“Una tal Martina y su monstruo”, de Sara Fratini

Sara Fratini ha creado un personaje que, con una profundidad aparentemente sencilla, nos enseña a domar esos miedos que nos impiden crecer.

¿Cual es tu miedo, cual es tu monstruo?

Cubierta de: Una tal Martina y su monstruo

Martina Rossetto es una joven fotógrafa que se siente muy a gusto con sus curvas, con su pelo rebelde y con la compañía de su pequeño monstruo domesticado. Su monstruo es negro, muy negro y con pelo, mucho pelo, es más es una bola de pelo negro que le encanta decirle a Martina que no va a ser capaz de hacer lo que se propone. También le encanta decirle a Martina lo gorda que está, que no es sexy, ni inteligente, ni… Pero ha llegado un momento en que Martina ha crecido en todos los sentidos y ya es capaz de vivir con él en la misma casa pues ha conseguido domesticarlo.
“Me ofrecieron escribir un libro sobre Martina. Es una chica extrovertida, tiene bastantes curvas y sobrepeso, pero no le importa nada.”

“El monstruo pasó de ser el miedo, a ser el amigo de Martina. Son todas las inseguridades, todos los miedos que una persona pueda tener pero de forma positiva.”

Martina Rossetto siempre lleva los labios pintados de rojo (rossetto en italiano es pintalabios), baila, sobre todo las canciones de Rafaela Carrá, hace yoga y alguna locura y, con un lenguaje propio, habla sobre feminismo, amor, dietas, moda, amigas, y también sobre el apasionante mundo de los autónomos y algunos otros temas sociales que incomodan a muchos.
Sara Fratini se inspiró en su buena amiga del mismo nombre para crear el personaje. “Martina es loca. Siempre está saltando por ahí, súper contenta. Recuerdo haberla visto un día en que yo no tenía ganas de arreglarme y de pronto llegó ella, que es más gorda que yo, muy arreglada, con pintalabios y todo, y empezó a bailar”, comenta la autora. El primer dibujo de Martina Rossetto fue un simple regalo para su amiga, pero el personaje comenzó a crecer y a tomar aspectos de la propia Fratini. “Muchas de sus lectoras le insisten en que se sienten identificadas con sus personajes y rápidamente ha pasado a formar parte del amplio grupo de mujeres que reivindica la gordura sin complejos”.

“No hay que centrarse tanto en el cuerpo, sino en tus metas. Cuando seas vieja no va a importar si fuiste flaca o gorda,sino lo que hayas hecho durante tu vida.”

Con un lenguaje propio, cargado de ternura por sus personajes, Sara Fratini nos habla sobre feminismo, sobre los jóvenes autónomos, sobre las amistades y sobre el amor.

En definitiva, para mí, un libro extraordinario.

No puedo terminar esta reseña sin hacer constar que a su paso por España para presentar su libro y asistir al salón del cómic de Barcelona, Sara Fratini fue invitada a pintar un mural en Casa de América con motivo del IV centenario de la muerte de Miguel de Cervantes. El motivo elegido fue “La Gitanilla”.

Sara Fratini

La autora:
Sara Isolina Fratini Sanoja nació en Puerto Ordaz, Venezuela, en 1985, estudió en Madrid (España) y en Nancy (Francia), y vive en Amantea (Italia). A los tres años ya intentaba dibujar con los pies pero al ver que no resultaba decidió cambiar los pies por las manos y desde entonces lleva un lápiz y un cuaderno a todas partes. Los primeros años, cuaderno y estuche fueron motivo de algunas caídas, hoy son una excusa para escapar y dibujar en cualquier momento. Fratini cursó la licenciatura de Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid y estudios de ilustración en Francia. En 2012 se mudó a Italia para poder dibujar todos los días y hacerse cargo del festival internacional de cine La Guarimba en el que organiza una exposición anual de carteles de artistas de todo el mundo. Con Lumen ha publicado La buena vida (2015) y Una tal Martina y su monstruo (2016).

El libro:
Una tal Martina y su monstruo ha sido publicado por el Sello Lumen en su Temática Cómic. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 160 páginas.

Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.

Como complemento pongo el vídeo grabado en Casa de América presentándose como uno de los autores latinoamericanos para que dibujen en las paredes de su sala de exposiciones algo sobre el genio del siglo de Oro o las obras cervantinas.