Revista Cultura y Ocio

Una serie de catastróficas desdichas - La adaptación

Por Eltiramilla

Una serie de catastróficas desdichas - La adaptaciónUna serie de catastróficas desdichas, de Lemony Snicket, es el larguísimo nombre con el que se conoce a la película de 2004 que adapta la saga homónima del autor estadounidense Daniel Handler (nombre real de Lemony Snicket). Compuesta de trece libros, trata la trágica historia de Violet, Klaus y Sunny Baudelaire, tres hermanos de clase alta cuyos padres mueren repentinamente, lo que los obliga a trasladarse a casa de familiares lejanos a los que no conocen y que, en general, no mostrarán aprecio hacia ellos. El más importante será el Conde Olaf, quien tratará de hacerse con la fortuna de los Baudelaire, algo que los tres tratarán de impedir gracias a su extraordinaria inteligencia y habilidades, aunque la buena suerte nunca les acompañará por mucho tiempo.

La película engloba la trama de los tres primeros libros (Un mal principio, La habitación de los reptiles, El ventanal), y en consecuencia sólo puede intentar resumir los acontecimientos más importantes que en ellos se suceden, pero ahí donde otros fracasan es donde el director Brad Silberling y el guionista Robert Gordon tienen éxito. ¿Por qué? Porque han logrado satisfacer tanto a los que cuentan con los libros como referencia como a los que no. Los primeros se encontrarán con que, en la hora y media larga que dura la cinta, van a verse reflejadas las tres tramas sin sentir su recuerdo especialmente vulnerado. En cuanto a los segundos, se van a encontrar con una historia trepidante que no pierde el ritmo en ningún momento.

Hay ciertos cambios con respecto a la obra original, quizá el principal sea el que sitúa una teatral boda entre dos de los personajes principales al final del metraje en lugar de en el primer tercio, que es lo que le correspondería. Sin embargo, esto responde a razones puramente cinematográficas que, he de reconocer, permiten que la película gane en intensidad y cuente con una interesante escena para culminar y ofrecer un gran final.

Pero vayamos con los dos puntos fuertes con los que cuenta esta adaptación: sus actores y su curiosa ambientación. Entre los

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protagonistas, tanto Emily Browning (Violet), como Liam Aiken (Klaus) y Kara/Shelby Hoffman (Sunny) realizan una gran interpretación, pero la primera destaca entre ellos sin ningún género de duda; en cuanto a los parientes tan “cercanos” de los niños, son todos actores y actrices experimentados, como Meryl Streep (tía Josephine) o Jim Carrey, quien encarna a un genial conde Olaf encantado de sí mismo y que es desternillante y malvado a partes iguales. Respecto a la ambientación, refleja perfectamente esa situación de desamparo y tristeza de los Baudelaire, que se encuentran en medio de un gran juego de poder entre los adultos, sin voz ni voto, como títeres, predominando los tonos grises y azulados. El mundo creado por Lemony Snicket, que combina coches clásicos, casas victorianas y tecnología punta (aunque todo con cierto aspecto decimonónico), se traslada al cine con una melancolía que  trasciende la pantalla y hace justicia a su original en papel.

En definitiva, una adaptación que deja un regusto mágico en la imaginación de todo aquel que decida probarla. Una preciosa película que pone en valor la unidad frente a la adversidad, y la importancia que la inteligencia y los libros realmente tienen. Quizá algunos puedan echar en falta un mayor grado de la acidez presente en los libros, pero esta pérdida se puede decir que se ha visto compensada por el resto de elementos tan bien elegidos y realizados. Por todo ello, mi recomendación es la siguiente, tiramillote: hayas o no leído los libros de Lemony Snicket, no dudes en acompañar a los Baudelaire a lo largo de sus catastróficas desdichas, pues te llevarás una gran sorpresa.


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