Previo al show, actuaron los teloneros locales Reversa y los teloneros internacionales - más que teloneros, otro show de excelencia - The Pretenders. Cuando tocaron estos últimos, la Tribuna ya estaba prácticamente llena y supo responder calurosamente a esta banda también histórica, orientada en su momento hacia la new wave y el Rock Alternativo. Algo curioso, porque en sus orígenes en 1978, The Pretenders reaccionaron contra la complejidad del Rock Progresivo de entonces, dentro del cual Genesis - la banda de Collins - era paradigmática. Pero ayer, y a lo largo de toda esta gira, comparten escena.
Puntualmente subió al escenario la estrella de la noche junto a una docena larga de músicos y cantantes, para desarrollar un setlist que recorrió los mayores éxitos de Phil Collins en su trayectoria solista. Un par de temas de Genesis - de su etapa más pop - y algunos covers que fueron puntos fuertes de la etapa solista, se unieron a temas incombustibles que van desde las baladas hasta el funk tipo motown.
Los temas de la noche fueron:
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Sin sobresaltos, la banda llevó a escena el mismo setlist que en los conciertos anteriores de este tour latinoamericano, que había comenzado el 22 de febrero en Brasil [Río de Janeiro, San Pablo, Porto Alegre], y continuado por México [Monterrey, Guadalajara, Ciudad de México], Perú [Lima], Chile [Santiago] y que recaló ayer en Montevideo, Uruguay. La gira continúa los próximos días por Argentina [Córdoba y Buenos Aires] y Puerto Rico [San Juan]
Un Phil Collins visiblemente afectado por la dolencia vertebral que lo aqueja, dirigió el show sentado en el centro del escenario y si bien ello hizo sentir la ausencia del despliegue escénico que el músico solía hacer, con un dominio absoluto del escenario, esta carencia - obligada - fue eficazmente suplida por el movimiento de los músicos y cantantes, sumado al espectáculo visual de las enormes pantallas allí instaladas. Pero por sobre todo, lo que le dio la excelencia que todos esperábamos, fue la super profesional performance de los músicos, con un Nicholas Collins de 16 años blandiendo las baquetas en la batería, tomando el lugar de su padre, impecables coros, una impresionante sección de metales y la inquebrantable solidez de músicos que acompañan a Collins hace una vida, entre los que hay que mencionar, como es obvio, a Daryl Stuermer, la verdadera última guitarra de Genesis. Y sobre esa firme base, desde su involuntario trono, la voz de Collins, intacta, sin una pizca de pérdida en timbre, color, calidez, potencia y expresividad.
El line up de anoche fue:
- Phil Collins – voz principal
- Nicholas Collins – batería, piano
- Leland Sklar – bajo
- Daryl Stuermer – guitarra
- Ronnie Caryl – guitarra rítmica
- Brad Cole – teckados
- Arnold McCuller – coros
- Amy Keys – coros
- Bridgette Bryant – coros
- Lamont van Hook – coros
- Luis Conte – percusión
- Harry Kim – trompeta
- Dan Fornero – trompeta
- George Shelby – saxofón
- Luis Bonilla – trombón
De los shows internacionales de relieve que, afortunadamente, están recalando en el Río de la Plata y en particular en esta pequeña Montevideo, este ha sido uno de los más relevantes, por la producción, por la realización y por la milimétrica justeza de lo entregado al público. Cien por cien profesional, efectivo, redondo por donde se lo mire, indudablemente, para no perdérselo.
Esta racha de espectáculos continuará este 2018 con el show confirmado para noviembre de Roger Waters y, por lo que se ha dicho, la posible tercera visita de Paul McCartney en setiembre. Ya veremos.
Hasta la próxima