Revista Filosofía

Un 'Moderno': el Herético y librepensador John Toland

Por Vguerra

 

Un  “Moderno”: el Herético y librepensador John Toland

Una de la personas más activas que más está haciendo porque se conozca  a los llamados “modernos” o sea los padres  de la masonería especulativa  es el  Saúl Apolinaire, que con su blog Imprenta de Benjamin, asociado su blog a los  Anillos de Rito Moderno/UMURM,  nos aporta cada  15 días un retazo más de esa extraña época histórica  de la masonería que va entre 1717 y 1800.

Uno de los empeños de Saúl Apolinaire es que se conozca  no solo a Toland,  de ahí que cuando le pedí un trabajo de introducción,  me aportarse este texto de Antonie Peillon que cree que es la mejor carta de introducción a la figura de Toland.

Pero el trabajo de Saúl  y el motivo de este largo post no solo es la figura de Toland, sino que Saúl Apolinaire  se ha atrevido con la obra de este herético autor, y ha traducido su obra cumbre el Panteisticon, la cual puede encontrarse traducida al castellano  con notas y todo en la siguiente dirección: en la pagina del Museo de la Francmasonería de USA, la Phoenixmasonry, en esa dirección  web es donde encontramos el documento que lo han divido en cinco partes:  http://phoenixmasonry.org/poems.htm.

El primer contacto que tuve sobre la figura y obra de Toland, fue a través del lucido trabajo del bioquímico Pedro de la Llosa que escribió: La Razón y la Sinrazón (Introducción a una historia social del librepensamiento) Ediciones del Serbal. donde nos dice que este irlandés que deja el catolicismo y pasa al presbiterianismo y que concluye en el panteísmo  y cuya obra el Panteisticon pretendía promover los ritos de una Sociedad. Pero su panteísmo no es el de Spinoza pues aduce un argumento convincente contra el Dios pensante de este filosofo, y que saca de sus casillas a Leibinz: “ya que pretende que no hay ningún pensamiento sin cebero, no ha de tener fuerza, ya que nos debemos juzgar la naturaleza por las particularidades de los cuerpos que nos rodean, ¿Deberían tener todos los genios (seres suprahumanos) que nos sobrepasan más allá de todo lo que se puede decir, cerebros, cráneos y medula? Es como si las gallinas se imaginasen que las semillas de todos los animales son como los huevos que ponen”

El texto de Pedro de la Llosa era muy incitante  ya que la única cita larga que hace este sabio bioquímico hablando de librepensadores santanderino que es  Pedro de la Llosa de Toland lo relaciona con l incipiente masonería ya que su trabajo y figura se desarrolla en un clima de un cristianismo desilusionado y de un reemplazamiento por un deísmo vago que opera en el nacimiento de  la francmasonería.

Esas do paginas fueron bastante para que hablando con Saul Apolinaire, sobre los incipientes librepensadores masones,este me contara  su proyecto que ha materializado en estos días y que les expongo a ustedes como primicia.

Víctor Guerra

LA ESTRELLA FLAMIGERA DE LAS LUCES: TOLAND.

Por Antoine Peillon.

Me siento muy feliz de proponer al público el redescubrimiento de un texto fabuloso, el Panteisticon, breviario de una filosofía vitalista que explotó en pleno corazón de la “crisis de la conciencia europea” sembrando los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad a los cuatro vientos en la Europa de las Luces , inspiró a los mas audaces revolucionarios, a los Voltaire, Diderot, Mirabeau y d´Holbach, transfundiendo en las venas algo desgastadas del antiguo Occidente cristiano y feudal, una veneración cósmica por la naturaleza, así como una exigencia democrática de República, sangre nueva que los Emerson y Thoreau aportarían mas tarde al Nuevo Mundo.

I. Renacimiento.

El rumor corría entre ciertos iluminados: John Toland era la reencarnación de Zoroastro, Pitágoras, Moisés, Lao Tse, Jesús de Nazareth o del hechicero Merlín, quizás de Giordano Bruno y de Descartes. En cuanto a Espinoza, si este no hubiera muerto en febrero de 1677, siete años después que naciera nuestro hombre, hubiera sido el candidato perfecto para la metempsícosis… Descendiendo en esa genealogía heroica, las mismas búsquedas de sucesores dignos de tales “grandes iniciados”: ¿Kant?, demasiado triste!, ¿Auguste Compte? ¡Demasiado grande!, ¿Marx? ¡muy prosaico!, ¿Nietzche? ¿porqué no?, pero ¡demasiado loco!; Bergson?,¡muy burgués!,; ¿Heiddeger?, ¡muy verde y gris!, ¿Einstein?.. ah! ¡Einstein!... podría discutirse.

En cuanto a los esclarecidos Voltaire, d´Holbach, y Diderot, tendrían su lugar entre los discípulos, los hermanos menores.

