Maqueta. El prisma se insertó en el paisaje de Shenzhen con mínimo impacto sobre el suelo. Clarin, Arquitectura
Si fuera vertical, sería tan alto como el Empire State. La comparación con ese ícono global alcanza para darse una idea de la escala del Vanke Center, una de las más recientes obras de Steven Holl en China, que también ha sido bautizada como “Horizontal Skycraper”.
Más allá de sus más de 400 metros de longitud, el Vanke puede considerarse un rascacielos acostado debido a la diversidad de su programa: las oficinas centrales de la compañía inmobiliaria del mismo nombre, hotel, condominio de viviendas, auditorio, centro de conferencias, restaurantes…
Pero es mucho más que un rascacielos debido a su relación con el entorno: el área parquizada equivale al 40 % de la superficie construida y es, casi en su totalidad, de uso público. Como el edificio prácticamente deja la planta libre a nivel del suelo, todo ese espacio puede destinarse a la interacción social.
El estudio de Holl, asociado con el local Li Hu, pone en palabras esta concepción cuando asegura que el objetivo de su trabajo es “explorar la creación de un espacio urbano colectivo en oposición a los edificios-objeto”.
Eso es lo se ve en las cuatro obras que la dupla viene desarrollando en China desde 2003: además del Vanke Center, Holl y Hu diseñaron juntos el Linked Hybrid en Beijing, un complejo compuesto por ocho torres de departamentos, unidas, en el vigésimo piso, por unos brazos que albergan servicios y lo hacen aparecer como una mini-ciudad. También están construyendo en Nanjing el Museo de Arte y Arquitectura y otro complejo de usos mixtos, el Sliced Porosity Block, en Chengdu.
En lugar de edificios monofuncionales, todos son construcciones híbridas con yuxtaposiciones programáticas, que fusionan paisaje, urbanismo y arquitectura. Y comparten estrategias sustentables, como el calentamiento y enfriamiento geotérmico, los paneles solares fotovoltaicos y el reciclaje de las aguas grises.
Desniveles. A nivel del suelo se plantearon recorridos y espacios públicos. Clarín, Arquitectura
Como un dragón
El Vanke Center está emplazado en Shenzhen, una ciudad cercana al océano y con clima subtropical. En lugar de crear estructuras pequeñas para los distintos requerimientos del programa, Holl/Hu se inclinaron por una gran estructura a la que decidieron hacer flotar sobre ocho enormes columnas, de manera que diera la impresión de que alguna vez estuvo parada, con sus ocho patas, sobre un mar que luego se retiró. Como en el Linked Hybrid, la utilización del número ocho responde al significado de la cifra para los orientales, que lo relacionan con la buena fortuna. Pero más allá de la simbología, el complejo es al mismo tiempo un edificio y un paisaje, que combina ingeniería sofisticada y medio ambiente natural.
La estructura, similar a la de un puente atirantado, está suspendida sobre ocho soportes separados entre sí por unos 50 metros y consiste en un fuerte marco de hormigón con tensores capaces de soportar una carga de más de 3 mil toneladas.
El desarrollo se materializó sobre un terreno de unos 60 mil metros cuadrados que forma parte del sistema municipal de administración del agua de lluvia, dado que está muy cerca de una laguna. Holl, también a cargo del diseño paisajístico, la integró al proyecto y agregó ensenadas y espejos de agua, de modo de crear una suerte de microclima para el edificio y su entorno.
vía Un gigante verde y elevado.