Es un hecho que la edificación es responsable del 40 % de las emisiones a la atmósfera, de esta premisa parte la necesidad de diagnosticar la envolvente exterior del edificio para determinar su eficiencia energética. La entrada en vigor de normativas en este sentido, el uso de energías renovables o la conservación de materiales y recursos, deja patente el camino que debe seguir la construcción, en este contexto entra la opción de utilizar un sistema único para su evaluación , la termografía.
La termografía se basa en la captación de la radiación infrarroja, del conocimiento de esta franja de espectro electromagnético y del comportamiento físico de los materiales respecto a la radiación que emiten. La cámara nos da un termograma, una escala con una paleta de colores de las diferencias de radiación , esto es un parámetro directamente relacionado con la temperatura,. Una inspección termográfica permite observar las diferencias de temperatura de los materiales. Esta característica detecta las pérdidas de calor y la calidad del aislamiento, que son elementos clave para la eficiencia energética de los edificios.
Los materiales de la envolvente del edificio (revestimientos, elementos de cubierta, etc.) tienden a despegarse de su base, a causa del deterioro, de una construcción defectuosa o de la edad.
En el área de despegado, se crea un espaciamiento entre la base y los materiales de acabado, este espacio forma una fina capa aérea (hueco) que no conduce el calor. Generalmente, cuando la luz del sol incide y calienta la pared exterior del edificio, el calor fluye desde la pared exterior a la interior, creando un gradiente de temperatura que es diferente entre el área intacta de la pared y el área de despegado.
Por tanto, midiendo la temperatura en la superficie de la pared, el área defectuosa puede ser detectada como diferencia de temperatura. Para obtener esta información y no realizar ensayos destructivos, se puede utilizar el método por infrarrojos para el diagnóstico de la envolvente, esta opción nos da ventajas como: mayor eficiencia (el tiempo del diagnóstico es menor y abarca un área más amplia) y mayor seguridad con menor coste. Esto requiere de una correcta interpretación de sus resultados y, no nos equivoquemos, un mayor coste.
La evaluacion termográfica en ayuda de la certificación energética nos determinará:
.-Aislamiento (puentes térmicos y deficiencias de aislamiento)
.-Fugas de calor e infiltraciones de aire.
.-Detección de humedades y daños por agua.
·-Evaluación cualitativa de pérdidas de calor (diferencia de temperatura entre materiales).
Esta evaluación termográfica es de tipo cualitativo y no cuantitativo, y depende de la interpretación de las imágenes que realice el equipo evaluador, así como de factores naturales o ambientales que puedan afectar las medidas termográficas.
Una evaluación termográfica no implica que se detecten automáticamente todos los defectos existentes. Sin embargo, es una herramienta única para evaluar ciertos aspectos constructivos que ayudan a obtener un certificado energético más ajustado a la realidad y por consiguiente una calificación energética más favorable al propietario.