Mago, filósofo, aventurero, por cierto cosmopolita, indudablemente francmasón, y gran druida en todo sentido…. El autor del Panteisticon tuvo, es verdad, todos los atributos del genio en el sentido mas amplio del término. De gigantes como este, los siglos tienen cierto celo, pero la historia es a veces olvidadiza! “¿Toland?”, así olvidado, Toland!

Sin embargo, “fue un filósofo peligroso para su época ….dice Albert Lantoine en el prefacio a la formidable obra acerca del filósofo panteísta.(1)

Entonces, amigo lector, ¡bebamos por el renacimiento de Toland, alias Janus Junios Euganesius!, pero exijamos ante todo que sea “en pequeños golpes”.

Así, recientemente en Francia, gracias a la pasión erudita de algunos universitarios(2),se le está haciendo justicia a las obras del librepensador abatido como en Gravelotte.(3):

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    • La Raisons de naturaliser les juifs, publicada en 1714, presentada y traducida por primera vez en francés por Pierre Lurbe, en PUF , 1998;
    • El Clidophorus o Porte-Clefs, igualmente presentado y traducido por Tristan Dagron en ediciones Allia, 2002.
    • La Constitution primitive de léglise chretienne, publicada desde su versión inglesa póstuma de 1726 , presentada y traducida por Laurent Jaffro, Honoré Champion , 2003.
    • Las Lettres á Serena et autres textes, escritas en Alemania en 1701-1702, editadas por Tristan Dagron, Honoré Champion, 2004.
    • El Christianisme sans mystéres, publicado en 1695( 3), editado por Tristan Dagron, en Honoré Champion, 2005.
    • Las Dissertation diverses, manuscritos de 1710, editados por Lia Mandarino, siempre en Honoré Champion, 2005.

Falta el Panteísticon, considerada la “obra maestra” por todos los conocedores del filósofo irlandés. Una edición crítica de ese libro mítico se espera de Honoré Champion, pero tarda en llegar….

Me siento muy feliz de proponer al público el redescubrimiento de un texto fabuloso, el Panteisticon, breviario de una filosofía vitalista(4) que explotó en pleno corazón de la “crisis de la conciencia europea”(5) sembrando los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad a los cuatro vientos en la Europa de las Luces (6), inspiró a los mas audaces revolucionarios, a los Voltaire, Diderot, Mirabeau y d´Holbach, transfundiendo en las venas algo desgastadas del antiguo Occidente cristiano y feudal, una veneración cósmica por la naturaleza, así como una exigencia democrática de República, sangre nueva que los Emerson y Thoreau aportarían mas tarde al Nuevo Mundo.

 

II. Brumas irlandesas, Luces escocesas

John Toland habría nacido el 30 de noviembre de 1669 o 1770 (7) un año mas tarde según sus diferentes biógrafos, en Clonmany o Ardagh, península de Inishowen, condado de Donegal , al nordeste de Irlanda. Sus padres fueron católicos sin duda y su lengua materna el gaélico de seguro.

Su patronímico auténtico era U Thuathallain (Toland es una forma inglesa) y su nombre Sean. Los nombres de bautismo, en latín, eran Joannes Eugenius. Parece haber sido el retoño de una familia de eruditos o de la pequeña nobleza, o bastardo de un prelado……De niño fue pastor. A los dieciséis años- ¿por efecto de sus meditaciones acerca de la naturaleza?- se convirtió al protestantismo, en ese que comenzaba a parecer el mas cierto. Sigue  los estudios en Redcastle (condado de Donegal), partiendo para Escocia hacia 1687.

En el momento de la Revolución Gloriosa (noviembre-diciembre de 1688), la que instauró la monarquía parlamentaria en Inglaterra, era un estudiante del Glasgow College. A partir de allí, la vida del joven oscila entre un tumulto de viajes y reuniones. Un año después de encuentra en la Universidad de Edimburgo donde alcanza el título de Master of the Arts, el 30 de junio de 1690, y donde además es con certeza, iniciado en la francmasonería.

Geneviéve Bryckman anota sin otro comentario: “ El interés de Toland por las sociedades secretas data de su estada en Edimburgo” (8). Para esa época, Escocia cuenta con una veintena de logias, donde la mas renombrada, la Mary´s Chapel, estaba en Edimburgo.

La sociabilidad iniciática escocesa que tiene lugar entre el fin del Renacimiento y el comienzo del siglo de las Luces, es a los ojos de Toland mas que todo otro comercio para los sentidos de Montaigne (9), la voluntad de reunir a hombres de todas las condiciones” (10) además de una “enriquecedora mezcla” ideológica resumida así por el historiador David Stevenson: “ buscando un escape a los conflictos religiosos a través de la mística hermética y la excitación rosacruciana, llega a la aceptación de ciertas ideas deístas y panteístas, donde las cuestiones alquímicas y herméticas cederán su lugar a las ciencias modernas y al movimiento newtoniano….” (11).

