Hoy tengo un día en el que moverme me resulta dificultoso y no digamos agacharme; y no es porque yo no quiera, no, lo que sucede es que por un tropezón tonto he sufrido una pequeña lesión a nivel del músculo piramidal (nalga). No es nada que no se quite con un poco de reposo, pomada y algún paracetamol.
Y como muchas veces aconsejo en mi página, me he armado de paciencia y me lo tomo con tranquilidad. ¿Qué no puedo agacharme? Pues si se cae algo al suelo, ahí se queda hasta que regrese mi marido, ¿Qué no puedo realizar algunas tareas de la casa? Pues las dejo para cuando no tenga molestias.
Hoy me dedico a reposar, leer, navegar por internet... y a buscar nuevas ideas para nuevos artículos.
Debemos tomar las cosas como vienen. Todos los enfermos crónicos sabemos que tendremos altibajos a lo largo de nuestra vida, y, aunque esta pequeña lesión es sólo eso, una pequeña lesión, aprovecho para deciros que nunca debemos rendirnos y que tenemos que encontrar fuerzas para seguir luchando en nuestro duro camino como enfermos crónicos.
Hay personas que se hunden en un vaso de agua y hay otras personas que aún estando sumergidas en un océano de dolor y sufrimiento saben encontrar el pequeño detalle que les hace olvidar por un momento sus penas y son felices a pesar de todo.
Y ahora, os dejo que penséis y reflexionéis sobre esto.
Yo sigo en mi sofá.
Ana Hidalgo