Una nueva casa para la cultura

© Soledad Cunliffe

Por Hans Alejandro Herrera

“Yo estoy convencida que solo a través de la cultura podemos crear ciudadanía responsable”, nos comenta Soledad Cunliffe, Gerente de Cultura de San Isidro quien acaba de inaugurar la Casa de la Cultura. “San Isidro es identificado como el distrito donde se hacen los negocios de la ciudad y del Perú. A nosotros nos toca devolver lo que se nos da”, añade.

La Casa se encuentra en el corazón del Olivar. Un lugar inmejorable para el esparcimiento cultural. El espacio renovado es completo. Cuenta con sala de música, una sala multiusos tanto para danza como para proyecciones de películas, además de un café literario; y, por supuesto, una galería de arte. Desde el 2015 han ido fortaleciendo el Olivar como un eje cultural. “Desde que iniciamos la gestión se han abierto tres nuevas galerías en el distrito, como la nueva activación de nuevos espacios en el Museo Marina Núñez del Prado”. A ello hay que sumar nuevas librerías como Casa Tomada o Lupa para niños. “Lo que buscamos es hacer de nuestro distrito es que sea caminable. Queremos poner los reflectores sobre nuestro nuevo espacio”.

Sin embargo, no todo son buenas noticias. “Estamos un poco asustados porque hemos escuchado que el nuevo alcalde se propone volver a traer las oficinas de administración a la Casa de la Cultura”, nos comenta Soledad, notoriamente preocupada. En efecto, el alcalde electo, Augusto Cáceres, declaró a El Comercio: “Queremos tener allí el despacho de la alcaldía (…) Infortunadamente, el despacho del alcalde se encuentra  en el octavo piso del edificio de Tamayo y eso es totalmente inaccesible. Nosotros queremos ser una alcaldía abierta a los vecinos”. Y esto lo manifiesta a solo una semana de la inauguración de la Casa de la Cultura.

No obstante, Soledad sigue trabajando. “Creo que nunca he firmado tantos papeles en mi vida”, nos dice refiriéndose al largo proceso burocrático para sacar adelante el proyecto de la Casa. Por otro lado, estas semanas son muy intensas. “La transición implica mucho papeleo… pero siempre con cultura”.