III. El trampolín holandés.

 

En el otoño de 1692, parte definitivamente para Holanda, Leyden y Utrecht a fin de enriquecer sus conocimientos. Frecuentando a Jean Le Clerc, autor de la muy célebre Ars Critica (1697), Friedrich Spanheim, Pierre Bayle y otros exegetas humanistas y reformados, Toland trabaja según el método llamado “crítico” sobre la Biblia y sobre todo, con pasión sobre las obras de Spinoza (12), familiarizándose con la obra de John Locke, apreciando las libertades del régimen republicano y haciendo preciosos contactos libertinos, republicanos o masónicos (13). Desde entonces, según la bella fórmula de Paul Hazard, está “ebrio de razón”.

De vuelta en Inglaterra se instala en Oxford rápidamente, para enero de 1694, adonde frecuenta el Museo Ashmole (14) y la Biblioteca Boidleana, se reúne con John Autrey, un gran arqueólogo descubridor de la cultura céltica, familiarizado con el sitio megalítico de Stonehenge, miembro de un “bosque” druídico en Oxford , el Mont Haemus,…..Irlanda multiplica los descubrimientos intelectuales en las bibliotecas que quizás fuesen las mas ricas de Occidente.

Comienza así a alejarse de las provocaciones anticlericales en las tabernas. Para 1695, le encontramos de nuevo en Londres, donde se integra con los compañeros de John Locke (15), e intima con su amigo Shaftesbury sobre todo. Es al final de ese mismo año, que el Master of Arts publica su poco exitoso Cristianity No Mysterious saliendo muy vital del anonimato y recibiendo cantidad de refutaciones más o menos amenazantes.

Ese momento puede considerarse como la fecha de inicio de la gran querella inglesa acerca del deísmo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

IV. El Hereje

 

Alejándose radicalmente de Locke y su Cristianismo razonable (1695) donde afirmaba que la revelación estaba fuera del alcance de la razón, el brulote de Toland afirmaba que las creencias debían estar sometidas al juicio racional (16), mejor aún, el irlandés explica como, según él, Jesús el Nazareno profetizaba la verdadera religión filosófica exenta de misterios, de magia y sobre todo de clérigos al servicio de los gobernantes (17).

Esa tesis racionalista y anticlerical será desarrollada por Toland en su Nazarenus (1718), traducida parcialmente y publicada por el Baron d´Holbach en 1767), y su Constitución primitiva de la iglesia cristiana (publicación póstuma de 1726). El Cristianismo sin misterios es un best-seller europeo: de 1696, fecha de su publicación, hasta 1760, cuenta con unas 54 refutaciones al día de hoy!   En 1697, Toland, que es el primer filósofo que merece la etiqueta de free-thinker  (libre pensador de buena fe y erudito)(18), retorna fugazmente al redil.

Es recibido en Dublin, bajo la recomendación de Locke, por Sir Thomas Molineux, matemático y bibliófilo francmasón, pero pronto queda espantado por las provocaciones de su protegido, especialmente en las tabernas. Superado por todas las preocupaciones, le escribe a su amigo Locke:

Mr. Toland ha sido finalmente obligado a abandonar el reino. Este pobre hombre con su conducta imprudente atrajo sobre sí un levantamiento tan universal que estuvo a punto de ser conocido por haber hablado una sola vez. Así es que todas las personas de reputación se guardan de encontrarle, de suerte que al final le falta el pan, según me ha dicho y no quieren recibirle a su mesa. La pequeña bolsa que él aportaba, estaba vacía, y se vió reducido a pedir prestado una pieza de treinta sueldos, no pudiéndose pagar ni la peluca, ni su ropa ni su residencia. En fin, para colmo de males, el Parlamento se lanzó sobre su libro ordenando que fuera quemado por la mano del verdugo,…tras lo cual huyó de aquí, y nadie supo que camino tomó… “

 En efecto, Toland abandonó Londres. Es a partir de esa época que la reputación de herético comienza a pegarse a la piel del filósofo filólogo. El “Cristianismo sin misterios”,efectivamente es condenado y quemado en 1697.

Esa puesta en el índex de peligroso (Toland escapó por poco todavía en 1700, a los mas graves procesos judiciales), le proporciona ciertamente un compromiso con la política, profesando las opiniones Whigs y republicanas (19), pero cooperando con Robert Harley, jefe del “country party” mas tarde partido tory (20).

Durante esos años de primera madurez, el autor del Cristianismo sin misterios editó y reeditó los mejores textos de la filosofía republicana inglesa, expurgándolos de todo fanatismo puritano: en 1698 son los Discursos Concernientes a los Gobernantes, de Sydney, ejecutado en 1683 por haber conspirado contra Carlos II (en Rye House Plot); el mismo año se suceden asimismo una Vida de John Milton y las Memorias de Edmund Ludlow; en 1770, la Oceana de James Harrington, que tuvo una primera edición en 1656, parte de una importante biografía del enemigo de los tiranos…(21).

