Cuando uno se acerca al folio en blanco para plasmar sus impresiones sobre esta o aquella película ha de tomar partido, ofreciendo su visión pero guardando cierta distancia que permita analizar el cómo y el porqué de dicho examen. En este momento, apenas un par de horas después de haber asistido al pase de prensa de Bohemian Rhapsody, concibo, y así lo escribo como aviso para navegantes, que voy a ser más subjetivo que nunca. Lo que Freddie Mercury y Queen han significado en mi vida (y en la de millones de personas de todo el mundo) hace que, más que del cerebro, todo lo que se desparrama aquí debajo salga de las entrañas.
Los continuos cambios de ánimo a lo largo de las dos horas y diez minutos de metraje no afectan al magnetismo de las imágenes ni a la potencia de la historia. Se pasa de la felicidad más absoluta a la congoja y la emoción contenida, con lágrimas silenciosas como fina capa acuosa frente a la retina, al comprobar con una mezcla de estupor y aflicción que las míticas canciones que tantas veces hemos coreado hablan de lo que años después sería la vida del vocalista y su trágico final. Letras premonitorias (no vendrían nada mal unos subtítulos) que subrayan pasajes de la turbulenta existencia de un Mercury en el que poco a poco se va fundiendo de manera asombrosa un Rami Malek de Óscar.
El guión parte de un momento clave en la historia de Queen, el concierto Live Aid, en 1985. Los créditos nos muestran a Freddie llegando al estadio de Wembley para retroceder inmediatamente a 1970, desde donde se nos va a explicar los inicios del grupo y su evolución, con todos sus altibajos, hasta convertirse en el mito que es hoy en día, aunque sin dejar de lado la historia personal y afectiva de aquel chaval nacido en Zanzibar.
El azaroso proceso de rodaje y montaje de este largometraje, con cambio de director incluido, no hace sino engrandecer el resultado final, y no solo para fans incondicionales. Cualquier espectador amante del biopic-con-conjunto-musical, incluso el simple aficionado al cine, va a disfrutar de un monumento al rock, a la creatividad, a la heterogeneidad, al genio de cuatro tipos que aparentemente no tenían mucho que ver entre sí pero que juntos se convirtieron en un auténtico bombazo porque se hacían más grandes los unos a los otros. La historia de cómo un aspirante a dentista, un ingeniero electrónico, un doctor en astrofísica y un licenciado en bellas artes se convirtieron en una de las bandas más admiradas de todos los tiempos.
El espectacular uso del sonido en la cinta (candidatura segura a los premios de la Academia) y su extraordinaria producción musical harán que resulte imposible salir de la sala y no cantar cualquiera de los éxitos de cuyo origen acabamos de ser testigos. Y en el centro, un héroe trágico, como la protagonista de cualquiera de sus admiradas óperas, que nos hará sonreír con lágrimas en los ojos.
Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos
Copyright imágenes © New Regency Pictures, GK Films, Queen Films Ltd., Regency Enterprises, Tribeca Productions. Cortesía de 20th Century Fox España. Reservados todos los derechos.
Bohemian Rhapsody
Dirección: Brian Singer y Dexter Fletcher (No aparece en los créditos)
Guión: Anthony McCarten, a partir de una historia suya y de Peter Morgan
Intérpretes: Rami Malek, Lucy Boynton, Gwilym Lee
Fotogtrafía: Newton Thomas Siegel
Montaje: John Ottman
Duración: 134 min.
Reino Unido, Estados Unidos, 2018
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