"Estoy sentado en un avión de salida hacia Madrid. Mañana estaré por allá. Me encantaría comprar tu libro y lograr coincidir contigo de alguna manera a ver si me lo firmas". Cuando recibes este correo de alguien que viene desde el otro lado del océano, sabes que tienes que hacer lo que sea para conseguir arrancar 10 minutos de tu marathoniana jornada diaria entre Mordor y el mocho para conocer a ese descerebrado que muestra un interés completamente desproporcionado en conocerte. 10 minutos sólo...para no alargar la posible decepción al verme llegar. "El lunes, a las 16:15 en la Puerta del Museo del Prado que da al Jardín Botánico". Silencio al otro lado de la red. Como no tengo nada que perder, al fin y al cabo yo tengo que pasar por allí de todos modos, decido ir igual a la cita fantasma. Voy pensando en lo acertado de mi elección de punto de encuentro, pensando que es un sitio por el que seguro que andarán cerca porque es muy turístico. Caigo en la cuenta de que no andarán por allí, cuando llego, aparco en la puerta y tras congratularme por mi suerte, me doy cuenta de que es lunes y el Museo del Prado está cerrado. Decido sentarme a esperar. No tengo nada que perder. Si aparece estupendo y si no aparece pues por lo menos lo habré intentado. La plaza del Jardín Botánico es un buen sitio para esperar y más sin turistas. Árboles enormes, un día nublado y poco tráfico, un sitio tranquilo. Saco el libro oteando de vez en cuando...aunque caigo en la cuenta de que no tengo ni idea de qué pinta tiene el descerebrado. Tengo que confiar en que él si me reconozca. Suena el móvil. "Número desconocido". Mierda, ¿quién será? - Moli...soy yo. Estoy aquí en el Starbucks...¿dónde voy? Un maravilloso acento, un tono de voz suave y dulce. Le pega todo. - Según miras al Museo todo a la derecha. Allí en una plaza estoy sentada. - ppiiiiiiii. Se cortó. Estupendo. Mi plan de seguir leyendo tranquilamente se va al garete. Me pongo "un poco" nerviosa. ¿Me pongo de pie? ¿sigo sentada? ¿bordeo el museo en la dirección en la que creo que van a venir? pero..¿ y si no vienen por ahí y eligen venir por la acera de enfrente? ¿y si no me reconocen al cruzarse conmigo porque esperan verme en la plaza? Mejor me quedo aquí, paralizada de nervios y disimulando. Cuando ya creo que se han perdido, aparecen. Se que es él por la sonrisa y los brazos abiertos para saludarme. - Moli por fin. ¡Qué ganas tenía de conocerte! Estas igual que en las fotos pero más guapa y más joven. - ¿Habéis encontrado bien el sitio? ¿Por qué me has colgado el teléfono?.- no soy nadie esquivando la emoción del no saber que decir. - Lo hemos encontrado bien, pero es que me quedé sin batería y te hemos llamado desde una cabina. Estos son mis primos que también querían conocerte. - Nos ha hablado tanto de ti que es como si te conociéramos y vamos a leer tu libro. - Mil gracias de verdad. Diez minutos de maravillosa conversación, una dedicatoria con mi pluma y tinta verde, muchas risas y un montón de fotos. Así fue nuestro encuentro. "asd" fue la primera contribución de Oswaldo a este blog. Hacerme feliz por encontrarnos y demostrarme una vez más que abrir este blog ha sido una de las mejores cosas que he hecho en la vida, ha sido la última. Mil millones de gracias.