V. Radicalismo.

En 1701, nuevo golpe de efecto: John Toland presenta su Anglia Libera , en la cual idealiza la Gloriosa Revolución y se declara “partidario decidido de la casa Hannover”   y del “Act of Settlement”(22), revela Paul Hazard, precisando su propósito:“¡que Inglaterra no caiga bajo el yugo papista¡ ¡que salvaguarde su libertad política, el mas preciado de todos sus bienes! Una producción semejante no podía desagradar a la casa Hannover, y Toland devino en agente político a sueldo del gobierno. A menudo viajaba al extranjero en misiones secretas. Se le vió en Berlín, Hanover, Dusseldorf,  Viena, Praga, y La Haya. Sophie-Charlotte, reina de Prusia, la misma que demandaba a Leibnitz una explicación suprema de las cosas, interroga a nuestro personaje acerca de su filosofía; esto provoca controversias entre los sabios y exegetas de su círculo.” (23).

En su destacable presentación de Clidophorus (editions Allia, 2002), Tristan Dagron hace notar: “El rol diplomático de Toland en Hanover y en Berlin permanece aún en la oscuridad”  Ese viaje (por Alemania) era el primero de una larga serie de periplos por Europa continental( Berlin, Viena, Praga, Ámsterdam), periplos que dejan perplejos en cuanto a las funciones precisas de Toland” (24)

Después, con su Vida de John Milton, y mas tardíamente con The Memorial of the State of England, (1705) y The State-Anatomy of Great Britain (1717), las numerosas obras políticas de Toland no cesan de exigir la tolerancia absoluta, sin exclusividad alguna (aún para los católicos), sobrepasando de ese modo, a su amigo Locke, el cual no concebía el ejercicio de esa virtud mas que entre protestantes.(25).

El panteísta republicano llegará a proponer, en 1714, la “naturalización” de los judíos, es decir el otorgamiento de la plena ciudadanía por esas víctimas de la cristiandad, mucho mas radicalmente de lo que mas adelante hará el famoso abate Gregoire en su ensayo de 1788, tres cuartos de siglo después.(26)

 

Sus ensayos preconizaban además la libertad de conciencia, de prensa, de comercio, la oposición a la tiranía y el advenimiento de una realeza democrática, parlamentaria, mas republicana que ciertas Repúblicas actuales…..La Libertad es el tema esencial.

Su influencia fue considerable en toda la Europa del siglo XVIII, como testimonia, entre otros la obra del conde italiano Alberto Radicati di Passerano, autor de un trabajo materialista y Tolandiano, titulado Philosophical Dissertation of Death( Londres 1732), que desata un inmenso escándalo.(27).

Desde ese punto de vista, la obra de Toland constituye perfectamente la raiz ideológica de los “Radicales de las Luces”, muy bien estudiados por Margaret C. Jacob (28) y Jonathan I. Israel (29)

 

 

 

 

 

 

 

VI. El Universo Infinito

 

No limitándose solo a la aventura política, el filósofo irlandés lanza abiertamente en 1705 una nueva bomba: “el panteísmo”. En efecto es dentro de un texto breve de Toland, Socicianisme Truly Stated by a pantheist, que el concepto aparece por primera vez en inglés, sin duda como eco a su primer empleo, en latín, por el matemático newtoniano Joseph Raspón ( 1648-1715),discípulo del teósofo Henry More, de Cambridge (30), miembro de la Royal Society desde 1691, que, en su “De Spatio Reali”(1697), moviliza la tradición estoica y cabalística, Giordano Bruno (que no menciona jamás!) y Spinoza (31). En su libro de 1705, desde la séptima página, Toland no teme descubrirse:”… los panteístas en cuyo número confieso contarme..”

Ya en 1704, en la quinta de sus “Cartas a Serena” escribe:…para probar que el movimiento es esencial a la materia….” Y apoyándose mas en Giordano Bruno que en Spininoza, el corresponsal de la Reina de Prusia, Sophie-Charlotte, protectora y discípula de Leibnitz, expone una filosofía natural donde “ el movimiento” perpetuo y universal del mundo no es mas que una cualidad esencial de la materia, pasando a sí a un principio espiritual de animación….. Esas ideas suscitaron la antipatía de Leibnitz y fue sin duda a una pregunta indiscreta del filósofo alemán, que el irlandés respondió(32): “El cielo es mi padre, la tierra es mi madre y todos los hombres mi familia”(Panteísticon, parte I, fin del cap. VIII)

Numerosos historiadores han insistido en la influencia de Giordano Bruno ( 33) (nacido en Nola en 1548, quemado vivo en el Campo dei Fiori, Roma el 17 de febrero de 1600), sobre Toland y gracias a él sobre toda la Europa de las Luces (34).   El 4 de octubre de 1648, el filósofo irlandés tuvo la buena suerte de comprar en la venta de la biblioteca del médico Francis Bernard, un volumen que reunía varias obras de Bruno: el Spacio, la Cena, De infinito, y la Causa.

