por la playa un lunes por la mañana. 

Quizá tengas parte de razón, no te negaré que la cultura del presencialismo que tienen la mayoría de organizaciones impide aprovechar al máximo esta manera de funcionar. Pero también estoy convencido de que esta cultura va a caerse más pronto que tarde. Y luego, ya nos veo a todos quejándonos de lo contrario… con lo bien que vivíamos con el presencialismo… jajajaja… qué incorregibles somos. Sea como sea, te recomiendo que vayas pensando en ello y saliendo de tu área de confort. 

Hacer este Powerpoint un domingo por la tarde, puede representarte el poder salir puntual del trabajo un par de días, para ir de compras, al gimnasio o a jugar con tus hij@s. Y lo más importante: hacerlo sin sentirte mal, sin ruido en la cabeza, estando a lo que estás. Yo, personalmente, es un precio que estoy dispuesto a pagar.

Quitar el cortafuegos, en mi experiencia, no hace que lo profesional se coma lo personal. Pasa justo lo contrario, lo personal gana relevancia. Porque pasa a jugar en la misma liga, lo personal deja de ser de segunda división… o de tercera regional. 

Puede doler leerlo, pero la separación —al menos dentro de tu cabeza— personal/profesional es artificial. 

Incluso muchas personas se sorprenden de la tranquilidad con la que GTD lo asume. Trata por igual lo profesional y lo personal. Enviar los resultados del año a los accionistas y comprar comida para el gato. Ambas cosas son relevantes para ti. Quieres tener a los accionistas satisfechos y al gato, por supuesto, también.

¿Dónde está escrito que los accionistas son más importantes que el gato? En ningún sitio. Es más, creo que si se te muere de hambre el gato lo vas a pasar peor que si se te enfadan los accionistas. 

Si tienes suficiente claridad en todos los niveles como para sentirte bien con todo lo que hagas, pierde sentido cualquier muro artificial que construyas. Eres tú y tu vida. Y haces lo que te apetece, cuando te apetece y sintiéndote bien con ello. 

Afortunadamente, en mi actividad profesional como consultor artesano en efectividad, cada día veo más personas que transitan hacia este estado libre de divisiones artificiales. Disfrutando de hacer lo que tiene más sentido en cada momento. Y lo percibo con un indicador muy evidente: las personas que ya han llegado a esta claridad, no tienen ningún problema en hacer la Revisión Semanal en fin de semana. Porque sienten que no es trabajo, es bienestar. 

Photo by Philip Reitsperger on Unsplash

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