Un lugar tranquilo (A quiet place, John Krasinski, 2018. EEUU)

A quiet place (John Krasinski, 2018. EEUU): el film de horror del momento es un notable y arriesgado ejercicio donde un factor tan importante como el sonido, un elemento intrínseco al propio cine, así como también a su propia historia,adopta una importancia capital. No es la propuesta de terror definitiva del siglo XXI, pero sí es algo, dentro de lo que cabe en estos tiempos, dominado por la novedad (no temáticamente, pero sí en el estilo que se le da a ese tema), algo que cada vez se hace más duro encontrar. Debut en la dirección de un guaperas de la tele USA como Krasinski, acompañado, en un papel sorprendentemente secundario, por la siempre fascinante Emily Blunt. Estructurada en su segunda mitad en torno a una situación de asedio, se convierte en un tenso thriller de género donde la banda sonora adopta un poder de sugestión sencillamente superior. Los bichos poseen evidentes resonancias del cine (Alien parece la fijación más clara), pero también de los videojuegos. Lejos de ser perfecta, por supuesto, pero sí es un producto muy pero que muy efectivo.