¡Amén, Dionisio!
Pero no seamos crueles y llamémosle por su nombre, Dionisio, pues las contribuciones de este hombre tanto para con la historia de la humanidad como para con la historia de la Iglesia no tienen nada de enanas.Su vida dedicada al estudio -fue teólogo y matemático- se sabe que comenzó alrededor del año 470 y terminó en el año 544 y era originario de la región llamada Escitia menor, que hoy se llama Dobruja y está compartida por Rumanía y Bulgaria.
Por su privilegiada situación greográfica, pudo hablar, leer y escribir con fluidez griego y latín, lo que le permitió luego viajar a Romaen el año 500 y establecerse allí para dedicarse de lleno a sus trabajos de traducción, sobre todo encaminados a contribuir en el campo del derecho canónico.
Y el tío era incansable, pues tradujo todo esto:
- Una coleccion de derechos sinodales de la que ha dejado dos ediciones:
- Codex canonum Ecclesiae Universae: aquí tradujo cánones de los sínodos orientales, que incluyen el Primer Concilio de Nicea (año 325), el Segundo Concilio General (año 381), el Concilio de Éfeso (año 431) y el de Calcedonia (año 451), entre otros. Los dejó tanto en latín como en griego.
- Codex canonum ecclesiasticarum: solo en latín, casi todos los textos anteriores están incluidos, aunque añade alrededor de 140 textos nuevos. Por ejemplo: los Cánones de los Apóstoles o algunos otros del Consejo Africano de Cartago.
- Una colección de cánones griegos de los que solo se conserva el prólogo.
- Collectio decretorum Pontificum Romanorum: se recogen aquí constituciones papales, desde Siricio hasta Anastasio II.
- También hico traducciones de lo más variadas, como la Vida de San Pacomio, la Instrucción de San Proclo de Constantinopla o De opificio hominis, de San Gregorio de Nisa.
¿Mucha tela, no? Lo mismo pensaron sus contemporáneos, por lo que lo comenzaron a describir como "el abad más erudito de la ciduad de Roma", en latín abbas, un título reservado a cualquier monje especialmente anciano y respetado, aunque no hubiera dirigido un munasterio.
Entonces... ¿Por qué el enano?
Bueno, aquí entran las ganas de cachondeo y la ironía de todos los que lo conocieron y que, precisamente por eso, suelen pasar siempre a la historia.Como todos sabemos, en aquella época la gente no solía ser muy alta, pues la humanidad ha ido creciendo en estatura con el paso de los siglos, pero parece ser que este hombre era especialmente bajo... De ahí el apodo.
Sin embargo, ciertos estudiosos han apuntado que esto no tiene necesariamente que ser así, sino que simplemente el apodo podía hacer referencia a la humildad de su caracter.
¿En qué se basa esta ambigüedad? En que el hombre se llamaba en latín Dionisius Exiguus y no se sabe muy bien qué se quiere significar con el adjetivo "Exiguus". Por eso, mucha gente lo traduce hoy al español como Dionisio el Exiguo, que también implica cierta vaguedad.
Fuentes:
Wikipedia - Dionisio el Exiguo
Enciclopedia Católiga Online - Dionisio el Exiguo
Pregunta Santoral - Dionisio el Exiguo