“Pienso que el libro es una de las posibilidades de felicidad que tenemos los hombres”. Esta frase de Jorge Luis Borges puede leerse en las paredes de la humilde casa-biblioteca de José Alberto Gutiérrez, un recolector de basura colombiano – conocido como “el Señor de los Libros” – que decidió rescatar libros de los contenedores para prestarlos o regalarlos a los niños y jóvenes desfavorecidos.
José Alberto Gutiérrez, de 53 años, es un gran amante de la lectura que además de recoger basura en la ciudad de Bogotá lleva dedicándose prácticamente dos décadas a recolectar libros durante sus rutas con el camión que conduce. Su iniciativa empezó una madrugada de 1998, cuando durante su jornada encontró un ejemplar de Ana Karenina, de León Tolstoi, y decidió recuperar el libro, que se convirtió en la primera piedra de su admirable iniciativa. Su casa, en un barrio pobre del sur de la capital colombiana, se ha ido convirtiendo poco a poco en una pequeña biblioteca comunitaria con miles de libros y bautizada como “La Fuerza de las Palabras”. Con el tiempo ha ido logrando cada vez más popularidad, y muchas personas han contactado con él tanto para donar libros como para crear con sus libros bibliotecas en escuelas y regiones con pocos recursos.
A pesar de que a los 14 años la pobreza hizo que tuviese que dejar los estudios y empezar a trabajar, Gutiérrez atribuye su amor por los libros a su madre, quien le leía cuentos todas las noches. Además, su esposa y sus hijos apoyan también su iniciativa y se han convertido en sus máximos colaboradores.
“El Señor de los Libros” ha logrado dar acceso a la literatura a muchos niños colombianos que sin él nunca hubieran tenido esta oportunidad: una magnífica manera de acercarlos a la educación y alejarlos así de la marginalidad y la delincuencia.