Revista Cine

'Un inolvidable primer amor' de Mia hansen-Love

Publicado el 24 noviembre 2011 por Fimin

El primer amor llega para descubrir nuevos sentimientos, para vivir nuevas sensaciones, para abrirnos nuevas puertas y, sobre todo, para recordarlo eternamente, curiosamente, de la misma forma ha irrumpido Mia Hansen-Løve en el mundo del cine. "Un amour de jeunesse" significa, entre otras muchas cosas, la tercera y definitiva prueba de que estamos ante un nuevo referente del cine de autor contemporáneo. Una gozada, vamos.

¿De qué va?

Corre la primavera del año 1999. Camille tiene 15 años, Sullivan 19 y juntos descubren la emoción, los placeres y el esplendor del amor primerizo. Una apasionada e intensa estación que termina amargamente para Camille, cuando Sullivan decide irse a Sudamérica y, sin mayor explicación, interrumpe su correspondencia con ella. Un abandono que la sume en un estado de devastadora tristeza, de cuyas consecuencias no le será fácil librarse. Cuatro años más tarde, nos encontramos a una Camille repuesta y en plenitud: fascinada por la arquitectura, con una vida independiente y un nuevo y reconfortante amor. Un día, por casualidad, vuelve a encontrarse con Sullivan. El sufrimiento que le causó queda lejos en el tiempo, y la nueva Camille acepta con aplomo el encuentro. Pero un amor de juventud, el primer amor, no se olvida así como así, y en el interior de Camille ocurrirá algo que escapa del todo a su control.

¿Quién está detrás?

Ex-compañera sentimental de Olivier Assayas, Mia Hansen-Løve comenzó a los 21 años escribiendo para Cahiers du Cinema para acabar erigiéndose en una de los más firmes valores del nuevo cine francés a sus 30 años. Dos películas del calado de "Tout est pardonne" y "Le pere de mes enfants" son muestra suficiente del pulso tras la cámara de la emergente realizadora gala. Este año llega la tercera.

 

¿Quién sale?

Nuestros particulares Romeo y Julieta se llaman Lola Créton y Sebastian Urzendowsky.

Crónica Gijón 2011: Un inolvidable primer amor

¿Qué es?

Un primer amor impregnado por el aroma de Rohmer y la esencia de Truffaut.

 

¿Qué ofrece?

La prueba definitva de que Mia Hansen-Løve ha dejado de ser una promesa para convertirse en una incontestable realidad llega con una nueva demostración (y ya van 3) de que las grandes películas no solo se gestan desde las grandes historias. También pueden hacerlo desde los pequeños relatos, partiendo desde la intimidad. ¿El problema? Es necesaria una extrema sensibilidad y un tacto únicamente al alcance de contados cineastas. Entre estos pocos elegidos está la directora de "Tout est pardonne," quien ahora fija su mirada en el descubrimiento del amor, un tema con el que todos nos podemos identificar (¿quién no  ha vivido así como sufrido su primer amor?) y que "Un amour de jeunesse" nos hace revivir mediante un relato fragil, tierno, delicado, envuelto en una frescura y una naturalidad que ya se han convertido, por derecho propio, en el inconfundible sello de la obra de la joven cineasta.

Excelentes interpretaciones, un acertadísimo cara a cara entre el mundo rural (donde luce el sol y mejor se cultiva el sentimiento) y el urbano (donde el cielo es gris y el amor se marchita), sutiles metáforas (ella será arquitecta, paredes de hormigon y edificios como refugios que sean capaces de acotar, ordenar y controlar sus fuertes sentimientos), estimulantes guiños cinéfilos (con una conversación a la salida de un cine digna del propio Godard o incluso Woody Allen) y sobre todo, un excelente y veraz retrato de la explosión que provoca en el existencialismo adolescente el germen del amor, hacen de "Un amour de jeunesse," otra más que posible candidata a estar en el palmarés final. Y ya van unas cuantas. Buena señal.

 

Crónica Gijón 2011: Un inolvidable primer amor

 


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