Revista Expatriados

Un Primer Ministro diferente (2)

Por Tiburciosamsa
La primera década del siglo XXI fue frenética en Nepal. En 2001 el Rey Birendra y media familia real fue masacrada por el Príncipe heredero en un incidente que a día de hoy no está completamente explicado. El Congreso Nepalí se escindió al año siguiente. La insurgencia maoísta se intensificó y en 2002 se declaró el estado de emergencia. El flamante Rey Gyanendra intentó jugar al monarca absoluto, aunque terminó jugando al absoluto incompetente. En 2007 el Congreso Nepalí y los maoístas, que se habían reconciliado, decidieron jugar a las revoluciones, le dieron una patada a Gyanendra e implantaron la república.  

Un pelín movido, ¿verdad? Lo interesante es que me meto en las hemerotecas de aquellos años y el nombre de Sushil Koirala no aparece por ninguna parte a pesar de que supuestamente ocupaba un puesto de responsabilidad en el Congreso. Entre que tuvo que hacer frente a un cáncer, su carácter suave y su absoluta dedicación al cada vez más enfermo Girija, se las arregló para pasar desapercibido. Ni tan siquiera pensó en pedirle un puesto en el Gobierno a su pariente como tantos otros. A finales de 2007 Girija aupó a Sushil al puesto de Presidente en funciones del Congreso Nepalí. Soplaban vientos de fronda en el partido y necesitaba a alguien que le mantuviese quietas a sus huestes. También es posible que pensase que un hombre tan poco ambicioso como su pariente Sushil fuese la mejor opción mientras él trataba de impulsar la carrera política de su hija Sujata.Girija tenía algo de las cualidades de Elliott Templeton, el personaje gregario y frívolo de Somerset Maugham en “El filo de la navaja”. En su lecho de muerte, la gran preocupación de Templeton era si le invitarían a una gran fiesta que iba a organizarse. Girija había pasado de los ochenta, tenía una salud fragil y su gran preocupación eran las maquinaciones políticas. Tanto uno como otro recibieron una visita que les recordó que tenían una cita inapelable que no entendía de fiestas ni de política.El 20 de marzo de 2010 la Parca vino a recordarle que también él era mortal. Los políticos del Congreso hicieron lo que se suele hacer en estos casos: llorarle aparatosamente durante cinco minutos y a continuación lanzarse los unos sobre los otros para ver quién asumiría el liderazgo del partido. El primero que asomó la patita fue Sher Bahadur Deuba, que había sido dos veces Primer Ministro y había estado detrás de la escisión del Congreso Nepalí (Democrático) en 2002. El Congreso celebró su 12˚ Convención en septiembre. El tímido Sushil derrotó al combativo deuba por algo más de 300 votos en una votación en la que participaron unos 3.000 delegados. Al final contaron que la generación más veterana le prefería a él, que llevaba dos años cumpliendo las funciones de Presidente y que era un Koirala. Si los primeros siete años del tercer milenio fueron frenéticos para Nepal, no sé cómo empezar a narrar los seis años que lleva de república. La II República española fue un remanso de paz comparada con la recién nacida república nepalí. Entre el 28 de mayo de 2008 y el pasado 11 de febrero de 2014, Nepal ha tenido seis Primeros Ministros, de los que cuatro han sido maoístas. El que más duró estuvo a un paso de que su mandato durase dos años. El que menos fue el amigo Girija, que fue el primer Primer Ministro de la república y sólo aguantó 83 días. Los primeros años de la república se pueden resumir en tres frases: políticos peleándose, partidos escindiéndose y una constitución que no acaba de ser elaborada. Este ultimo punto ha dominado la política nepalí. En 2008, los tres partidos más votados, el Partido Comunista Unificado de Nepal, el Congreso Nepalí y el Partido Comunista de Nepal (Marxista-Leninista Unificado) se dieron dos años para elaborar una constitución. Al término de esos dos años se dieron dos años más, pero ni por ésas. El escollo con el que están chocando sus esfuerzos es la cuestión del federalismo. Todos están de acuerdo en que es preciso cambiar la estructura territorial del país, pero ahí se acaba el acuerdo. No hay consenso ni sobre el grado de federalización ni sobre el número y delimitación de unidades federales. El 19 de noviembre de 2013, con un año de retraso, se celebraron elecciones constituyentes. El electorado castigó a los partidos maoístas, que descubrieron que iniciar guerras civiles es más fácil que terminarlas y poner un pais a funcionar. El Congreso Nepalí resultó ganador. Pero no ganó por tanto que no necesitara la colaboración del Partido Comunista Unificado de Nepal (Maoísta) y el Partido Comunista de Nepal (Marxista-Leninista Unificado) para redactar la Constitución. Y al final lo difícil no fue tanto ganarlas como convencer al Partido Comunista Unificado de Nepal (Maoísta) de que las había perdido. A pesar de todos los informes de los observadores electorales, los maoístas estuvieron cerca de un mes negándose a aceptar los resultados. Y finalmente, después de los retrasos, las rencillas y los bloqueos que parecen ser la imagen de marca de la república nepalí, el pasado 11 de febrero Sushil Koirala fue elegido Primer Ministro gracias a los votos de su partido y del Partido Comunista de Nepal (Marxista-Leninista Unificado), más algunos pequeños partidos. En contra votaron los maoístas y los monárquicos y es que si la política crea extraños compañeros de cama, en Nepal organiza orgías directamente.Resultó emotivo ver a ese hombre de 74 años de edad, frágil, tímido y sin pretensiones, subir al estrado y darse un año para completar la constitución y advertir que si Nepal se permite caer en otro conflicto habrá perdido su dignidad y será visto como un fracaso a nivel internacional. Uno ya no está acostumbrado a políticos que hablen tan claro. Ni a políticos que pongan arriba de la agenda la lucha contra la corrupción y tomen medidas contra ellas desde el primer día. Por primera vez he sentido un poco de envidia de los nepalíes.



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