Un sistema comprobado y automático para ganar MUCHO DINERO con el mínimo riesgo. Posiblemente el mayor descubrimiento en la historia de la inversión.
¿resulta atractivo?
Bueno, pues este es el título y el subtítulo de un libro, escrito por Robert Lichello en 1977, y que explica el sistema para ganar un millon de euros en 10 años, partiendo de una inversión de 10.000 euros.(aqui está en Amazon).
Lógicamente, ese millón es una simulación óptima, y el autor así lo reconoce. Sin embargo, el modo de invertir parece seguro.
Desde que se publicó, se han vendido un millón de copias, y parece ser que en EEUU es un método que lo utiliza mucha gente.
Yo lo he leído, y aunque no puedo asegurar que sea tan rentable como dice Lichello, es un libro curioso e interesante. Por esa razón, voy a intentar resumir su método en este artículo. Voy a utilizar además el estilo y la terminología que usó el propio autor, para que puedas hacerte una idea de cómo es el libro.
“GIA”. La máquina de hacer dinero
En los años 70, Robert Lichello era un inversor que llevaba mucho tiempo investigando métodos de inversión sistemática en bolsa que le permitieran obtener una rentabilidad segura.Aquellos años fueron muy difíciles en la bolsa, y Lichello buscaba un sistema que ganara dinero aunque la bolsa baje.
La idea, en plan general, era la de ir comprando acciones cuando bajaran de precio, e ir vendiéndolas cuando subieran. De ese modo, el promedio de compra de las acciones es bajo, y el promedio de venta es alto.
El sistema se iba a denominar la “Gestion de inversión automática” (GIA). Sería un modo de comprar y vender que permite recoger las pepitas de oro que el mercado va dejando en su camino, pero tan firme y seguro que nos importaría un pepino que el mercado se vaya de pronto al infierno, arrastrando medio Wall Street con él.
Por tanto invertimos un porcentaje de nuestro capital en acciones, y el resto en liquidez, que usaremos para comprar más acciones cuando bajen de precio.
Bien, supongamos que tenemos 10.000 euros.
¿Cuanto invertimos en acciones, y cuanto dejamos en metálico? Podemos seguir el ejemplo de muchos fondos, que mantienen una reserva de liquidez del 10%.
¿es suficiente para comprar acciones cuando el mercado se deplome? Claramente NO, un 10% es muy poco capital.
El mercado nos dice lo que debemos hacer, si sabemos escuchar: Sólo se puede subir o bajar, al 50%. Usaremos por tanto el mismo porcentaje para repartir nuestro capital: 50% en acciones, 50% en liquidez.
Con esa inversión, supongamos que el mercado se desploma hasta casi cero. Nuestra inversión de 5000 € en acciones se habrá perdido, pero los otros 5000 € siguen ahí, vivitos y coleando, dispuestos a comprar acciones a un precio ínfimo, que nos permitirán ganar una fortuna cuando las acciones suban.
Tras mucha reflexión, Lichello decidió añadir un “regulador” a la inversión, una valor anexo que llamó “Control de Cartera”; representaría el valor total de la cartera de acciones y metálico.
Si nuestras acciones suben, por ejemplo 2000€, venderemos parte de ellas para tener más liquidez. Por tanto, la cartera total había subido 2000€, pero parte habría pasado a liquidez, y parte a acciones.
Parecía buena idea; pero aquello no funcionaba. El Control de Cartera no sabía que parte del total era liquidez, y qué parte acciones.
Entonces, dió con la idea que empezaba a dar sentido a todo: el Control de Cartera iba a contener tan sólo el valor de las acciones de nuestra cartera.
La máquina del dinero comenzaba a funcionar.
Volvamos a probar: compramos 5.000 euros en acciones, y 5.000 dejamos en metálico. El control de Cartera iba a ser de 5.000 €.
Si las acciones suben de precio, venderemos parte de ellas, y el resultado sumará a la liquidez. Pero el Control de Cartera no varía, se mantiene en 5.000.
