Para predecir la probabilidad de desarrollar Alzheimer en los próximos dos o tres años, solo se necesita un examen de sangre. Esa fue la conclusión de un estudio publicado este mes en Nature Medicine. Dicho examen detecta la concentración de 10 químicos que están asociados con la enfermedad y los aciertos del diagnóstico resultante son del 96%.
Solo se necesita un examen de sangre
En la investigación, los científicos tomaron muestras de sangre pertenecientes a 525 adultos saludables de 70 años o más. Luego de esto, realizaron un seguimiento de su salud por 5 años. Al final de ese período, 28 de los participantes habían desarrollado Alzheimer o los impedimentos cognitivos que tienden a precederlo. Los investigadores analizaron la sangre de dichos participantes. Resultó ser que el secreto para detectar el Alzheimer reside en nuestras grasas.
El estudio reveló que las personas que terminan desarrollando el mal de Alzheimer presentan niveles más bajos de 10 lípidos específicos en su sangre, comparados con las personas que permanecen sanas cognitivamente hablando. Los investigadores creen que este puede ser un indicador del deterioro temprano de ciertas poblaciones de neuronas en el cerebro.
Los científicos también analizaron la secuencia genómica completa de los participantes y, de acuerdo con el autor principal y neurólogo Howard Federoff, los cambios genéticos que tuvieron lugar durante el período de 5 años son predictores más fuertes de las futuras discapacidades mentales. Ese estudio, sin embargo, todavía no ha sido aprobado para publicación.
Presentan niveles más bajos de 10 lípidos específicos
El próximo paso en la investigación es refinar el examen de sangre, le dijo Federoff a New Scientist. A el le gustaría determinar si los cambios en los lípidos pueden ser detectados con más anterioridad, tal vez incluso 10 o 20 años antes. Las investigaciones ya han demostrado que la detección temprana es muy valiosa para el tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas, así que un examen de sangre de esta naturaleza podría tener un impacto considerable en el desarrollo de drogas.
Al considerar que no existe una cura para el Alzheimer, surge el interrogante de si las personas querrían someterse a tal examen. Es probable que muchos prefieran no saber si desarrollarán o no la enfermedad. Sin embargo, como Federoff señala a New Scientist, hay muchos otros factores para pensar aparte del tratamiento o la falta del mismo. “Tal vez todavía no tengamos ninguna terapia pero hay cosas que podemos hacer – podemos poner en orden nuestras cuestiones financieras y legales, planear nuestro futuro cuidado e informar a los miembros de la familia.”