Parece también que el librepensador poseía asimismo la famosa ”Trilogía de Francfort”, es decir: la “Monada, De Triplice mínimo y el De inmenso et innumerabilibus”.

De Bruno, Toland retiene el rechazo a la superstición, pero sobretodo la idea de un universo infinito, tanto por la extensión de su materia, que por la pluralidad innumerable de los mundos, aunque atribuyendo al cosmos una tonalidad materialista y una eternidad que el Nolano hubiera rechazado totalmente. Las ocho propiedades principales que Toland le reconoce al Universo, en su quinta de

las Cartas a Serena : “inmutable, indivisible, infigurable, inmenso, que lo engloba todo que todo lo penetra, que es Uno, que es el lugar de Todas las Cosas, y que es homogéneo”, están copiadas exactamente de la obra de Joseph Raphson, De Spatio Reali, o quizás Raphson era deudor, sin reconocerlo, del “De inmenso” de Bruno…. Pero, dentro del Panteísticon, la cosmología del irlandés toma una nueva dimensión.

Liberándose de los antiguos atomistas, Demócrito, Epicuro y Lucrecia, Toland se erige en digno heredero de los hermetistas del Renacimiento ( Ficino…), la prisca philosophia, la filosofía original de los egipcios , llevada a través de los siglos por Pitágoras y Copérnico,: “ Los panteístas, conocen de la astronomía de Pitágoras, mas bien la de los egipcios, y por hablar de los modernos, la de Copérnico…”(Panteisticon, Parte I, : De las Sociedades de eruditos…” Cap. IX.

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VII. Saberes secretos

La dimensión esotérica de esa “física” es evidente. Por la “coincidencia de los extremos” que es, no lo olvidemos la enseñanza alquímica de la Tabla de Esmeralda o el ying-yang de las Transformaciones Taoistas (Yi Kimg), por la evocación insistente de los “egipcios”, (Panteisticon, parte I, cap.IX) y sobretodo por la declaración acerca de la divinidad de Uno- en- el- Todo, el En To Pan de los alquimistas griegos, Toland abre la triple vía hacia la sabiduría: verdad, libertad, salud! Y por el conocimiento gozoso de la permanencia eterna del Ser, su panteísmo libera del temor a la muerte, esa repetición de la vida y requiere de la ciencia. (35).

Para 1706, Toland vuelve a la carga con su Origines Judaicae, libro de exégesis donde entiende restaurar “ la religión razonable despojada de superstición” de Moisés, es decir el panteísmo, según la cual “ ninguna divinidad es distinta de la materia”.

Para el portador de las Tablas de la Ley, “el Dios único es la naturaleza misma, o sea, la totalidad de las cosas” y su filosofía natural es la misma que la de los antiguos “físicos”, desde los egipcios hasta los griegos!

En 1710, en una carta a Leibnitz, Toland precisa que el panteista cree “que nada es eterno salvo el universo” Esa metafísica naturalista es casi una religión, pues enseña inmediatamente después de 1706, una ética. Tristan Dagron lo ha percibido muy bien cuando escribe: el panteísta muestra una total indiferencia hacia las disputas que sangran al mundo religioso, siendo igualmente extraña a todas sectas(…).

En definitiva, el panteísta con su indiferencia a la multiplicidad de opiniones y de sectas religiosas, por su reserva a considerar algún dogma, Toland, no deplora la inaccesibilidad de la verdad divina que se escapa a la inteligencia humana: solamente propone la disolución del objeto absoluto en la multiplicidad de sus aspectos o formas.

Y a continuación dice que la naturaleza es divina o que el mundo está pleno de divinidad, dejando bien claro que la verdad debe dejar de ser un problema para dar lugar a la variedad de sus modos o grados de probabilidad.” (37)

Es importante hacer notar que ciertamente existió un panteísmo popular en Inglaterra a mediados del siglo XVII, ligado a posiciones radicales políticas, como la del filósofo

“Leveller y Digger”( nivelador y excavador) en inglés en el original, Gerrard Winstanley (38), quien afirmaba que Dios está en todas partes, y en cada hombre, rechazando la autoridad de la Iglesia y del Estado.

Esa época revolucionaria es juiciosamente calificada por el historiador John Rogers, como de “momento vital(39)….