Ahora bien, si el valor de las acciones baja, por ejemplo, hasta 3.000 €, habrá 2.000 € menos en las acciones que en el Control de Cartera: por tanto deberemos comprar 2.000 € con la liquidez.
Pero, al comprar más acciones, tendremos que subir en la misma cifra el Control de Cartera; en este caso subiría de 5.000 a 7.000€
Si el mercado sigue bajando, repitiríamos la jugada: usaremos la liquidez para comprar otros 2.000 € en acciones, y el Control de Cartera subiría hasta 9.000.
El problema es que si el mercado sigue bajando, se usaría toda nuestra liquidez de un modo prematuro; el sistema no funcionaría, la máquina se habría vuelto loca.
Aqui, Lichello dió con un ajuste fundamental: el control de Cartera subirá al vender acciones, pero sólo la mitad del valor de lo que se compre.
Volvamos al caso anterior: nuestros 5.000 € en acciones bajan hasta valer 3.000€. La diferencia con el Control de Cartera es de 2.000 €, por tanto compramos 2.000 € en acciones, pero el Control de Cartera sube sólo en 1.000€.
Esto es una diferencia importante, porque evitará que compremos prematuramente los valores que están cayendo.
Esta configuración del GIA era ya rentable: cuando Lichello lo probó sobre una acción cuyo valor sube, baja y vuelve al valor inicial, la rentabilidad obtenida era del orden del 10%.
Estaba bastante bien, se gana dinero, pero.. no es el modo de hacerse rico.
Asi que Lichello incorporó la última pieza imprescindible, el ultimo tornillo mágico que daba el soplo de vida a este Frankenstein financiero : lo llamó el “Compensador del Factor de Ajuste de Valores”, o CFAV.
¿Que es el CFAV?: simplemente es el 10% del valor de las acciones.
La versión definitiva del GIA
Ahora sí, la máquina estaba completa y operativa, dispuesta a hacernos ricos.Una vez al mes, se compara el valor de las acciones con el Control de Cartera.
Si las acciones bajan, y el Control de Cartera es mayor que el valor de las acciones, la máquina emitirá una orden de compra de acciones. Compramos barato. Y el Control de Cartera subirá.
Si las acciones suben, y el Control de Cartera es menor que el valor de las acciones, se emitirá una orden de venta de acciones. Vendemos caro, y el Control de Cartera se mantiene.
En ambos casos, al valor de compra o de venta, se le restará el valor del CFAV, que es siempre el 10% del valor de las acciones.
La Gestion de Inversión Automático fue la culminación de 6 años de trabajo del autor. Lo probó en toda clase de mercados, al alza, a la baja y laterales. En todos los casos la máquina hacía dinero. Asi que decidió invertir todo su capital con el GIA.
El sistema es capaz de sortear cualquier tipo de situación bursátil. De hecho, el alimento del GIA son los derrumbes de la bolsa, que son un manjar para su boca. Cuanto más se derrumbe, mejor, porque más barato estará comprando.
La única condición es que tarde o temprano las aguas vuelvan a su cauce. En cuyo momento la máquina GIA resurgirá, cansada pero feliz, haciendo dinero a mansalva.
Aunque la idea parece sencilla, la ingeniería de la máquina esconde mucho más de lo que salta a simple vista.
Pero en realidad, no hace falta entender todas las sutilezas del GIA para poder utilizarlo. Con un sencillo ejemplo se verá el modo de usarla:
Lo primero es apuntar en un papel o una hoja de cálculo , las 8 columnas que representan la máquina del dinero, el GIA:
* * *
Y como de costumbre me he alargado en exceso, asi que dejo para una segunda parte el desarrollo práctico del ejemplo, y una hoja de cálculo para ayudar con las cuentas.
En el libro lógicamente se explica todo con más detalle; aunque creo que quedará claro el modo de usar la máquina del dinero.. en el siguiente post.
Mantente online!
Slow-Inver
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