Con este frío en el mes de diciembre, quizás lo más idóneo sea sumergirnos en una aventura que consiga transmitirnos calor con sus páginas. Un libro como “Un verano chino” puede resultar perfecto para nuestro propósito y además acercarnos a la geografía china y a su cultura desde el sofá de casa.
Ya nos maravillamos con el libro “Un otoño Romano”, donde recorríamos no un país sino una ciudad cargada de tanto encanto como un país entero, Roma. Esta vez, en “Un verano chino”, otra estación ha sido la elegida para mostrarnos a través de trenes, autobuses, aviones y barcos, lugares tan emblemáticos como la pequeña aldea china donde nació Mao Tsé Tung, o tan fantásticos como el propio nacimiento y curso del río Yangtsé hasta llegar a su desembocadura. Además, de manera casi crítica Javier Reverte nos habla de las ciudades en las que casi no se ve el sol de la gran contaminación que hay y donde la gente no puede salir a la calle sin mascarilla.
De nuevo, Javier Reverte, nos hace partícipes de este país no solo contándonos a través de su mirada qué ve y cómo lo ve, sino además nos acercándonos los acontecimientos más importantes de la historia china, así como aquellos que él considera más emocionantes. Igualmente encontraremos una descripción algo peculiar de sus gentes, sin duda diferentes a nosotros en maneras y costumbres.