Si te dieran a elegir ¿Qué elegirías? ¿Cien mil euros ahora mismo o un millón dentro de diez años?
Esta es la premisa con la que comenzaba la obra de teatro que el viernes pasado fui a ver con mi hermana. Al acabar la función y mientras nos poníamos los abrigos para salir al frío de la noche en la calle Alcalá, le pregunté que elegiría.
Hombre, es que no hay ni que pensarlo, un millón dentro de diez años.
Me sorprendió tanto su respuesta que me quedé mirándola.
—Tú no?—No, claro que no. Yo cogería lo cien mil euros ahora mismo. —Pero cien mil euros no te solucionan toda la vida y un millón dentro de diez años, sí. —Ya, pero es que para mí "dentro de diez años" es la nada. Es como decirme que te daré un millón de euros cuando las ranas críen pelo.
Entiendo su elección pero lo que me sorprendió fue su contundencia en la respuesta, exactamente igual de contundente que la mía. Las dos tenemos más o menos la misma vida, compartimos la experiencia de la muerte temprana de mi padre, tenemos trabajos, hipotecas, hijos, familia. ¿Por qué ella tiene clarísima su opción y yo la mía?
En los últimos cinco días le he planteado la pregunta a todo el que se ha cruzado conmigo: a mis amigos por wasap, a mis compañeros de trabajo en el comedor, a mis hijas, a algunos de mis lectores. Sorprendentemente, al menos para mí, mucha gente ve clarísimo que lo inteligente sería esperar al millón de euros dentro de diez años.
No lo entiendo. No me cabe en la cabeza. Entiendo que mi hija de trece años quiera esperar diez años, al final y al cabo, ahora mismo no podría gestionar los cien mil euros y obviamente la perspectiva de contar con la vida asegurada con veintitrés años es para ella la mejor opción. Además, por ley de vida, aunque podría morir mañana o pasado o dentro de cinco años, sus posibilidades de vivir diez años son bastante altas.
Pero la mayoría de la gente a la que he preguntado está en una horquilla de edad entre los treinta y los cincuenta y muchos de ellos consideran que esperar diez años es un periodo de tiempo perfectamente asumible.
—Pero Moli, ¿por qué no esperarías diez años?—Pues porque, para mí, "dentro de diez años" no existe. —Pero ahora con cien mil euros no podrías dejar de trabajar.—Ya lo sé. Los metería en el banco, seguiría con mi hipoteca y mi vida y tendría ese dinero para pequeños caprichos y de colchón. —Pero ¡es un millón!—Pero es que me puedo morir mañana o pasado o dentro de tres años. —A ver, ¿qué cantidad tendrían que darte para esperar diez años? —Ninguna. No esperaría diez años por ninguna cantidad de dinero.
Sigo dándole vueltas. No lo entiendo. Buceo en mi interior. Quiero saber de dónde sacan, todos los que eligen esperar diez años, la confianza, incluso algunos una certeza impactante, en que seguirán vivos dentro de diez años. ¿Por qué yo no la tengo? ¿Por qué diez años me parece un tiempo imposible? ¿Un tiempo que no existe? Pienso, entonces, cuánto tiempo esperaría un millón de euros y considero un año como un periodo de espera asumible. Sé que las posibilidades de palmarla en un año son muchas pero, si muero en esos 12 meses, no habré desperdiciado mucho tiempo esperando algo que no va a ocurrir.
¿Por qué me resulta tan poco realista pensar en mí dentro de diez años? ¿por qué otros lo ven tan claro? Eso es lo que me estremece y no el millón de euros.