Revista Cultura y Ocio

Un lugar para Mungo. Douglas Stuart

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Un lugar para Mungo. Douglas Stuart
     "Cuando estaban a punto de doblar la esquina, Mungo se paró en seco y se sacudió la mano que el joven le había puesto en el hombro. La determinación del gesto pilló a todos por sorpresa. Después se dio media vuelta y alzó la mirada al bloque de pisos, los ojos le temblaban con sus habituales espasmos nerviosos. Su madre lo observaba a través de los visillos de espigas tratando de convencerse de que aquel tic era un guiño de alegría, un simpático telegrama en código Morse que venía a decir que todo estaba bien. G.E.N.I.A.L. Así era su benjamín. Sonreía incluso cuando no tenía ganas. Era capaz de hacer cualquier cosa con tal de que los demás se sintiesen mejor".
     El año pasado conocí a Shuggie Bain gracias a Marc, un compañero de Un libro al día, y fue de mis mejores lecturas anuales, lo que significa que no podía faltar a esta nueva cita con el autor. Por eso, hoy traigo a mi estantería personal Un lugar para Mungo.
     Para quienes hemos leído la anterior novela, es fácil pensar en las similitudes que tienen ambos protagonistas. Son chicos, de Glasgow, pertenecientes a la misma generación y a familias un tanto complicadas. Sin embargo el camino de Mungo es muy diferente. Conoce Mungo a James Jamieson durante unas vacaciones, qué momento más propicio para conocer al primer amor, y, puesto que James es un poco mayor, los planes que hacen son de escapar juntos una vez Mungo cumpla los 16. Imaginad lo que pensará el hermano mayor de Mungo, Hamish, de que su hermanito pequeño se marche con otro hombre y que es además feniano.
     El autor realiza un trabajo maravilloso, mucho más sobrio que en su primera obra, y representa el mismo Glasgow en el que católicos y fenianos son enemigos, una familia formada por una madre alcohólica, un hijo mayor líder de una banda, una hermana brillante pero condenada y a Mungo como benjamín. Y realiza esta presentación entre detalles minuciosos que incluyen tics y un despliegue magistral a la hora de desarrollar a una madre de familia que parecer pertenecer a ambas novelas y, por lo tanto, convertirse en un centro habítual del Glasgow de finales del siglo pasado. La novela, que se mueve entre el antes y el después; entre el viaje de pesca realizado por el protagonista con dos "amigos" que su madre conoció en AA y que representa un momento oscuro capaz de llevar al lector por un camino tortuoso, y un viaje al pasado que, si bien aligera los sentimientos que produce este viaje, no por ello va a representar una realidad hermosa. Y es que pareciera que los protagonistas de Stuart están condenados a brillar en entornos difíciles, con familias que respiran y son diseccionadas página tras página. La historia de amor es tierna y trágica y se produce paso a paso mientras el lector sabe que va a ser difícil. Enternece, no diré que lo contrario, ver los avances de dos jóvenes que se están condenando por ser de lados opuestos de un lugar en el que los hombres son heterosexuales, violentos y, si hay que ser algo más, alcohólicos.
     Si el primer libro conmocionaba y emocionaba al lector, este, seguramente por la inevitabilidad que el lector percibe y que se confirma, diría que tiene un punto provocador capaz de despertar sentimientos viscerales que incluyen, por supuesto, un aprecio hacia la pluma de Stuart que se extenderá a su siguiente novela.
     Un lugar para Mungo es un libro maduro, escrito de una forma que es un placer leerlo y que ha confirmado al autor como a un nombre a seguir de cerca.      Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
     Gracias.

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