Podemos imaginar también como semejante posición de tolerancia absoluta, fuerza a Toland como a muchos de sus amigos libre pensadores, deístas, materialistas o panteístas , republicanos, pensando especialmente en Shaftesbury (40), a vivir plenamente su filosofía esotérica, en los círculos cerrados de las fraternidades ( o sodalités) socráticas, donde el Panteísticon revela la filosofía y el ritual, de los “ bosques” druídicos y de las logias masónicas. Se mostrará muy influído por el epicureísmo, notablemente aquel de Saint Evremond ( 1613-1703), libertino erudito y librepensador exiliado en Inglaterra que daba un culto particular a la amistad y la tolerancia.(41).

Los asociados socráticos ponían en escena a la vez banquetes y filosofía, tal como los discípulos de Epicuro, y su saber revela en verdad mas del “cuadruple remedio” (tetrapharmakos) enseñado en el Jardín, que de estoicismo: “nada hay que temer de los dioses; nada hay que temer de la muerte; se puede lograr la felicidad; se puede soportar el dolor”.

 

VIII. DRUIDAS PITAGÓRICOS

Epicuro! Toland resucitó lo esencial de su filosofía de la felicidad en la redacción testamentaria del Panteísticon. Su física que vacía la idea de la simple divinidad creadora del universo, acaba por formular una idea corpuscular de la materia.

Su condena de la religión revelada es generada por su horror a la superstición. Si se involucró con las “sociedades secretas” no fue para cultivar alguna amistad elitista con sabios, por placentero que fuera, sino para trabajar sin trabas por “la salud de la República y el bien del género humano” (Panteísticon, parte II, pequeña disertación acerca de la doble filosofía” cap. III. (42). Toland así cultiva el esoterismo en compañía segura, para construir una humanidad mejor y mas esclarecida.

El Pantéisticon hace referencia en otros lugares y en muchas ocasiones a Esoterica del cual no se ha hallado rastro alguno. Sobre ese punto, es necesario hoy día, ser particularmente preciso. Para nuestro filósofo y los francmasones pantéistas o druídicos del siglo XVIII, la filosofía esotérica o hermética era, al contrario que el ocultismo (43), algo de una limpidez y simplicidad, digna de la “ verdad desnuda”.

Por tanto no podía ser conocida mas que por un pequeño número de sabios pues su claridad era tan cegadora que levantaría la hostilidad de los poderes tanto como de sus fervientes seguidores.(44). Se reconoce aquí el tema de la “máscara” del cual Descartes no fue el que menos lo utilizó entre los míticos rosacruces, según los excelentes Gustave Cohen y Máxime Leroy.

Pues si la influencia del panteísmo rosacruciano- especialmente el de Robert Fludd (1574-1637)- sobre Espinoza y después sobre Toland es evidente, la tradición hermética no pudo en tiempos de la Inquisición desarrollarse fuera de círculos mas o menos clandestinos de eruditos libertinos y de fraternidades naturistas.

Así es que según el irlandés, es perpetua (sophia perennis) y primordial (prisca teología, cara a Ficino) transmitida desde la mas remota antigüedad por los “prestes”, egipcios, Pitágoras, Demócrito, Moisés, Salomón, Confucio, Cleobulina de Lindos, los druidas, Ciceron, Lucrecio, Hipatía, Copérnico… todas las mujeres “filósofas” ,casi tantas como los hombres, invocadas por los hermanos socráticos del Panteisticón, compartida por una verdadera Internacional de panteístas y naturalistas que corresponde a una parte de la francmasonería de la Europa de las Luces.(45)

Toland en el Panteísticon la sitúa la sede en Londres, pero afirma que los miembros de tal sociedad “se reúnen habitualmente en París, otros en Venecia, muchos en las ciudades holandesas, sobretodo Ámsterdam y algunos, cosa singular, en la propia Corte de Roma “ (46)

Así es que aparece un círculo clandestino de naturalistas parisinos, cuya existencia es revelada por el tratado de Bonnaventure de Fourcroy, titulado “Doutes sur la religión “ incautado en febrero de 1698 por la policía, se asemeja extrañamente a la sodalidad socrática descripta por el Panteisticón. “Como quiera que sea, hoy conocemos por otras fuentes, la existencia de sociedades filosóficas clandestinas semejantes a las que describen Toland y Fourcroy “ afirma el historiador de la literatura clandestina de los siglos XVII y XVIII, Miguel Benítez ( 47)

Además, entre los papeles de Toland encontrados después de su muerte por su amigo Michel Maittaire, figura un proceso verbal en francés de una reunión de un “Capítulo General de los Caballeros del Júbilo” que habría sido celebrado en La Haya en 1710. Los protagonistas del evento son conocidos. La sociedad descripta es báquica, libertina y manifiestamente masónica. En efecto, el informe fue preparado por el librero-editor protestante Prosper Marchant, amigo íntimo de Rousset de Missy, maestro ( hoy se diría Venerable), de la logia la Bien Aimee, al oriente de Amsterdam (48).

