Investigadores de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) han estudiado el vórtice del polo Sur de Venus, un ciclón persistente que parece ser mucho más impredecible de lo esperado. Así lo confirma el trabajo que publican en el último número de la revista Nature Geoscience.
Vórtice oscuro sobre el polo sur de Venus. / ESA
El grupo de Ciencias Planetarias de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Bilbao (UPV/EHU) ha analizado la atmósfera de Venus, en concreto el vórtice de su polo Sur, y ha obtenido nuevos datos. La revista Nature Geoscience publica los detalles.
El vórtice es una suerte de ciclón persistente y a gran escala. A diferencia de otros fenómenos similares, como los vórtices polares de la Tierra o el conocido como hexágono de Saturno, el trabajo –liderado por la investigadora Itziar Garate– demuestra que el de Venus es mucho más variable e impredecible de lo que se creía.
El equipo ha realizado su investigación con el instrumento más sofisticado instalado en la nave espacial Venus Express de la Agencia Espacial Europea: la cámara espectral VIRTIS, que obtiene imágenes en diferentes niveles de la atmósfera venusiana.
Las imágenes infrarrojas obtenidas han mostrado los cambios que experimenta diariamente el vórtice, y las medidas de velocidad del viento han demostrado que no sigue ningún patrón pre-establecido.
De este modo, junto con la superrotación de su atmósfera o el misterioso colorante ultravioleta de las nubes, los vórtices polares de Venus constituyen uno de los grandes misterios de Venus.
Este planeta es semejante a la Tierra en tamaño, pero muy diferente en otros aspectos: rota lentamente alrededor de su eje –tarda 243 días terrestres–, y además lo hace en sentido contrario; su densa atmósfera de dióxido de carbono, con presiones en superficie de 90 veces la terrestre, provoca un efecto invernadero desbocado, que eleva las temperaturas superficiales hasta 450ºC.
Entre los 45 y los 70 kilómetros de altura sobre su superficie hay densas capas de nubes de ácido sulfúrico que cubren completamente el planeta, y que se desplazan a velocidades de 360 Km/h en un fenómeno de superrotación atmosférica, de origen desconocido.
Una variabilidad única
En sus polos, la circulación atmosférica forma intensos y permanentes vórtices, y el correspondiente al Sur presenta una variabilidad única, con diferentes formas y tamaños, y vientos enormemente variables en un solo día.
Este fenómeno atmosférico se extiende verticalmente a lo largo de más de 20 kilómetros de altura en una región de nubes permanentes altamente turbulenta. El vórtice se acerca y aleja del polo Sur del planeta de manera caótica e impredecible.
Los vórtices polares son los encargados de cerrar la superrotación atmosférica en los polos del planeta, y parecen estar confinados por una corriente exterior de aire frío, un collar frío en latitudes subpolares que impide que el vórtice escape hacia latitudes inferiores.
A pesar de varios años de observaciones, aún no es posible explicar la variabilidad de este vórtice, capaz de alterar su forma en tan solo un día, o permanecer estable durante semanas. Los autores confían en que este estudio permitirá avanzar en una explicación más precisa del vórtice y su relación con la superrotación atmosférica.
Los vórtices atmosféricos son fenómenos comunes en las atmósferas de los diferentes planetas del sistema solar, aunque cada uno tiene comportamientos distintos
Referencia bibliográfica:
Garate-Lopez, I., R. Hueso, A. Sánchez-Lavega, J. Peralta, G. Piccioni, P. Drossart. A chaotic long-lived vortex at the southern pole of Venus. Nature Geoscience, 24 de marzo de 2013. Doi: 10.1038/NGEO1764.
Artículo publicado en Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).