“Un plan perfecto (Gambit)”: Una mala copia certificada

[5/10]   Sin mayores pretensiones que hacer pasar el rato, “Un plan perfecto (Gambit)” es un remake del clásico “Ladrona por amor” (Ronald Neame, 1966). Aunque quizá habría que decir que se trata de una copia imperfecta de aquella, aunque certificada por los hermanos Coen en el guión, que busca la gracia por el choque y contraste de culturas y caracteres. Michael Hoffman llama a Colin Frith y a Cameron Diaz para que sustituyan a Michael Caine y Shirley MacLaine respectivamente, y busca su complicidad para un robo artístico y sofisticado, patético y ridículo. Los malos tratos recibidos por su excéntrico jefe, empujan a Harry Deane -un conservador de arte- a perpetrar una calculada y fría venganza: contratar a la texana PJPuznowski para que simule ser la propietaria de un cuadro (falso) de Monet, y estafe a Lionel Shahbandar con una venta millonaria.

A partir de ahí, un cúmulo de equívocos y engaños, de dobles sentidos y situaciones absurdas se suceden para contraponer la circunspección y decoro bristish con la espontaneidad y tosquedad americana. Nada es serio ni verosímil en esta comedia descabellada, y sus personajes está construidos desde el estereotipo más simple. Por otro lado, ni Harry convence con sus poses de entendido en arte, ni PJPuznowski como vaquera texana, y tanto Colin Frith como Cameron Diaz se ven obligados al histrionismo interpretativo que busca la risa a través de la mueca exagerada y el gesto simple, del comentario ingenuo y picante a la vez. Quizá Frith alcance un nivel más matizado al esconder intenciones y habilidades ocultas bajo ese rostro lastimero e inocente, y quizá Diaz sea capaz de domar la flema británica con su sonrisa de oreja a oreja, pero entre ellos la química es mínima.

El esquematismo del guión y el recurso a lo irrisorio no resuelven una trama que va erráticamente del rodeo texano al hotel londinense, y de éste a la mansión del millonario. Todo se queda en una sucesión repetitiva de gags con poca gracia (como los puñetazos) y de algunos chistes chuscos, para terminar acudiendo a puntos de giro narrativos en su parte final, tan rocambolescos como forzados, sobre todo en lo que a Harry se refiere. Ni la subtrama del experto en arte alemán ni la de los negociantes japoneses  -karaoke incluido- escapan al tópico, mientras que las escenas del hotel -con o sin pantalones- o las medidas de seguridad “leoninas” arrancan más que una sonrisa, porque son gracias de lo más inofensivas. Para colmo, oportuna e indisimuladamente se deja caer la moraleja de la cinta, como dándole una seriedad que no tiene, y nos dicen que no hay que pretender ser distinto a como uno es, y que el precio de la dignidad es único y está fuera del mercado.

Un remake de dudosa necesidad, que debe ser visto como un divertimento ligero que no va a ningún sitio, que solo pretende agradar al público y nunca suplantar al original. La fragilidad de un cebo solo apto para “crédulos bobos” (entre los que Shahbandar se lleva la palma) hace que la película se vea sin esperar nada, y que no se reciba nada, porque todo está excesivamente impostado y carece de frescura. No se puede decir que esta copia certificada de los Coen -que no de Kiarostami- haga el ridículo como sus extravagantes protagonistas, pero casi lo consigue. Y por eso, pasará a engrosar la lista de películas prescindibles que se alojan en la cartelera.

Calificación: 5/10

En las imágenes: Fotogramas de “Un plan perfecto (Gambit)”, película distribuida en España por eOne Films Spain © 2012 CrimeScene Pictures, Artphyl y FilmnationEntertainmnet. Todos los derechos reservados.

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Publicado el 19 febrero, 2013 | Categoría: 5/10, Año 2013, Comedia, Críticas, Hollywood

Etiquetas: Abbas Kiarostami, Cameron Diaz, Colin Frith, Copia certificada, hermanos Coen, Ladrona por amor, Michael Caine, Michael Hoffman, Ronald Neame, Shirley MacLaine, Un plan perfecto (Gambit)