"Un relato introductorio que puede ser sólo eso" o "cuando la vida de uno transita dentro de un sit com"

Antes que nada no entrar en pánico. Suerte deshilachada. Quedó un poco de pelusa almidonada en mi pecho. Ella, impiadosa, sonríe descaradamente, junta las yemas del índice y pulgar y tira de ahí. La risa de la que no tiene nada que perder.Te digo, es decir, me dijo, que el ser nacional de Hernández Arregui vino después de la formación de la conciencia y de Imperialismo y cultura. Pero mi memoria entró en desfasaje, qué se yo, al fin y al cabo, es lo que menos importa. Me dije pero no le dije. Te parecés mucho a ella, y es así, la Providencia anda falta de imaginación che.Ella imagina el libro en sus manos y me señala el párrafo donde Hernández Arregui decía que sus dos libros estaban agotados. Más o menos por acá lo dice, me acuerdo muy bien, tengo una memoria muy rara pero me acuerdo, mientras yo le veo los dedos que reposan en el aire señalando el libro que en ese momento no está. Sonríe y el brillo de su piercing se confunde con el de sus dientes, medio rebuscado esto del brillo pero fue así. Todo esto mientras yo sacaba la credencial de “egresado del profesorado donde vos estás cursando, ante cualquier consulta acudo de rodillas”, ella ríe, y la risa no sé si es de ella o de la quetejedi.Lo único que sé que ella es real, ya pasó por los lugares donde yo estuve, y anduvo por donde yo quisiera estar: la isla del Sol en Bolivia, por el pueblo de Fidel, las pirámides mayas, en el corazón de la selva guatemalteca hasta Nicaragua. Una canción urgente para ti, también. ¿Por dónde andaba yo por ese tiempo? ¿sobre qué roca me estaba tropezando?Y ella es libre como la quetejedi, es una de esas mujeres cortazarianas. Libre como un cronopio. Y yo, siempre atado a las esperanzas. CATALA TREGUA TREGUA ESPERA, qué tal si bailamos con los famas?Mañana seguiré girando, disfrutando del momento de la imprevisibilidad de alguien que, por más que sienta que la conozco por años, no sé quién mierda es…