¿Eres de los padres que suelen utilizar las amenazas para "enderezar" a sus hijos? ¿Te descubres a ti mismo/a insistiendo en las consecuencias negativas que acarreará a tu hijo/a el hacer o no hacer esto o aquello? ¿Te ha dado resultado?
Hoy me gustaría proponeros un sencillo ejercicio para tratar de centrarnos más en lo que sí queremos que haga nuestro hijo que en lo que no, eliminando las amenazas que normalmente no suelen llevar a buen puerto. Aunque si que es importante mantener los castigos cuando sea necesario, la amenaza sistemática no suele resultar un buen método educativo.
El ejercicio consiste en que, cada vez que los padres se den cuenta de que están amenazando a su hijo, han de guardar una moneda de un euro en una hucha. Al final de la semana, darán ese dinero a su hijo para que se compre algo que le apetezca.
El sentido de esta tarea se encuentra en hacer conscientes a los padres de que la amenaza, como mucho, puede obtener beneficios a corto plazo, pero que en general aumenta la escalada de discusiones y enfrentamientos. Es por eso por lo que buscamos que hagan algo distinto.
Una práctica añadida que resulta muy interesante sería la denominada "Mano de hierro con guantes de seda", la cual nos habla de actuar con firmeza ante los comportamientos problemáticos del chico/a, aplicando las consecuencias necesarias para ello, aunque haciéndolo de forma amable y pausada. Con esto buscamos que éste se de cuenta de que sus padres no lo hacen por venganza, sino simplemente aplicando consecuencias directas a su conducta.
Una variante del euro por amenaza consistiría en comprarle algo que le guste al chico con el dinero recaudado, y que a los padres le desagrade (un cd que a ellos no les guste, una camiseta de mal gusto, etc)
foto|FreeDigitalPhotos.net
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