En 1717 Toland participa en rápida sucesión en las fundaciones encadenadas de la Gran Logia Masónica de Inglaterra, el 24 de junio, dia de San Juan Solsticial de verano, en la taberna del Ganso y la Parrilla, (49) y el 21 de septiembre, equinoccio de otoño en la taberna del manzano, de la Orden Druida. El mismo es elegido como primer Gran Druida, de esa segunda institución, hasta su muerte en 1722, jactándose en el Panteisticón ( parte III, pequeña disertación acerca de la doble filosofía….. ) cap.1, de la elevación propiamente pitagórica del espíritu de los antiguos magos celtas (50).

IX. Fuego etéreo.

El Panteísticon está dedicado al lector philomuso (amigo de las musas) y philalethi (amigo de la verdad). Philalete! La palabra suena, por el eco que tiene en la tradición hermética y en la historia masónica.

Así, para los alquimistas, “ las experiencias acerca de la preparación del mercurio de los Sabios..” publicadas en Londres en 1678 se dan como extraídas del manuscrito de un filósofo americano llamado Ireneo Filaletes,” inglés de nacimiento y cosmopolita de profesión…” Philalete es el seudónimo del mas grande filósofo alquimista del siglo XVII (George Starkey), miembro del Invisible College, y donde sus obras especialmente los Secretos Revelados , o La entrada abierta al palacio sellado del Rey ( versión latina 1660, versión inglesa 1669, trad. francesa, París, Denoel 1970) figuraban en un buen sitio de la biblioteca personal de Newton.(51).

En su obra maestra, Betty J. Teeter Dob muestra como la alquimia fue para Newton, por los años 1670, un antídoto vitalista y organicista de la mecánica cartesiana, permitiendo la idea de un universo viviente, animado por un “eter”, o “ el cuerpo de la luz” pues “el uno y el otro tienen un prodigioso principio activo”(52)  ¿Cómo no pensar en el Panteísticon?..”el fuego etéreo, supremo por que lo abarca todo; íntimo porque todo lo penetra; y que tiene alguna analogía y alguna semejanza imperfecta con nuestro fuego ordinario…” (Parte I, de las sociedades de los eruditos, cap. 6.)

Y ¿cómo no pensar también en la gran obra del filósofo irlandés Berkeley, (1685-1753), el “Alciphron” (1732), donde “un cierto filósofo del fuego “ ( IV Dialogo) revela como el agente del Poder de Dios en el universo lleva por nombre “fuego”, un fuego animado?  Hoy en día parece cierto que el autor del Panteisticon fue el modelo del “filósofo del fuego”, un Toland que Berkeley calificó, también él, de Librepensador ( free-thinker).

En cuanto a la Orden masónica de los Philaletes, fundada en 1773, en referencia al Panteisticon, y se ocupaba de investigaciones esotéricas y del magnetismo mesmeriano ( una magia imposible a menos de compararla con el fuego etéreo), pero que cesó en la víspera de la revolución francesa, para convertirse en el medio , para el Gran Oriente, de apropiarse de los altos grados, de inspiración aristocrática, y convertirlos por una cierta “ política de la locura”, a favor de la aventura republicana.(53).

El mismo Mirabeau fue acusado de haber impuesto al Panteisticon sobre la mesa del Venerable de la logia de los Philaletes, en reemplazo de las Constituciones de Anderson o del Evangelio de Juan; pero eso está lejos de estar probado.  Sin ir mas lejos, no es inapropiado señalar que la filosofía promovida por Toland inspiró a los republicanos revolucionarios del siglo XIX, a los famosos Carbonarios, y aún a los padres positivistas de la III República.

Por no citar mas que a uno, Emile Littré, el gran lexicógrafo y discípulo de Auguste Comte, profesa en logia una cosmología solidaria de acentos que recuerdan fuertemente al panteisticon, y en su recepción a la “ Clemente Amitié” ( Gran Oriente, al oriente de París) el 8 de julio de 1875: “ Estamos situados en una nebulosa compuesta de millones de soles,; el nuestro con su pequeño cortejo, ocupa un rincón muy pequeño. Un rincón aún mas peque{o es el ocupado por la Tierra que nos alberga. Sobre esa tierra, en un momento de su existencia, apareció la vida en miles de formas, todas encadenadas (…) , en el seno de esa vida (…) el hombre vino a ocupar su lugar bajo los rayos del sol y tomar su parte de los frutos de la tierra. Un ser semejante, ligado a todas las formas de existencia, y sujeto a un mundo orgánico que comparte con lso demás habitantes del planeta, no puede ser un ser abandonado.”

En el fondo, ¿no parece una bella página del Panteisticon?  X. Nada, salvo la muerte! El combate perpetuo no le aporta al irlandés, ya famoso en su tiempo, mas que soledad y una relativa miseria.

