Es posible que nunca hayas oído hablar de la Matriz BCG, o en el peor de los casos que te suene a consultor engominado con ojeras y traje oscuro. No tengas miedo. La matriz BCG bien explicada es muy fácil de utilizar y te ayudará a ganar mucho dinero.
La matriz BCG es muy útil para analizar lo más importante de una empresa: los productos o servicios que comercializa. A continuación voy a explicarte lo que tienes que saber para sacar el máximo partido a la matriz BCG. Solo con esto, es posible mejorar muchísimo la marcha de algunas empresas.
La primero que debes saber de la matriz es que es estática: es como sacar una fotografía: con el tiempo la situación de tu negocio irá cambiando, así que te convendrá sacar otra foto, para ver si tu empresa cambia a mejor o a peor.
Se trata de clasificar cada producto o servicio que comercializa tu empresa en uno de los 4 cuadrantes de la matriz, de la siguiente manera:
Los dos cuadrantes de arriba se corresponden con los productos estrella y los productos que llamamos productos interrogante o niños traviesos. En estos dos cuadrantes hay que poner los productos que están creciendo, los que van a más. Casi siempre serán los productos más nuevos de la empresa, los que lleven menos tiempo en el mercado. La diferencia es que clasificaremos como niños traviesos a los productos que no son rentables, y como productos estrella a los que sí lo son.
Los dos cuadrantes de abajo son los que se corresponden con los productos vaca y perro. En estos dos cuadrantes pondremos los productos que ya no están creciendo, que no van a más. La diferencia entre ambos también la da la rentabilidad: los productos vaca son aquellos que son rentables, mientras que los productos perro son los que ya han dejado de ser rentables.
Muchas veces los productos van pasando por toda la matriz BCG a lo largo del tiempo: al principio son niños traviesos, que no generan beneficios, pero que ven aumentar sus ventas progresivamente, hasta que empiezan a generar beneficios; en ese momento pasan a ser uno de los productos estrella de la compañía, ya que además de generar beneficios, sus ventas siguen aumentando, así que cada vez aportan más beneficios a la compañía. Llega un momento en el que el producto deja de estar en crecimiento, sus ventas se estancan e incluso empiezan a disminuir: en ese momento el producto pasa de ser estrella a ser vaca, se llama así porque continúa generando beneficios sin mayores dificultades (algo así como una vaca lechera a la que puedes ordeñar cada día, sin preocuparte más que porque tenga algo de hierba que comer). Sin embargo, llega un momento en el que el producto, además de dejar de crecer, deja de ser rentable: en ese momento ha pasado a ser un producto perro.
El ciclo de los productos no siempre tiene que ser así, cada caso es distinto, pero conviene tener presente que este es el comportamiento más natural de los productos.
Ya sabemos en qué consiste la matriz BCG. En el próximo post veremos cómo clasificar nuestros productos dentro de la matriz