Recreación artística de HAT-P-7b.
(Fuente: www2.warwick.ac.uk)
Otro dato curioso es que su órbita es totalmente esférica o al menos casi perfecta. Esto se debe a que, gracias a las medidas tomadas por el Telescopio Kepler, los tiempos de ocultación (el planeta está detrás de la estrella desde nuestro punto de vista) y los tiempos de tránsito (el planeta está delante) son prácticamente iguales, lo que ha hecho pensar a los científicos que su órbita tiene esta forma.
Y hoy, ¿por qué este exoplaneta es noticia? Científicos de la Universidad de Warwick (Reino Unido), con ayuda del telescopio cazador de exoplanetas Kepler, han podido estudiar la meteorología de este cuerpo. El grupo de astrónomos, liderados por David Armstrong, identificó cambios de intensidad en la luz que se reflejaba en la atmósfera de este planeta. Este fenómeno provocaba que el punto más brillante sobre la atmósfera del planeta se fuera moviendo rápidamente, un misterio con una única explicación: el viento. Lo más probable es que HAT-P-7b tenga vientos igual de potentes o incluso más de los que hay en nuestro Júpiter y han formado la tormenta conocida como la Gran Mancha Roja, es decir, vientos de hasta 450 km/h. Las poderosas "ventoleras" ocasionaban que las nubes del exoplaneta se fueran moviendo por toda la atmósfera, trasladando también la localización del punto brillante. Por ahora sólo se tienen los datos obtenidos mediante la observación, pero a medida que se vaya estudiando este planeta, tendremos más información.
Estas nubes están formadas por trióxido de aluminio o corindón. A primera vista lo más probable es que este nombre no os diga nada, pero se trata del compuesto que forma los rubíes y los zafiros. Antes de que saquéis alguna conclusión, hay que decir que si forma nubes es que se encuentra en estado gaseoso o líquido, pero no en sólido, por lo que las nubes no están compuestas por joyas preciosas. Otro dato es que sólo algunas de las variedades de corindón son las que forman las gemas, por lo que la mayoría sólo forman un mineral algo menos preciado. Sin embargo, y si nos ponemos a especular, al igual que en las nubes terrestres el agua se convierte en granizo, puede que en este planeta algunas moléculas de Al2O3 se solidifiquen para acabar precipitando en forma de rubíes y zafiros. Pero repito, es sólo una teoría (que molaría mucho).