A partir de 1717, Toland se consagra esencialmente a su presidencia de la Orden Druida, a la sociabilidad masónica y a sus trabajos esotéricos y teológicos. Retirado a Putney, al oeste de Londres, bajo la protección de Lord Molesworth, fallece en la casa de un carpintero , Mr Hinton, el 10 de marzo de 1722( o el 21 de marzo), después de haber soportado reumatismo agudo, ictericia ( ictericia negra), y fiebres ( 54)

Rodeado de sus amigos , aguardó estoicamente su última hora “con paciencia filosófica”.Así es que unos minutos antes de expirar, contemplando atentamente a las personas presentes que le piden diga si necesita alguna cosa, respondiendo resueltamente que : “Nada quiero salvo la muerte”, y sus últimas palabras fueron : “voy a dormir!”

Entre sus papeles se halló su epitafio, compuesto en latín meses antes de su muerte: “.. aquí yace John Toland quien nació en Irlanda, salió de Londonderry, estudió en Escocia e Irlanda, e igualmente en Oxford, ya adolescente. Estuvo mas de una vez en Alemania y llegó a hacerse hombre en los alrededores de Londres. Cultivó todas las literaturas y dominó mas de diez lenguas. Veritatis Propugnator, Libertatis Assertor. Campeón de la Verdad, Defensor de la Libertad, no fue ni cliente ni partidario de ninguna persona. Ni las amenazas ni los males pudieron apartarle de la ruta elegida, subordinando todo interés. Su alma se ha reunido con su Padre Celeste de donde salió una vez. Un soplo de él resucitará para la eternidad, pero jamás habrá otro Toland. Nació un 30 de noviembre, el resto… buscadlo en sus escritos… “ (Traducción Albert Lantoine)

XI. Felicidad.

Lo que hacían Voltaire, Diderot y D´Alembert que seguían con pasión a Toland, era leerlo directamente a través de sus libros publicados en Londres y en los manuscritos que circulaban clandestinamente por toda Europa ( 56) en las traducciones del Barón de Holbach y sus amigos, especialmente Cartas a Serena bajo el título de Cartas filosóficas acerca de la historia de los prejuicios… (Londres , 1768). El “resto” que se busca y encuentra en los escritos del panteísta irlandés es, simplemente, el culto mas o menos deísta, mas o menos materialista y ateo de la Naturaleza, de la Vida.

No podemos dejar de seguir a la madre naturaleza”, afirmaba Montaigne, ese gran heredero de los Antiguos. Era también la creencia de los humanistas, de los libertinos eruditos y utópicos, de Pierre Charron, y la lección de su célebre Traité de la Saggesse  (Tratado de Sabiduría). Es la religión de Campanella , de Francis Bacon, de Newton, de Gassendi, de Saint Evremond que ejerción tan grande influencia en la Edad Moderna de las Luces, la de Giordano Bruno, de Cyrano de Bergerac, Fontenelle, Descartes, Espinoza, La Mettrie (57)…

¡Todos hijos de Epicuro! ¡La ciencia y la felicidad!  Los naturalistas deístas o materialistas, saben que no hay mas que una vida, la terrestre, y quieren el Bien y lo Bueno aquí y ahora. “.. Felicidad…la tendréis leyendo el Pantheisticon y no tendré mas que desearos la santidad y la sabiduría” promete Toland en su fraternal envío “al lector amigo de las musas y la verdad”.

Sin duda recordaba al escribirlo al Gran Espinoza y su lección de alegría (58): “llamamos bien o mal a lo que es favorable u opuesto a la conservación de nuestro ser, es decir lo que acrecenta o reduce , secunda o reprime nuestro poder de actuar”.Así es que en tanto percibamos que un objeto cualquiera nos afecta de Tristeza o Alegría, le llamamos bueno o malo; también, el conocimiento del bien o del mal no es otra cosa sino la idea de Alegría o Tristeza, idea que necesariamente concierne a la propia Alegría o la Tristeza” ( 59).

La Naturaleza según Toland es la diosa filosófica de la ciencia y de la felicidad!  Y en consecuencia lo era para Buffón (1707- 1788) ese precursor del evolucionismo, autor de la genial Epoques de la nature (1778) que conservaba los libros de Toland en su biblioteca muy inglesa entre los de Tendal y Shaftesbury. Bufón, como Toland un buen medio siglo atrás, niega el contenido del Génesis bíblico y estima la edad de la Tierra según las nuevas tendencias de la paleontología.

El intendente del Jardin del Rey, como Toland, ubica al hombre en una “Historia Natural” donde no es una especie que reine sobre las otras, ni el centro del universo ni creación de Dios(60). Pronto aparecería Darwin……

Amigo lector, amiga lectora, bebamos por la posteridad de John Toland, pero os exijo que sea “ con los mas grandes golpes “ ( coups)

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