Revista Cultura y Ocio

Un escritor fantasma en el cielo

Publicado el 12 enero 2019 por Eduardodefrutos

Un escritor fantasma en el cielo
Hoy vamos a abordar un nombre bastante desconocido de la historia del country, pero que contribuyó, sin embargo, a definir las canciones de algunos de los grandes como Hank Williams, Ray Price o Carl Smith. A todos ellos les une que grabaron canciones escritas por el protagonista de hoy, Paul Gilley.
Paul fue un gran escritor de canciones –solo se ocupaba de la letra, dejaba la música a compositores como Carter Gibbs o Frank Kratz–, pero nunca apareció en los créditos de las mismas, ya que las vendía a artistas muy conocidos en la época. Y se ganaba la vida bastante bien, ya que, según algunas fuentes, le llegaban a pagar entre 50 y 400 dólares por canción, una cantidad nada desdeñable.
Paul Gilley nació en 1929 en una pequeña población de Kentucky. Fue al colegio en una localidad cercana y allí despuntó su faceta creativa. Lo que más le gustaba era escribir poesía y hasta se hizo socio de la Asociación de Poesía de América. A mediados de 1950, se cuenta que quedó con Hank Williams en la estación de autobús de Nashville, donde este le compró Cold, Cold Heart (aquí la podéis volver a escuchar). Hank conocía el gran talento de Gilley como letrista, pues ya había grabados dos temas suyos: They’ll Never Take Her Love from Me (1950) y I’m so Lonesome I Could Cry (1949), esta última ya escuchada aquí.
Un día de junio de 1957 Gilley murió ahogado en el estanque de una granja de un familiar suyo. En un arranque de desesperación, su madre quemó todos los manuscritos de su hijo, con los cuales se podría haber probado sin lugar a dudas que había sido el artífice de tantas y tantas canciones icónicas del country.
En 2012, el historiador musical W. Lynn Nichol escribió un libro sobre la figura de Paul Gilley que, parafraseando la canción Ghost Riders in the Sky, llevaba por título Paul Gilley: The Ghost Writer in the Sky, en el que recababa testimonios de varios coetáneos que avalaban la tesis de que su pluma estuvo detrás de alguna de las canciones más emblemáticas del género. Escuchemos ya algunas de las que se le atribuyen.
En 1950 Hank Williams grabó They’ll Never Take Her Love From Me.

Otro “hijo” suyo podría ser Crazy Arms, popularizado por Ray Price en 1956, aunque la canción fue escrita por Gilley en 1949.

El primero en grabar I Overlooked an Orchid fue Carl Smith en 1950. Años más tarde, sería un gran éxito para Mickey Gilley, sin ninguna relación con Paul. Esta es la grabación original.

Sigamos con Carl Smith, que, al año siguiente, grabó If Teardrops Were Pennies. El narrador se lamenta de las tristezas que le ha causado su pareja al abandonarle: “Si las lágrimas fueran peniques y los corazones rotos fueran oro, tendría todas los tesoros que mis bolsillos podrían albergar”.

Antes de dedicarse a la política, el senador Bobby E. Denton fue cantante de country y, en 1956, grabó A Fallen Star, en la que compara a su amada con “una estrella caída de la Vía Láctea”.

Slim Willet figura como creador de Don’t Let the Stars Get in your Eyes, que también le compró a Gilley. Grabada en multitud de estilos, el protagonista de esta animada canción le pide a su novia que le sea fiel durante su ausencia: “No dejes que las estrellas nublen tus ojos ni que la luna rompa tu corazón”. Os dejo con la versión de George Jones.

Aunque en los créditos de When it’s Springtime in Alaska aparezca Tillman Franks, se cree que su autor fue Paul Gilley. La letra nos presenta a un buscador de oro en Alaska que asegura que en primavera la temperatura allí es de 40 grados bajo cero. Escuchemos a Johnny Horton, que la grabó en 1958.

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