Revista Cine

‘UN ÉTÉ BRûLANT (UN VERANO ARDIENTE)’: MÁS POSESIVO QUE CALIENTE

Publicado el 16 abril 2013 por Cintasperdidas @cintasperdidas

un_ete_brulant_120x160_copia_2332

doscintas copia

La nouvelle vague rompió con las tradiciones técnicas y temáticas audiovisuales de la mano de Truffaut y otros muchos que abogaron, en los años 50 franceses, por la plena libertad de expresión. Algo así como una revolución. En Francia. Triunfaron, claro. El director y coguionista de Un été brûlant, Philipp Garrel, fue concebido cuando las ansias de libertad se estaban peleando, pero arrastra hasta hoy la ambición libre de contar el qué y el cómo a su manera. Los juicios, en libertad, son menos juicios.

017_9764

Frédéric y Angèle viven en Roma: él es un pintor acomodado que vive la vida, ella es una actriz que empieza a darse a conocer en Italia. El artista invita a pasar unos días en su casa a su amigo francés Paul, que llega acompañado de su reciente conquista, Elisabeth. A pesar del planteamiento inicial, las parejas no se intercambiarán entre sí ni el sexo se interpondrá entre ellos. No es una de esas películas. Garrel quiere desentrañar las relaciones amorosas, el dolor de la posesión soñada y la mirada furtiva que se pierde entre la amistad.

El peligro de convertir a alguien en el único motivo para vivir, el miedo al vacío, el suicidio, el desengaño y los celos: las parejas según Garrel. Está bien explicado, se enmaraña pocas veces, aunque la espiral de recelo y odio-amor es demasiado larga para una intensidad tan fuerte como pretende transmitir. La fotografía logra hacer esperar al espectador, dejar que los planos descansen y que la mirada se limpie. Sin embargo, eso hace que muchas escenas sean prescindibles y algunos minutos coleen sin demasiado sentido.

038_9191

La historia transcurre apta aunque monótona, pero lo estético no es el punto fuerte cuando todos los actores lucen un pelo demasiado descuidado y un maquillaje sucio, cansado, que desmerece las sensaciones para caer en lo común mientras quiere ser especial. Las pretensiones de gozar de una Monica Bellucci ya entrada en cierta edad que poco le favorece se encuentran con la genial actuación de Louis Garrel (Soñadores), hijo del director, que convence una mirada intensa que siempre encuentra una caída de párpados perfecta para cada toma.


Volver a la Portada de Logo Paperblog