El domingo realizamos una inusual visita. Esta vez se trataba de conocer el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid. Ubicado en las proximidades de la estación de Atocha en pleno centro de la capital, este museo que tomó su sede del Hospital General constituye un baluarte de modernidad. Esta fantástica galería que cuenta entre sus obras con auténticos tesoros artísticos del siglo XX, se ha convertido en una de las más visitadas del mundo.
Dispuestos a descubrir todo un universo de sensaciones acudimos con nuestra hija a la actividad familiar “Un espacio, un lugar” que se celebrará hasta el mes de Mayo. Para este evento, que se desarrolla por segundo año consecutivo, el museo colabora con la Real Escuela Superior de Arte Dramático siendo nuestras guías cuatro estudiantes de esta escuela que desde el inicio hasta el final no dejaron de sorprendernos.
En su compañía realizamos un breve recorrido por algunas de las salas del museo explorando con nuestro cuerpo el espacio que íbamos atravesando. Esta visita no incide de modo alguno en dar a conocer las obras, tan sólo transitábamos a su alrededor sintiendo como nuestra presencia invadía cada lugar. Suena distinto ¿verdad?, realmente lo fue. Mi hija acostumbrada a visitas educativas, con detalles que profundizan en cada creación, en los autores, en el momento histórico… se encontraba desubicada. En un momento concreto se acercó a mí y me dijo: “mama, esto está siendo un poco extraño”. Y en eso está precisamente el hechizo de esta visita, en romper rígidos esquemas, en dejarse llevar, en explorar a través del lenguaje gestual.
Una vez que todos conseguimos abandonar aquello que nos ata a lo cotidiano, nuestra manera de expresarnos sólo con la voz, el utilitarismo de nuestros movimientos… disfrutamos de una nueva libertad.
Os puedo asegurar que aunque no pueda daros detalles precisos de las obras que observamos esta experiencia no se nos olvidará. Ver como mi marido, poco aficionado al baile, se dejaba llevar reptando, saltando… constituye uno de los tesoros de mi particular galería de recuerdos.