En La Nación de hoy, Luis Gregorich publicó un artículo en el cual se dedica a diferenciar la construcción de los mitos de Nestor Kirchner y Raúl Alfonsín con una intencionalidad que cae de maduro. Lo que menciona Gregorich es más que evidente: los mitos surgen a partir de una necesidad social, nunca dejan de ser una construcción colectiva, en estos casos, el Estado contribuye pero para que permanezcan los mitos en el imaginario colectivo es necesario la aceptación popular.Es interesante la distinción que realiza en un principio entre los que Gregorich considera mitos contrapuestos (surgido de antinomias políticas), mitos "estrictamente personales" (?) y finalmente los "mitos positivos" donde el autor menciona como ejemplo "la saga de los inmigrantes llegados al país que, con austeridad y trabajo, contribuyeron a levantar una nación que se situó "entre las más prometedoras" del orbe". Este último es llamativo porque no deja de ser también un mito contrapuesto porque, al fin y al cabo, desde el pensamiento liberal siempre se enalteció la contribución de la inmigración europea "mucho más laboriosa y civilizada" que la nativa: basta repasar lo intentos rivadavianos, el pensamiento de Sarmiento, leer las "Bases" de Alberdi para darse cuenta que esa construcción del mito inmigrante no deja de tener una fundamentación de contraponerse a la barbarie nacional. De más está decir que luego esa inmigración trajo consigo el peligro maximalista, y la esperanza europea empezó a transformarse en amenaza para el Estado y tuvieron que salir a amedentrar con leyes represivas y balas a granel, asi como también se empezaba a construir el mito del gaucho, una figura ya desaparecida para ese entonces. No obstante, la sobrevaloración del inmigrante siguió y sigue presente hasta nuestros dias para contraponerse a los cabecitas negras migrantes del Interior que son mantenidos por el Estado, así como ahora lo son los inmigrantes de los países limitrofes que le quitan el trabajo a los argentinos, que ocupan los hospitales y escuelas públicas... en fin...Esa distinción entre lo que considera el autor entre mitos positivos y otros que alientan la confrontación le sirven para marcar la cancha entre la construcción de los mitos de Nestor y Alfonsín, que serían para él el primero un mito contrapuesto ante el radical que transformado en mito positivoPara Gregorich, el mito de Nestor Kirchner se construye desde el Estado "con el beneplácito de amplios sectores sociales". ¿Donde estuvo el 27 de octubre del año pasado cuando miles y miles de ciudadanos fueron a despedir al político que había logrado recuperarle la esperanza a millones de argentinos? ¿Acaso el mito solo se construye con un mausoleo y una muestra fotográfica? "Su esposa y sucesora utiliza, para mencionarlo y mencionar sus obras y milagros, el pronombre de tercera persona, de forma tal que resuenen las mayúsculas y se produzca un eco casi religioso. Los oficiantes agradecen y santifican el sacrificio de vida que hizo el homenajeado, verosímilmente golpeado por el torbellino de trabajos y responsabilidades que lo rodeaban. En el discurso mitologizante siempre se lo presenta como un refundador, como alguien que dio su vida por una Argentina distinta, más justa y soberana. Hasta se ha creado un Instituto Nacional de Historia Revisionista, cercano a la operación santificadora"., sentencia este tipo que cita a Barthes para amparar su malintencionalidad evidente, tratando despectivamente el fenomeno que causó Néstor Kirchner en el campo popular. A Gregorich le causa escalofríos esta demostración de cariño y gratitud así como a las señoras gordas se escandalizaban cuando millones de cabecitas iban a venerar a Evita y tenían en sus casas su retrato a la que le prendían una vela. El hecho que el autor aproveche la instancia para colocar en su artículo la pedorra polémica que generó la creación del Instituto Dorrego no es casualidad: la intención de dicho instituto es el de revalorizar lo que serían para Gregorich "mitos contrapuestos", mitos parias de la Historia Oficial y el hecho de pensar que Nestor forme parte del panteón de los proceres considerados Malditos, le causa urticaria. Porque son las figuras que permenecen en el imaginario social, por más que se las ningunee en las efemérides y actos escolares. Son mitos quilomberos que, cada uno en su medida, combatieron la linea liberal oligarquica y anglosajona. La construcción del mito de Alfonsín, para Gregorich es la "esperanza blanca" que aún no tuvo el reconocimiento que merece. Nadie desconoce los aportes que hizo Alfonsín poniendose al hombre una joven democracia todavia amenazada por el brazo castrense y los sectores beneficiados por la dictadura. Ahora, hay que reconocer que el kirchnerismo le homenajeó en vida por su contribución a la democracia mientras que los integrantes de su partido quisieron adueñarse del cadaver aun tibia para conseguir redito político (Cobos acompañando el ataud y saludando euforico y sin contar de Ricardito que intentó aprovechar el mito de su padre para luego hacer papelones). ¿Por qué para Gregorich Alfonsín es un mito positivo? "Alfonsín representa (representó) la posibilidad de una lucha victoriosa contra nuestra deuda histórica: el poco respeto por las instituciones y la ley, el cínico balance del "roba, pero hace", las conductas ilícitas y mafiosas como norma dominante". Lo que destaca el autor no es casualidad, resalta lo que se le achaca magnificando (a punto de ser calificado de banda mafiosa) al kirchnerismo. ¿Por qué no tiene la misma magnitud el mito de Alfonsín? Porque cuando Nestor teminó su presidencia se retiró con mas de un 60 % de imagen positiva mientras que Alfonsín tuvo que adelantar el traspaso, sumamente debilitado (no por ineptitud sino por haber sido muy respetuoso de las instituciones -gubernamentales como las que tienen el tenedor en el bolsillo- que permanecían viciadas e impunes del Proceso. También porque Néstor falleció en un momento inesperado, sabiendo que era muy factible que fuera nuevamente presidente en 2011, mientras Alfonsín falleció ya lejos de su actividad política. Pero por sobre todas las cosas, el mito de Nestor vino para quedarse porque tocó una fibre sensible en el Pueblo, como lo habían hecho Evita y Perón y con eso no hay con qué darle mi querido gorilín...
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1429056-los-mitos-de-kirchner-y-alfonsin
